… o cómo lograr el reto de mezclar o separar a voluntad el agua y el aceite
Decía un famoso personaje cinematográfico de una saga dedicada a narrar la historia de una familia mafiosa que la amistad y el dinero son como el agua y el aceite, es decir, dos conceptos que no mezclan bien. Es sabido que si ponemos en un mismo recipiente ambos elementos, ambos permanecerán separados debido a las diferentes densidades de uno y otro, quedando el aceite por encima del agua al ser aquél menos denso que ésta. Ahora bien, lo que la frase en cuestión no aclara es si resulta ser el dinero el aceite o si, por el contrario, lo es el agua. Acaso la respuesta resida en la ‘densidad’ que atribuyamos a cada uno de ellos, aunque cierta cultura popular atribuye al dinero la condición de ‘aceite’ por aquello de que el dinero tendría la propiedad de ‘engrasar’ determinadas maquinarias …
En cualquier caso, en el campo de la investigación aplicada hay quienes se han planteado obtener dicha mezcla, aparentemente imposible, para lo cual han empleado -al parecer, con éxito- un catalizador basado en las propiedades de determinadas nanopartículas capaces de estabilizar la emulsión resultante; la aplicación de semejante innovación repercutiría no sólo en interesantes mejoras en la fabricación de biocombustibles sino en otros campos de lo más variado.
Casi tan difícil como mezclar agua y aceite parece el intento de separar ambos elementos, pero es algo que asimismo ha resultado posible, mediante el empleo de mallas o redes que facilitan la retención del aceite al tiempo que facilitan el paso del agua; de nuevo en este caso las aplicaciones son de lo más variado, pero quizás lo más llamativo es que se ha recurrido también a la nanotecnología. ¿Será pues posible que cosas aparentemente imposibles, tales como mezclar o separar a voluntad agua y aceite, estén al alcance de nuestra mano gracias al empleo de la nanotecnología?
Pero, ¿acaso sabemos que significa exactamente dicho término? Una definición habitual es la referida a la manipulación de materiales a escalas significativamente minúsculas –o sea, nanométricas- : átomos y moléculas. Tal es el caso del ‘grafeno’, una especie de panelado de átomos de carbono en forma de celdillas bidimensionales extremadamente resistente y flexible, susceptible de ser utilizado para infinidad de aplicaciones.
Sea como sea, con nanotecnología o sin ella, quedará aún por determinar si en el ámbito de las relaciones interpersonales, máxime si se trata de un contexto profesional o de negocios, es preferible separar dinero y amistad o, por el contrario, la mejor manera de progresar en los negocios es precisamente obtener esa mezcla aparentemente imposible. Mientras tanto, uno puede consultar la estrategia de la UE al respecto o visionar la obra maestra del director americano Francis Ford Coppola en busca de la dichosa frase del principio (“El Padrino” -‘ The Godfather’-, rodada en 1972).
Pelayo Benito García, socio fundador de Osenseis y tutor en el área de MBA de IMF Business School
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