El perfil de un project manager es muy variado y muchas personas con diferentes formaciones básicas pueden dedicarse a ello. Eso sí, llega un punto en el que es importante contar con una formación específica para desempeñar las tareas del jefe de proyectos de una empresa.
Por eso, en este artículo queremos hablarte sobre la figura del project manager, así como sobre las competencias que se espera que tenga y que, por tanto, debería trabajar.
¿Qué es un project manager?
Antes de nada, tenemos que pararnos a definir esta figura en el sector laboral. Esta persona es la que se encarga en una empresa de dirigir los proyectos o, en caso de que estos tengan una gran envergadura, algunos de ellos. Así pues, es un director de proyecto, la máxima competencia encargada de tomar decisiones que atañen al desarrollo de los mismos. Eso sí, siempre con un equipo de apoyo.
Aunque normalmente tendemos a pensar en perfiles muy académicos y expertos en temas muy específicos, lo cierto es que la realidad se aleja un poco de esta percepción. Es importante que desechemos esa idea tan etérea y comencemos a ver que la figura del director de proyectos destaca por sus habilidades personales y comunicativas, tal y como explicaremos a continuación.
Competencias técnicas y profesionales de un project manager
Si bien hemos dicho que un director de proyectos no es nada sin poseer algunas habilidades, ¿cuáles son las que se esperan principalmente de él? Más adelante hablaremos detalladamente de algunas de las imprescindibles, pero grosso modo podemos decir que son habilidades que le hacen crear un buen equipo de trabajo. Es decir, que destaque por su capacidad comunicativa (siendo claro, pero empático), que sea capaz de crear un entorno agradable donde trabajar, que defina las tareas de forma clara… Sería alguien a quien se le da muy bien optimizar los procesos y detectar qué empleados son los que mejor llevarán a cabo cierta tarea.
Además de todo ello, también deberá tener buenas dotes para resolver conflictos. En el entorno de trabajo pueden surgir problemas entre compañeros y el manager es una de las figuras pensadas para que estos se resuelvan sin afectar a los resultados profesionales.
Capacidad de organización
Organizarse es muchas veces la clave del éxito. Para ello, el manager tiene que saber perfectamente qué tareas hay que realizar, cuáles son las que tienen prioridad y de qué recursos dispone para sacar el trabajo adelante. Esta optimización de las tareas con los trabajadores es fundamental para lograr que se cumplan plazos y objetivos propuestos en cada proyecto.
Esto puede parecer sencillo, pero hay que conocer los detalles internos de cada tarea, las posibles dificultades, el equipo de trabajo, las posibles adversidades externas…
Capacidad de negociación
Esta negociación no solo se refiere a personal externo a la empresa, con el que es posible negociar precios o plazos, sino también con su propio equipo. Siempre hay algunas tareas que no gustan a los empleados, y puede ser buena idea negociar con alguno de ellos la realización de aquellas a cambio de otros beneficios.
Por ejemplo, si hay una tarea más monótona y repetitiva, puede plantearse a alguno de los trabajadores realizarla a cambio de compatibilizar su horario con la conciliación familiar. O bien con la promesa de que la siguiente tarea asignada resultará de su agrado. En resumen, lo que se busca es que el equipo esté contento y a gusto desempeñando sus labores.
Capacidad de liderazgo
Sin duda, esta es una de las habilidades más buscadas. Ser líder no tiene nada que ver con la antigua figura de jefe que impone, sino con un modelo, un referente y una guía que todos siguen y ayudan para lograr un objetivo común. Precisamente, ser líder implica tener un equipo de personas que le rodean y que trabajan con ahínco por un mismo fin.
Por tanto, el líder es el encargado de guiarlos en el proceso, pero no se cree superior a ellos ni impone en ningún momento. Quizá sea esta la razón por la que la figura del líder siempre ha de saber escuchar y entender a sus empleados, siendo empático con las situaciones particulares de cada uno de ellos.
Máster de project manager
Si te fijas, en ningún momento nos hemos detenido a hablar sobre los conocimientos técnicos o específicos de un determinado sector, sino sobre las cualidades que han de tener los gestores. Esto es porque un project manager se puede dedicar a cualquier sector (gastronomía, construcción, servicios, moda…) y lo que realmente importa para que sea bueno o no, además de sus conocimientos, son las habilidades que hemos comentado.
Aunque sería ideal que algunas de ellas ya estuvieran interiorizadas por la persona que va a comenzar a formarse, en el máster para project manager se trabajan todas ellas. De hecho, esta formación se dirige a personas que se encuentran ya en puestos de alta responsabilidad, así como a aquellas que quieren acceder a gestión de proyectos.
Durante el transcurso de esta formación, se busca en todo momento obtener conocimientos prácticos, sabiendo cómo actuar en determinadas situaciones laborales y qué acciones son las mejores para llevar a cabo. La modalidad es tanto online como semipresencial, lo que supone que se puede compatibilizar tanto con la familia como con un puesto de trabajo, pues se busca enriquecer y no únicamente enseñar desde cero.
Asimismo, para flexibilizarlo totalmente se ofrece la posibilidad de hacerlo a distintos ritmos, en una duración variable entre 9 y 24 meses. Queremos que se trate de una facilidad que te ayude a crecer laboralmente y no te exija dar más de lo que puedes.
En definitiva, un project manager es capaz de gestionar los proyectos que una empresa tiene entre manos. Esperamos que este artículo te haya resultado útil para conocer cuál es la formación de jefe de proyectos más adecuada, así como las características que debería potenciar esta figura laboral. Te animamos a que te formes y continúes aprendiendo en este sector con la realización del máster online que te proponemos.
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