El pasado 8 de noviembre se celebró el 20 aniversario de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales. Como diría la letra del célebre tango de Carlos Gardel: “Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada…”. Probablemente no sea mucho tiempo en la infinitud del universo… mas sí el suficiente para poder hacer un balance de este período.
“Las nieves del tiempo platearon mi sien” en este tiempo y, evidentemente ,el balance presenta luces y sombras.
La reducción del número de accidentes mortales es, probablemente, lo mejor que nos ha traído esta nueva regulación. La UGT ha elaborado un informe en el que señala que el índice de incidencia de los accidentes laborales mortales (número de muertos por cada 100.000 trabajadores) se ha reducido un 66,3% en estos 20 años. En el año 1995 este índice era de 10,1 mientras que en 2014 fue de 3,4. No me cabe duda de que este hito es y, nunca mejor dicho, de vital importancia. Se destaca también la mayor sensibilización, formación e información en esta materia. De todos modos, todavía queda mucho por hacer.
Existen sombras, cómo no puede ser de otra manera, en este período. En mi modesta opinión se ha puesto demasiado empeño en convertir la prevención de riesgos laborales en un montón de papeles. La gestión documental de la PRL continúa siendo una losa muy pesada. Un ejemplo notorio es la cantidad de papeles que genera la coordinación de actividades empresariales. ¿Alguien se los lee?
Todavía hoy escuchas en muchas empresas, tanto a trabajadores como a empresarios, que la prevención es un “rollo” (perdón por el tecnicismo). En alguna empresa lo consideran un impuesto más o una fórmula para que la Inspección de Trabajo recaude euros poniendo sanciones. No puedo estar de acuerdo con estas afirmaciones.
La PRL tiene nuevos retos pues, obviamente, el mundo está cambiando a velocidad de vértigo. Este cambio hace necesario poner foco especial en la que, hasta la fecha, ha sido la hermana pobre de la PRL: La Ergonomía y Psicosociología”. Es suficiente acudir a la hemeroteca para informarse del caso France Télécom , empresa en la que se produjeron alrededor de 60 suicidios. No se trata de crear alarma, sino de dar la importancia adecuada a los riesgos psicosociales.
Dice Carlos Gardel: “Guardo escondida una esperanza humilde que es toda la fortuna de mi corazón” . Esa esperanza, en el caso que nos ocupa, es que antes de que la norma cumpla 20 años más (y que yo lo vea) se produzca la integración de la prevención de riesgos laborales en el sistema general de gestión de la empresa.
Con los acordes del tango de Carlos Gardel nos vamos con la música a otra parte esperando que estas reflexiones sobre PRL os hayan resultado de interés.
Roberto Quelle, Gestor de Servicios en EGARSAT Mutua de Accidentes y tutor de IMF Business School