Cuando cambiamos de compañía para la que prestamos servicios nos asaltarán dudas y dilemas desde varios frentes emocionales y técnicos. Entrar a formar parte de una “casa” debe transmitirnos ciertas mínimas garantías. Hemos oído todos o incluso sentido ” quiero trabajar para esta compañía aunque se que el horario es complicado”
En cada entrevista laboral nos van a bombardear con información corporativa donde nos venderán la “posible” idoneidad de la empresa que nos quiere contratar, y en ese punto es donde pondremos la lupa.
Evitar el primer pensamiento ” si me están convenciendo de que su empresa es la mejor es que les soy necesario y tengo la sartén por el mango” no es así. Asumir que al explicarnos las bondades y filosofía de la empresa es para vendernos que debemos quedarnos con ellos es fallar en la objetividad, el hecho real es que más bien nos estamos sintiendo identificados con esos valores de que alardean y nos gustan, y esto quiere decir que son un lugar idóneo para nosotros.
En ese momento la compañía lo que busca es lanzar estas informaciones para que conozcamos bien los valores y prioridades que les conducen, que reconozcas el estilo de pensamientos para que decidas y te plantees si las opciones de pertenencia son auténticas.
El sueldo, el puesto, las prestaciones, el equipo, herramientas y tecnología, ubicación o condiciones no son suficientes para elegir una “casa” si no estamos de acuerdo con su filosofía de vida.
Aunque nos parezca irrelevante, al final la imagen social y repercusiones en nuestro entorno de la empresa a la que vamos a representar tendrá más peso en la serenidad y estabilidad emocional, así como satisfacción personal, que el trabajo en sí que estemos desempeñando.
Si todas las condiciones técnicas o administrativas están correctas, y el trabajo que hacemos nos gusta (por ejemplo técnico de sistemas) nada será válido si el fin de la compañía no es coherente con nuestros principios.
Por ejemplo, estoy plenamente satisfecho con mis tareas y equipo como director de recursos humanos, pero mi empresa se dedica a construir los barcos y herramientas necesarias que se van a utilizar para cazar ballenas en china, Si soy un poquito ecologista…es obvio que un día mi moral y valores harán que abandone la compañía.
Por eso en las entrevistas de trabajo es fundamental averiguar y asegurarse de los valores de la empresa y candidatos a todos los niveles. Es muy costoso para todas las partes, física y emocionalmente darse cuenta al poco tiempo de empezar la colaboración laboral que no nos gusta o no cuadra con nosotros.
Por muy humilde que sea el puesto que desempeñamos en la empresa, incluso aunque te sientas mal pagado, si los valores de la compañía hacen que cada vez que la nombras la gente te mire con respeto y admiración, tu fidelidad y satisfacción profesional estarán potencialmente muy estables.
IMF Business School es un ejemplo de empresa con grandes valores. Actualmente patrocina a Albert Ramos, tenista que recientemente llegó a cuartos de final en Roland Garros y participará en los Juegos Olímpicos de Río, conferencia de David Meca, apoyos sociales a ONG como Nepal Sonríe y muchas otras actividades que convierten al equipo y valores de IMF en algo muy deseable como lugar de trabajo y desarrollo profesional y personal.
Los valores dicen mucho de las empresas y de lo que podemos esperar de ellas.
Mónica Fernández, experta en Liderazgo y Coaching
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