Parece que no es tan sencillo como apuntaba Gurdjieff que decía: “Cada hombre llega al mundo como una hoja de papel en blanco; luego la gente y las circunstancias a su alrededor empiezan a rivalizar entre sí para ensuciar esta hoja y cubrirla con escritos. Entran aquí la educación, la formación de la moralidad, la información que llamamos conocimiento, etc. Además la genética actual nos habla de memorias celulares familiares. Se dice que venimos al mundo no solo con programas evolutivos dispuestos a desarrollarse, sino también con sistemas de información celular que contienen los miedos nuestros ancestros y del incosnciente colectivo de Jung.”.
Pues bien esa hoja en blanco, tú, llega un momento en la vida que necesita escribir en ella. Y nadie nace sabiendo ni la formación reglada te prepara para la vida. UN MBA SÍ. La principal ventaja que puedes obtener realizando el Master es comprobar que para vender, crecer, triunfar, pero sobre todo sentirte bien con lo que haces, tienes que ser consciente de quién eres, cómo eres, y responder con sinceridad a la pregunta de ¿qué quieres hacer en la vida? Dejando miedos atrás. ¿Qué es lo que te apasiona? Se supone que ya te has acercado a esa orilla alguna vez, si te planteas cursar un MBA.
La siguiente pregunta es posible que la centres mejor durante el transcurso del MBA pues lejos de lo que puedes pensar, las empresas son organismos sociales y lo que ocurre allí y la interconexión de sus departamentos o áreas de conocimiento forman una armoniosa (se pretende) sinfonía en la que el directivo, empresario, o artista (los artistas en estos momentos se autoeditan sus trabajos) decodifican la información para tomar decisiones buenas y rápidas con la mejor información (siempre escasa y a destiempo). Lo que vas a aprender en el MBA son 8 o 10 recetas, un curso de acción para analizar datos sobre la marcha y tener una mínima estructura mental de la situación y las soluciones a las mismas. Después ya vendrá una etapa de análisis en la que ver si lo que la combinación de intuición y técnica de análisis supera la fase de idea a propuesta y finalmente solución.
Estos últimos años nos han servido también para poner encima de la mesa la necesidad de poner encima de la mesa, la ética, el pensar a largo plazo, el mantenimiento, la permanencia. Crear productos y servicios que resuelvan necesidades, anticiparse a las necesidades detectándolas… copiando y mejorando si no tenemos los medios para innovar.
Y es que todos vendemos algo. Todos, llegado el momento tenemos que cerrar, y la mayoría de las veces lo hacemos sin convicción, sin pararnos a pensar no en el otro… eso lo hace todo el mundo! No pensamos en nosotros mismos… ¿Estamos preparados para cerrar? ¿Es mejor dejarlo para otro día? ¿Y como aprendo esto en un Máster?
Ángel Cordero Rico, coordinador del Máster MBA de IMF Business School
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