La legislación laboral vigente contempla como accidente de trabajo aquel que se produce tanto en el lugar de trabajo, en horario laboral, como el que se produce in itinere, es decir, en el trayecto que discurre entre el domicilio y el centro de trabajo.
A este riesgo no están expuestos únicamente los conductores, sino también aquellos trabajadores que acuden como peatones hasta su lugar de trabajo.
Una conciencia a favor de la seguridad vial y unas pautas de actuación correctas, por parte de los trabajadores y de la empresa, rebajarán el importante coste personal y empresarial que acarrea este tipo de accidentes.
– Riesgos habituales
La actual forma de vida en los grandes núcleos urbanos e industriales obliga a realizar largos desplazamientos.
Esta circunstancia viene impuesta por la ubicación de los centros de trabajo en polígonos industriales, alejados de los núcleos urbanos, y por la tendencia, principalmente en grandes ciudades, de habitar en zonas residenciales o en las denominadas ciudades dormitorio.
– Exposición al peligro
Esta dinámica conduce a que sea necesario estar durante largo tiempo, a veces varias horas al día, dentro de un vehículo. Esto hace que la posibilidad de sufrir un accidente in itinere sea elevada, debido al alto tiempo de exposición y a la concentración del riesgo.
Puesto que en la mayoría de los casos no es posible modificar las circunstancias de ubicación de los centros de trabajo, habrá que actuar sobre el resto de factores que pueden reducir el riesgo de accidente: el conductor, el vehículo y los trayectos.
– Precauciones del trabajador
A la hora de acudir al centro de trabajo, una buena planificación del itinerario, que evite trayectos con alta densidad de tráfico y demasiados cruces e incorporaciones, reducirá la concentración del riesgo.
Los itinerarios no tienen por qué ser siempre los mismos, pues la experiencia revela que un trayecto de bajo riesgo a una hora puede ser de alto riesgo en otro momento del día. Los distintos medios de comunicación (radio, televisión, internet, etc.), pueden ser una buena fuente de información para elegir el itinerario.
Disponer de suficiente tiempo para llegar al trabajo también reducirá el riesgo, pues conlleva una conducción más tranquila.
El empleo del transporte público colectivo (autobuses, trenes de cercanías, metro, etc.) reducirá de forma importante las posibilidades de sufrir o provocar un accidente.
Recomendaciones:
Si el trabajador emplea vehículo propio, deberá prestarle la atención necesaria, realizando un mantenimiento periódico del automóvil que garantice su correcto funcionamiento.
Compartir el vehículo para ir a trabajar es otra medida que reducirá notablemente la densidad del tráfico y, como consecuencia, el tiempo de exposición al riesgo.
– Actuaciones de la empresa
Medidas como un horario flexible a la entrada del puesto de trabajo recortarán el riesgo de accidentes in itinere, al reducir la densidad de vehículos accediendo a las instalaciones en un corto espacio de tiempo.
En empresas con un número elevado de empleados, poner a disposición de los trabajadores transportes colectivos para realizar los trayectos al centro de trabajo disminuirá asimismo el riesgo de accidente.
En zonas con grandes concentraciones de empresas, acuerdos para escalonar los horarios de entrada y salida de sus trabajadores permitirá una mayor fluidez en el tráfico.