Productividad, talento, cultura de compañía… son conceptos íntimamente ligados a la capacidad de una organización (por ende, de un país), para producir más con menos. Principal activo de la lógica económica, GESTIONAR.
¿Realmente, el problema se llama productividad?
¿Pero, de veras, podemos hacer algo? En nuestro país, cultura latina recordad, podemos empezar (y terminar también la verdad) hablando de presentismo y de cómo gestionamos el tiempo. Sin olvidar que es cierto que en determinadas organizaciones hay situaciones concretas y específicas derivadas de la propia dinámica laboral del negocio.
Hace unos cuantos años, uno de los principales Directivos de una gran empresa española de producción, me preguntaba cuál sería la decisión que yo tomaría para reducir el creciente absentismo que sufría su compañía. A lo que un servidor le contestó, que no existe una única medida a llevar a cabo que por sí sola reduzca esa problemática, sino un conjunto de medidas, acciones y herramientas de gestión de impacto directo o indirecto que, junto con una voluntad y compromiso compartidos, acaben desembocando en una mejora sustancial de los índices de absentismo. ¿El tema os parece “viejo” o más bien estos últimos meses ha vuelto a la lista de “to-do’s” de la Dirección de Recursos Humanos? Sí señores, llevamos dando vueltas a esto años y años…ahora lo llamamos registro de jornada.
Al igual que entonces, parece que en esta ocasión tendremos que abordar nuestras dificultades bajo diversas perspectivas. Recordemos que una empresa que pretenda aumentar su productividad deberá aumentar el diferencial entre el valor añadido que produce y los recursos consumidos para producir ese valor añadido. europea). Esto significa que comparativamente en España los salarios han subido demasiado y la productividad laboral ha ido acumulando un importante retraso. Estamos a la cola de Europa en crecimiento de la productividad.
¿Deberíamos, o no, corregir los salarios para mejorar la productividad?
Para ser más competitivos y mejorar nuestra productividad, ¿deberíamos (oh, no) corregir los salarios? Tranquilos, la respuesta es NO. Porque la competitividad no lo es por salarios, sino más bien por la aportación efectiva de cada empleado a la compañía, es decir su contribución al negocio. Y aquí es donde empezamos a hablar de cultura latina, de absentismo y de una ineficiente gestión de nuestro tiempo, es decir, de cómo gestionamos nuestra jornada laboral.
Necesitamos que el tiempo de trabajo teórico se acerque lo máximo posible al tiempo de trabajo efectivo, lo contrario supone “despilfarrar” nuestro valioso tiempo personal, generar malos hábitos de trabajo y “declarar” horas extras.
España, el país europeo que mayor número de horas se trabaja
Los españoles somos de los europeos que mayor número de horas trabajamos a la semana. Básicamente, nos levantamos por la mañana a la misma hora que nuestros vecinos franceses, alemanes, ingleses, belgas… Llegamos a nuestro puesto de trabajo a horas similares, y comenzamos nuestra jornada laboral. Durante esa mañana, hacemos varios “descansos”, “cafeses”, mensajes, cigarrillos…ojo, como en todas partes, solo que nosotros hacemos mayor número de paradas y de mayor tiempo. Los promedios son: unos 45 minutos en cigarrillos, entre 35 y 75 minutos en mensajes, de media 25 de baños… ¿seguimos?
Ahora le toca el turno a las reuniones. Hacemos muchas y las gestionamos mal, son poco ejecutivas. En ocasiones sin unas metas claras…, sin hacer los “deberes” previamente…, donde nos cuesta tomar decisiones…, sin un timing que respetemos… Amén de que, en ocasiones, sólo en ocasiones por supuesto, no respetamos el tiempo de los demás y lo que es peor, el nuestro propio. Y esto en Europa no se entiende, pero como Spain it’s different…
Empresas aún dedican 2 horas a la comida
Bien, luego nos llega la hora de comer, y aunque este punto está cambiando, demasiadas empresas aún dedican 2 horas a la comida (frente a los 30-45min de nuestros socios europeos). Recordad aquí que en España en torno al 98% de las empresas tienen menos de 10 empleados, no todos son multinacionales. De hecho, son la minoría. Esto hace que cuando volvemos a nuestro puesto de trabajo, estamos entrando ya en esa fase de baja energía (lo hace el cuerpo de forma automática en función del sol y su inclinación, y prepara al cuerpo para la llegada de la noche y el descanso), es el llamado ritmo circadiano. Por lo tanto, nos acercamos a las 5 de la tarde, pero aún nos queda mucho por hacer. Nuestros vecinos europeos comienzan a irse a sus casas y a nosotros se nos hace cuesta arriba el “final” de la jornada. Hay que decir que a partir de la sexta hora de trabajo (ya sea una labor manual o intelectual), nuestra energía, capacidad de concentración y proceso de información baja en picado. Por lo que somos muy poco productivos.
Finalmente, salimos de la oficina sobre las 7 u 8 de la tarde (en el mejor de los casos), hemos trabajado una jornada larguísima, pero siendo poco eficientes. Es decir, mucho trabajo teórico, pero poco efectivo, igual a baja productividad.
Es cierto que esto no es más que un ejemplo, de un sinfín de casuísticas laborales diferentes. Pero se da en las culturas latinas otro fenómeno, el presentismo. Que significa que estamos, pero no hacemos. Solo estamos para que nos vea nuestro jefe. Esto en culturas anglosajonas es impensable, es más, están muy mal visto esos excesos de jornada… ¿será que no sabes gestionar tu trabajo?, dicen.
Hay muchas causas detrás de todos estos hábitos improductivos, y muchos otros, y gran parte de ellas tienen que ver con las culturas que potenciamos o bien dejamos que existan en las compañías. Tiene que ver con el tipo de jefe que aún hoy predomina en las organizaciones. Tiene que ver con los estilos de liderazgo.
Los trabajos de responsabilidad y retribución media están decreciendo
Hay muuuuchas cosas que se pueden hacer, pero seamos realistas, cambiar una cultura, cuesta. Y si además la compañía, el equipo, el sujeto, no es consciente de la necesidad de cambio, es prácticamente imposible, si no se quiere hacer de forma traumática.
En los últimos 15 años han salido abundantes artículos internacionales sobre los puestos de trabajo y su relación nivel de responsabilidad, aportación de valor y retribución. Todos ellos llegan a la misma conclusión: los trabajos de responsabilidad y retribución media están decreciendo en todos los países europeos debido a que son trabajos con un alto porcentaje de procesos rutinarios, que la tecnología hace irrelevantes y por ello son sustituibles. Los puestos de responsabilidad y retribución baja no pueden ser sustituidos y siguen necesitando a una persona física detrás, si bien necesitan de poca formación.
Los puestos de responsabilidad y retribución alta son intensivos en conocimiento, procesos de abstracción y analíticos, por lo que no pueden ser sustituidos.
Cambiemos, …todos. La eficiente gestión de nuestro tiempo comienza por uno mismo, no esperes a que los demás muevan ficha. Mueve tú la tuya!
José Díaz Canseco, Director Académico de Personas en IMF business School.
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