Cómo aprovechar mejor los ratios de rentabilidad de una empresa

La rentabilidad de una empresa es un aspecto muy importante que debes tener en cuenta a la hora de dirigirla o analizar las decisiones que pueden repercutir en su economía.

Mediante el big data podrás obtener todo tipo de indicadores, permitiéndote llevar un control exhaustivo de cualquier aspecto empresarial.

A continuación te exponemos la información que necesitas para seleccionar los ratios adecuados que te garanticen el éxito en la empresa.

Los ratios económicos necesarios para asegurar la rentabilidad

En el momento en el que inicias la aventura empresarial, debes tener en cuenta varios factores económicos con el fin de evitarte desagradables sorpresas y una contabilidad negativa sobre las ganancias en la misma.

No todo se resume en llevar dos cuentas básicas, como el gasto en materia prima y la posterior venta. Es preciso analizar cada ratio para, así, evitar riesgos sobre las decisiones comunes que suelen surgir en el ambiente empresarial.

¿Qué son los ratios económicos?

Los ratios económicos son indicadores de la rentabilidad de una empresa, los cuales se emplean en un momento determinado para analizar su progreso. Mediante ellos se calculan los activos relacionándose con las operaciones que se realizan dentro del entorno económico empresarial.

Un director económico o general de una empresa deberá recabar los datos e indicadores necesarios para sostener la vibilidad de la misma. Teniendo en cuenta esto, es indispensable que manejes a la perfección los ratios, los cuales se pueden diferenciar en función a su carácter:

– Solvencia.

– Rentabilidad financiera.

– Rentabilidad económica.

Liquidez.

Tipos de ratios económicos para la rentabilidad de una empresa

ROI (return on investment)

El ROI es el ratio que más utilizan las empresas. Sus siglas en inglés se traducen como “retorno sobre la inversión”. Su objetivo es analizar la gestión de tu empresa en relación a los beneficios que producen sus activos.

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El ROI se calcula dividiendo las ganancias, sin contar los intereses ni impuestos, entre el activo total. Las ganancias hacen referencia al volumen neto de ventas, que resulta de una resta: el total de ventas menos los gastos que suponen los salarios de los trabajadores, los costes de producción, compra de material, etc.

Por otro lado, es imprescindible que conozcas el valor de los activos, los cuales pueden ser la maquinaria, el inventario, instalaciones, etc.

Ante el resultado obtenido, podrás determinar si la estrategia ha sido positiva y merece la pena continuarla o, en su caso, cambiarla.

ROE (return of equity)

ROE se traduce como “retorno sobre el patrimonio”. A diferencia del ROI, sí tiene en cuenta el endeudamiento de la empresa, obteniendo un cálculo exacto del patrimonio neto.

Este ratio es el que más observan los accionistas de una empresa. Aunque las ganancias pudieran ser mayores a lo invertido, el ROE será negativo si las deudas superan a los beneficios de un determinado periodo.

Ratio de rentabilidad de ventas

Calcula el margen real de las ventas, sin tener en cuenta otros gastos derivados fuera de estas. Así, su resultado deriva de la operación que se obtiene de la explotación, dividida por los ingresos de la misma (resultados de explotación / ingresos de explotación).

Ratios financieros

Estos ratios se utilizan para obtener los datos económicos de la empresa a corto plazo. Se llega a ellos mediante un balance realizado entre los activos y los pasivos circulantes. Para su correcto cálculo debes tener en cuenta la atención de las deudas y la liquidez en un periodo corto de tiempo.

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Elementos de los ratios financieros

Es imprescindible atender los siguientes elementos:

Solvencia a corto plazo: esta debe aparecer siempre en puntos positivos, superando las ganancias a las deudas adquiridas.

Test de prueba ácida: su objetivo es calcular los riesgos ante la hipótesis de que los activos no consigan venderse. Como meta óptima, situará su liquidez en, al menos, una unidad positiva.

Tesorería: su papel es calcular el dinero disponible con el monto de la deuda, intentando que haya una diferencia bastante amplia del primero para poder hacer frente a las deudas a corto plazo.

Grado de endeudamiento: calcula la situación de independencia de tu empresa con respecto a terceros. Es importante que no se supere el índice de 0,6 en este caso. En cambio, si presenta un índice menor a 0,4 puede estar incurriendo en capitales ociosos de manera excesiva.

Coeficiente de garantías: tu empresa debe garantizar el pago a sus acreedores. En este sentido, los activos deben resultar siempre positivos, para evitar así una posible quiebra. Esto hará que sea solvente para que pueda hacer frente a sus deudas y continúe creciendo.

Conocer la rentabilidad de la empresa es importante, pero debes basarte en análisis minuciosos de índole económico para prevenir cualquier gasto imprevisto y tener en cuenta las deudas a terceros.

Llegar a esto se consigue gracias al cálculo mediante las ratios, necesarias para mantener la solvencia y liquidez. Este mundo tan interesante se te pone a disposición cuando eliges estudiar un MBA. Hay muchos a los que puedes recurrir para convertirte en todo un experto empresarial.

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