Elegir estudios es uno de los momentos más trascendentales en la vida, y seguramente por ello los seres humanos solemos autopresionarnos demasiado con el proceso de decisión. Sin embargo, es un momento para disfrutar, no para sufrir.
Sobre todo, si tenemos claras las sobresalientes opciones que hay hoy en día para poder desarrollar una vida académica plena, que te forme para una futura carrera de éxito.
Un ejemplo es el grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE), uno de los más arraigados dentro de la universidad española, por todas las ventajas que supone para el proceso de formación del estudiante en los tiempos que corren.
Qué es un Grado en ADE
El Grado en ADE se centra en el estudio de los diferentes departamentos que encontramos en el ámbito de la empresa: desde la contabilidad hasta el marketing, recursos humanos, gestión financiera o producción; por lo que permite a los titulados trabajar en este campo, así como en el del sector público dentro de la administración.
El objetivo es formar profesionales en gestión, evaluación y asesoramiento de modo que tengan una idea global de cualquier organización.
Estamos hablando probablemente del grado más transversal que se puede estudiar, por su relación directa con un sinfín de disciplinas que le permiten tener ante sí uno de los horizontes laborales más amplios. Por esta y muchas otras más razones, cursar un Grado en ADE puede ser una de las mejores decisiones que tomes en tu vida.
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10 razones de por qué estudiar un grado en ADE
Nivel de formación
No es casualidad que una buena parte de los puestos directivos, los de mayor responsabilidad en el ámbito de la empresa privada, estén ocupados por licenciados o graduados en administración de empresas.
La formación que implica cursar el grado permite al alumno conocer de manera sobresaliente todo lo que tiene que ver con el área empresarial, aportándoles conocimientos de gestión, planificación, organización, control y dirección.
Transversalidad
Como decíamos al inicio, el Grado en ADE supone -si el alumno lo supera con éxito, por supuesto- dominar todo lo que se refiere al ámbito empresarial, y esto significa también entender las relaciones que este sector tiene con otros muchos, todos ellos de naturaleza diversa entre sí.
Las ciencias sociales, el marketing, las Ciencias Financieras y Económicas, Auditoría o Consultoría son algunas de las más importantes, y todas ellas aparecen de una forma u otra en la guía docente del grado.
Alta empleabilidad
Esta amplitud formativa y la calidad de la misma, le aporta al estudiante un abanico enorme de salidas profesionales en el sector de la Administración de empresas a corto plazo. La alta empleabilidad es una realidad dentro de los perfiles que acreditan este tipo de estudios.
A largo plazo, los puestos de dirección son un objetivo realista, pero lo mejor es que a corto plazo, las posibilidades que se abren son prácticamente infinitas: Consultoría, Auditoría, Logística, Recursos Humanos, operaciones, Compras, Responsabilidad Social Corporativa, Marketing… son algunas de las incontables opciones.
Sector público y otras alternativas
Es tan amplio el horizonte dentro del universo privado, que muchas veces olvidamos sumar a este las posibilidades alternativas que ofrece un Grado en ADE. Por ejemplo, dentro de la investigación y de la docencia, ya sea pública -completando los estudios exigidos para ello- privada.
Pero incluso dentro del sector público se puede optar a un puesto por oposición dentro de los cuerpos superiores de la Administración.
Emprendimiento
Toda mente creativa, con deseo de emprender, lo hará con muchas más probabilidades de éxito si sabe cómo llevar a cabo su idea desde los cimientos. Con un plan realista, sabiendo cuáles son sus recursos y cómo debe explotarlos para obtener el máximo rendimiento.
Y esto es algo que se adquiere con formación superior en ADE. Es, de hecho, el mejor compañero posible -en muchos casos el salvavidas también- de la creatividad. El equilibrio entre ambas suele ser sinónimo de triunfo para un emprendedor, una de las palabras más importantes en este primer cuarto del siglo XXI.
Liderazgo
Uno de los atractivos de esta carrera es el aprender a gestionar equipos humanos y tratar de sacar el máximo rendimiento de todos ellos. Para ello, no solo es importante saber desenvolverse entre directivos, sino tratar de descubrir el talento de cada uno para después aprovecharlo para el bien de la empresa y cuidarlo para retenerlo dentro de ella.
Compatibilidad
No solo es importante tener claro lo que uno va a estudiar, sino que, también es importante tener claro cómo hacerlo. Es en este punto donde otra serie de ventajas decisivas aparecen con fuerza para decantarse por la modalidad 100% on line que ofrece IMF Business School, por permitir compatibilizarlo con otros estudios o trabajos.
En este caso, se trata de un título oficial verificado por ANECA, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación; y también reconocido por el Ministerio de Educación. No es vano es el Título Oficial de Grado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Camilo José Cela. Un grado que se desarrolla de acuerdo con el Plan Bolonia, de forma que es válido en todo el Espacio Europeo de Educación Superior.
Posibilidad de estudios complementarios
La formación del Grado en ADE es magnífica, pero siempre se puede profundizar más en los conocimientos específicos de alguna de las ramas estudiadas dentro del sector de la empresa. IMF Business School ofrece una gran variedad de Masters en los que continuar dicha formación y ampliar y mejorar de esta forma tu currículo.
Conciliación
La modalidad presencial tendrá sus virtudes, no lo dudamos, pero cada vez son menos las personas que pueden permitirse entregar su horario en cuerpo y alma a un grado presencial. En cambio, las modalidades online son muchísimos más flexibles, hasta el punto de poder conciliar los estudios con casi cualquier otra actividad.
Capacidad de reacción y adaptación
Hasta el punto es más cómodo el estudio a distancia que incluso puedes readaptar tus horarios si durante el curso surge algo que te obligue a cambiar tu rutina. Puede ser algo positivo, como una oferta laboral que te interese, hasta cualquier otra circunstancia, como por ejemplo un cambio de domicilio.
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