¿Por qué un Plan de Formación dirigido a empleados?

Plan Formación para empleados

De todos los recursos con los que cuentan las empresas las personas que colaboran en la organización es uno de los más importantes y fidelizarles será, por tanto, un factor determinante para la buena marcha de la empresa. Por esta razón, hoy hablamos de la necesidad de un plan de formación en la empresa.

Las herramientas que las empresas disponen para sus trabajadores estén contentos y por tanto fidelizarlos son entre otros: buen clima laboral, salarios competitivos, planes de carrera, reconocimiento, correcta reputación organizacional, beneficios sociales, formación y capacitación de los empleados.

En el mapa de procesos de una persona en la empresa, la formación es un elemento importante siendo uno de los factores que podría marcar el rendimiento de la persona en el desempeño de su puesto de trabajo.

Según la RAE, capacitar es “hacer a una persona apta o capaz”. Las empresas que no se impliquen en formar a sus empleados podrían tener problemas para seguir avanzando, continuar siendo competitivas y seguir innovando.

 

Henry Ford dijo

“Solo hay algo peor que formar a los trabajadores y que se vayan, que es NO formarles y que se queden”

 

La formación en las empresas es una inversión de efectos multiplicadores, con alta tasa de retorno.

  • Es una herramienta de fidelización y de retención del talento evitando rotación del personal.
  • Genera conocimiento para fabricar bienes conformes a nuestros estándares de calidad y dar un óptimo servicio.
  • Apoyan a la adaptabilidad en nuestro mundo actual que es; cambiante, complejo y globalizado, teniendo mayor capacidad para resolver problemas.
  • La formación redundará en una mayor productividad y en autoconfianza del trabajador.
  • Y si nuestros empleados conocen cómo hacer las cosas estaremos en condiciones de innovar.

 

TALENTO * FIDELIZACIÓN * CONOCIMIENTO * PRODUCTIVIDAD * INNOVACIÓN = COMPETITIVIDAD

Y cuanto mayor competitividad tenga una empresa, estará produciendo con mayor eficiencia y calidad, a menores costes y con mayor grado de satisfacción de sus clientes teniendo mejor posición frente al resto de las empresas que operan en su mercado.

 

“Formar a tus empleados no es una cuestión de filantropía, sino una inversión, que retorna con creces, en beneficio de tu empresa”

Pero no vale formar por formar, ni vale cualquier tipo de formación, para que la inversión tanto económica como en tiempo tenga el resultado esperado, debe ser una formación de calidad y orientada al logro de los objetivos esperados.

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¿Cómo hacer un Plan de Formación? 

 Para que nuestro PLAN DE FORMACIÓN sea eficaz  debemos  respondernos  a estas cuestiones.

 ¿QUÉ necesidades de conocimiento y capacitación tiene mi empresa?

Para dar respuesta a esta pregunta, puedes analizar las carencias en el servicio que se está dando a los clientes, o necesidades de innovación, o consultar a tus propios empleados que aspectos de su buen hacer estiman conveniente o necesario reforzar.  Cuando hagamos la reflexión de en qué queremos formar, casi con toda seguridad detectaremos muchas necesidades, pero ya sabéis que tener responsabilidades directivas es:

“Gestionar recursos escasos de usos alternativos”

 Por lo que nos veremos obligados, con nuestro presupuesto, a priorizar aquellas acciones formativas que sean más necesarias o más urgente.

¿PARA QUÉ queremos formar?

Definir estos objetivos, implicará identificar cuáles son los objetivos que aspiramos alcanzar capacitando. Alineando necesidades y objetivos lograremos el propósito que perseguimos con la inversión en formación.

Por poneros tres ejemplos sencillos.

  • Si nuestro clima laboral no es bueno, quizás debemos formar en habilidades blandas, como trabajo en equipo o liderazgo.
  • Si damos un servicio que implique estar al día en aspectos normativos, por ejemplo, una asesoría fiscal, necesitaremos cursos específicos sobre la última normativa en vigor.
  • Si lo que perseguimos es simplemente retener y fidelizar a un empleado valioso, le financiaremos un master en su ámbito de competencia, como una forma más de gratificación por su trabajo.

En función de cuál sea nuestra necesidad, seleccionaremos el tipo de formación que queremos financiar.

 ¿CÓMO queremos formar?

Las necesidades que tengamos, junto con los recursos de los que dispongamos nos determinarán la estrategia para dar esta formación. No estamos hablando solo de coste económico de la misma, sino de disponibilidad de tiempos, tecnología e instalaciones entre otras cosas.

Si queremos que sea flexible en cuanto a horarios, nuestra opción son los  programas E-LEARNING donde cada trabajador adapte su disponibilidad horaria. Si por el contrario lo que queremos es que nuestros colaboradores tengan un contacto directo entre ellos y con el docente, iremos a una formación presencial.

Internet ha modernizado la educación. Durante siglos la única opción era la clase con un pupitre, encerado y tiza

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Esto forma parte del pasado, y la educación on line de calidad, permiten que la interconexión entre el alumno y el docente y entre los compañeros mediante foros, videos… etc. haga que no tenga nada que envidiar a la formación presencial.

¿A QUIÉN queremos formar?

En nuestra estrategia de plan de formación, debemos definir qué profesionales tendrán acceso a ella para que sea efectiva, adaptando la formación a cada  tipo de profesionales. No toda la formación sirve para todos, ni todos tienen el mismo nivel de responsabilidad, competencia y conocimiento previo, por lo que cuidaremos para que cada trabajador reciba la formación que mejore su rendimiento.

Debemos conocer el potencial de nuestra plantilla y el nivel de desempeño que requiere su puesto de trabajo para adecuar a ello la formación que le demos.

Un mismo profesional tampoco recibirá la misma formación en una empresa que en otra, dependiendo del sector de actividad, y del momento del trabajador en la compañía. A un recién ingresado deberemos darle una inducción que le dé unos conocimientos básicos de lo que es la empresa y cómo funciona. Para nuestro personal operativo, debemos entrenarles en las competencias concretas de su puesto; si es alguien que va a asumir responsabilidades directivas, igual debemos formarle para que adquiera habilidades blandas como gestión de equipos o liderazgo.

¿Con QUIÉN?

La elección de la institución educativa que imparta o nos dé apoyo en la capacitación es vital para el éxito de la misma.

No nos vale cualquiera, seleccionemos entidades con experiencia acreditada en formar profesionales, que tengan buenas referencias, una buena plataforma educativa y que entienda de empresas. Que sus profesores sean también profesionales, con experiencia contrastada, es decir que parte del conocimiento lo hayan obtenido en el campo laboral no solo estudiando, ello permitirá que sus  además de la teoría, sean clases prácticas y aplicables a la resolución de problemas.

En IMF Business School llevamos formados con éxito más de 110.000 profesionales en nuestros 15 años de vida.

¿CUÁNTO podemos invertir?

Como toda inversión tendrá un presupuesto que nos marque lo que podremos gastar. Existen posibilidades de formación de nuestros empleados sin que suponga un esfuerzo económico para nosotros que es hacer uso de las bonificaciones en la formación, algo que en muchas ocasiones las empresas desaprovechan.

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La FORMACION BONIFICADA es un crédito, calculado en función de la cuantía cotizada y de la  plantilla, del que todas las empresas disponen. Si al final del año no se usa en bonificación para formar a  los  trabajadores, se perderá. Está regulado entre en el BOE Número 70 de 23 de marzo de 2015 el Real Decreto-ley 4/2015, de 22 de marzo.

En IMF te ayudaremos a gestionar esta formación bonificada con nuestro apoyo en todos los trámites de su gestión.

Pero NO VEAMOS LA FORMACIÓN SOLO COMO INVERSIÓN, sino como una forma de beneficiar a nuestros trabajadores, porque serán capaces de desarrollar mejor las labores inherentes a su puesto de trabajo; además incrementaremos su empleabilidad, les fidelizaremos, mejoraremos su curricula profesional, e inexorablemente esto generará en ellos gratitud y lealtad hacia la empresa.

Capacitando lograremos que nuestros empleados más antiguos no se queden desfasados o tengan conocimientos obsoletos, por lo que les estaremos dándoles “armas” para poder estar a la altura de los más jóvenes o recién ingresados y salidos de escuelas profesionales y universidades.

La inversión en formación, con sus efectos multiplicadores, hará que todos (trabajadores, clientes, empresa, accionistas y sociedad) logren ventajas.

Los trabajadores serán quienes recibirán una de las mayores recompensas al formarse porque estaremos invirtiendo en ellos, en su CV, por lo tanto, en su futuro. Haciendo una apuesta porque sean mejores profesionales y se sientan más seguros en su desempeño realizando con más diligencia su trabajo.

Si a los trabajadores no les enseñamos cómo hacer bien su trabajo, los responsables de su incompetencia seremos nosotros

 

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Gerente de HolaCalidad. Docente de la Universidad del Pacífico. Además, es Integrante del equipo de investigadores del IELAT ( Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá) y CITBM (Centro de investigación Tecnológicas Biomédicas y Medioambientales de la Universidad San Marcos).

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