El coste total de los accidentes, como se especifica en el master en prl puede definirse como la suma del coste de prevención y el coste de los cambios resultantes. No parece descabellado reconocer que el coste social de los posibles cambios que resulten de la aplicación de una medida preventiva puede superar ampliamente el coste real de la medida.
Los recursos financieros necesarios se extraen del grupo de población económicamente activo, compuesto por los trabajadores, las empresas y otros contribuyentes, mediante sistemas que funcionan sobre la base de la cotización a las instituciones que ofrecen las prestaciones, a través de los impuestos recaudados por el Estado u otras Administraciones públicas, o mediante ambos procedimientos.
A escala empresarial, el coste de los accidentes incluye gastos y pérdidas, como los que se refieren a continuación:
– Gastos realizados al establecer el sistema de trabajo e instalar los equipos y la maquinaria correspondientes con vistas a garantizar la seguridad en el proceso productivo. La estimación de estos gastos es difícil, ya que resulta imposible trazar una línea divisoria entre la seguridad del proceso en sí y la de los trabajadores. Se trata de grandes cantidades, que son desembolsadas en su totalidad antes de que comience la producción y se incluyen en las partidas de costes generales o especiales para su amortización a lo largo de varios años.
– Gastos soportados durante la producción, que, a su vez, incluyen:
a) Los costes fijos relacionados con la prevención de accidentes, como los dedicados a los servicios médicos, de seguridad y educativos y a la organización de la participación de los trabajadores en el programa de seguridad.
b) Los costes fijos de los seguros de accidente, además de los costes variables en los regímenes que vinculan la cuantía de las primas al número de accidentes.
c) Los costes variables de las actividades relativas a la prevención de accidentes (éstos dependen en gran medida de la frecuencia y la gravedad de los accidentes, e incluyen el coste de las actividades de formación e información, las campañas de seguridad, los programas y la investigación en materia de seguridad y la participación de los trabajadores en estas actividades).
d) Los costes originados por las lesiones personales (aquí se incluyen el coste de la asistencia médica, el transporte, los subsidios concedidos a los accidentados y a sus familias, las consecuencias administrativas y jurídicas de los accidentes, los sueldos abonados a las personas lesionadas durante su ausencia del trabajo y a otros trabajadores durante las interrupciones de su actividad tras un accidente y en las encuestas e investigaciones posteriores, etc.).
e) Los costes derivados de los daños y las pérdidas materiales que no tienen que coincidir necesariamente con una lesión personal. De hecho, los daños materiales más habituales caros en ciertas ramas de la industria se producen en circunstancias ajenas a las que dan lugar a una lesión personal. Debe prestarse atención a los escasos puntos en común entre las técnicas de control de daños materiales y las aplicadas a la prevención de lesiones personales.
– Pérdidas debidas a una caída en la producción o a los costes de adoptar medidas de compensación especiales, pudiendo resultar ambas causas muy gravosas.
Además de afectar al lugar donde se ha producido el accidente, pueden registrarse pérdidas sucesivas en otros puntos de la instalación o en instalaciones asociadas.
Aparte del quebranto económico resultante de la interrupción del trabajo debida a los accidentes y las lesiones, deben tenerse en cuenta las pérdidas que se acumulan cuando los trabajadores dejan de trabajar, convocan una huelga durante los conflictos laborales planteados por la existencia de accidentes graves, repetidos o generalizados.
El valor total de estos costes y pérdidas difiere de una empresa a otra. Las disparidades más obvias dependen de los riesgos específicos asociados a cada rama de la industria o tipo de actividad y de la medida en que se apliquen las precauciones pertinentes.