Cada día se producen accidentes y enfermedades dentro de tu ámbito laboral que suponen riesgos para la salud. Estos riesgos no solo afectan al trabajador, sino que también pueden implicar a su familia y a la empresa en la que este desempeña su labor. La prevención es clave a la hora de promover y facilitar la seguridad en el puesto de trabajo. La PRL o prevención de riesgos laborales actúa en tres vertientes —identificación, evaluación y control— de los posibles riesgos y peligros que se pueden dar en tu entorno laboral. Pero ¿sabes qué es un riesgo laboral? ¿Qué tipos de riesgos existen? Sigue leyendo para conocerlos mejor.
Clasificación de los riesgos laborales
Un riesgo laboral es la posibilidad de que un trabajador pueda sufrir un accidente o una enfermedad relacionados directamente con su puesto de trabajo. Para reducirlo o evitarlo, se actúa a través de la prevención de riesgos laborales. Una prevención adecuada se lleva a cabo tras hacer una evaluación de los riesgos que pueden aparecer en un determinado ámbito laboral. En función del origen, los riesgos se pueden clasificar de la siguiente forma.
Riesgos físicos
uelen ser los más habituales y fáciles de determinar. El ruido, por ejemplo, genera molestias auditivas. Si es muy fuerte y persistente, a la larga puede provocar una disminución de la capacidad de audición.
Las vibraciones que causa el uso de maquinaria también son otro riesgo físico. Si las vibraciones son fuertes y prolongadas, podrían afectar a la columna vertebral. También podrían ocasionar todo tipo de afecciones relacionadas con la cabeza: dolores, jaquecas, migrañas, etc.
La iluminación intensa provoca deslumbramientos, reflejos o cansancio. Un deslumbramiento, por ejemplo, podría producir un accidente. Es recomendable regular los niveles de luz y el tipo de lámparas que se utilizan.
La temperatura, en ambientes con exceso de calor, frío, humedad o una ionización elevada, es otro efecto adverso en el ámbito laboral. Al igual que la humedad, también se debe controlar para que no haya un nivel excesivo. Las exposiciones prolongadas en estas condiciones pueden desembocar en problemas físicos persistentes.
También pueden considerarse tareas con riesgo físico aquellas donde se emplea maquinaria pesada, las que se realizan en alturas elevadas o en profesiones consideradas de riesgo.
Riesgos químicos
Estos riesgos son producidos por procesos químicos. Incluso pueden ser provocados por el medioambiente. Las alergias o virus se transmiten a través de inhalaciones o absorciones. Manipular determinadas sustancias o exponerse a ellas causa graves problemas. El uso de sistemas de protección como guantes o mascarillas contribuye a erradicar estos riesgos. La adecuada ventilación del recinto o el aislamiento de los procesos son otras medidas de seguridad. También la implementación de zonas descontaminantes.
Se deben extremar las precauciones con las personas que sufren alergias o intolerancias, ya que sufrir procesos de asfixia, mucha más información sobre este tipo de riesgos aquí.
Riesgos biológicos
Se producen a través de agentes patógenos: virus, bacterias, parásitos, hongos, etc. El contacto con ellos puede producir enfermedades diversas. Los trabajadores de centros sanitarios son uno de los grupos más expuestos a este tipo de riesgos. También los trabajadores que están en contacto con espacios donde abundan los patógenos como los sistemas de alcantarillado, colectores o depósitos de aguas fecales. Por ello, es imprescindible trabajar con las protecciones adecuadas en este tipo de situaciones.
Se recomienda, al margen de utilizar equipos de protección, establecer programas de control de salud con pruebas médicas específicas y vacunaciones.
Riesgos ergonómicos
Son cada vez más habituales. En la actualidad, alrededor del 60 % de las enfermedades laborales están relacionadas con estos riesgos. Se producen en ámbitos muy diversos, aunque principalmente se dan más en espacios de trabajo como oficinas. Los trabajos sedentarios, repetitivos o de levantamiento de peso originan daños físicos.
Es conveniente tener una buena higiene postural para evitar dolencias que pueden convertirse en crónicas. Utiliza la postura correcta al levantar peso, estar frente al ordenador o para trabajar en una cadena de producción. Es la manera de evitar problemas físicos y diversas lesiones.
Riesgos psicológicos
Los más frecuentes suelen ser la fatiga, el estrés o la monotonía. Para prevenirlos, es importante tener descansos de quince minutos a partir de las seis horas de trabajo. También es vital cambiar de tareas o de horarios laborales de vez en cuando. No se debe exceder la jornada establecida y es importante contar con un ambiente laboral sano.
Riesgos mecánicos
Están relacionados con condiciones laborales inseguras de base. Un ejemplo pueden ser los trabajos en altura, la utilización de herramientas o maquinaria en estado deficiente o el mal uso de los equipos de trabajo. Este tipo de riesgos se puede prevenir con revisiones periódicas de los materiales, así como el cumplimiento estricto de las medidas de seguridad en tareas de altura.
Riesgos ambientales
Se trata de factores de riesgo que no se pueden controlar: tormentas, rachas de viento, inundaciones, tormentas eléctricas… Son todos los relacionados con las condiciones meteorológicas y la naturaleza. En estos supuestos, solo la prudencia y actuaciones con precaución pueden ser claves para evitar accidentes.
Riesgos de seguridad vial
Los riesgos laborales también se previenen con la seguridad vial. Los transportistas y conductores de transporte público sufren también diversos riesgos ergonómicos, ambientales o psicológicos. Son la fatiga, el cansancio, estrés, mantener la misma postura prolongada al volante, etc. Los conductores se enfrentan a estos problemas a diario. Es fundamental seguir la estricta regulación de las horas de descanso para evitar accidentes en la carretera.
Otros riesgos
Hoy en día, el trabajo prolongado con monitores implica riesgos para la vista. Se trata de un problema muy común. Es fundamental que realices descansos cada hora para evitar problemas oculares. El uso prolongado de la pantalla puede afectar a tu vista y desencadenar problemas oculares graves.
Taren dos tipos de consecuencias:
- Daños físicos o psicológicos para el trabajador, que sufre accidentes laborales que le provocan lesiones o padece alguna enfermedad que afecta a su salud mental.
- Daños materiales en los puestos de trabajo, equipamientos o maquinarias.
Esta es la clasificación de los riesgos laborales. Establecer su origen, consecuencias y medidas de prevención es un factor decisivo para evitar accidentes. La especialidad de PRL es una salida laboral con un gran futuro, pues todas las empresas están obligadas a cumplir las normas de seguridad en el trabajo. Infórmate aquí para saber más sobre nuestro máster de prevención de riesgos laborales.