Soporte vital básico: ¿qué tengo que hacer en caso de emergencia?

Los primeros auxilios prestados en el lugar donde ha sucedido el accidente y para los que no se necesita ningún tipo de equipamiento se conocen con el nombre de soporte vital básico (SVB); el auxilio prestado por personal de los servicios de emergencia y para lo que utilizan un equipamiento médico especializado se conoce con el nombre de soporte vital avanzado (SVA).

En el caso de colectivos entrenados para intervenir en situaciones de catástrofe o emergencia, el comportamiento ha de ser profesional, dividiendo cada tarea en fases y aplicando los conocimientos necesarios para efectuar correctamente cada tarea.

Para evaluar el estado físico de un herido hay que hacerse dos preguntas clave, en el siguiente orden y referentes a:

Estado de consciencia de la víctima

Para comprobar el estado de consciencia, observa si la víctima habla o se mueve voluntariamente.

En caso de no hablar o moverse, observa si responde a estímulos (grita o sacúdelo):

  • Pregúntale en voz alta: “¿Está usted bien?”, “¿Qué le ocurre?”, etc.
  • Si no responde, muévalo suavemente por los hombros a la vez que sigues preguntando.

Puede ocurrir:

  • Que la víctima responda y por lo tanto esté consciente.
  • Que no haya respuesta, por lo que se encontrará inconsciente y habrá que valorar la respiración como se indica a continuación.

Comprobación de la respiración

Mediante la maniobra frente-mentón y la técnica ver, oír y sentir, acerca el oído a la nariz del lesionado para oír su respiración, mientras tratas de sentir el aire que exhala en la mejilla y observas si existen movimientos respiratorios y elevación del tórax.

Actuaciones según el estado de consciencia

Según se va comprobando el estado de la víctima y dependiendo de su respuesta realizaremos unas acciones u otras, que se describen a continuación:

Si responde (con palabras o movimientos)

Mantener al herido en la misma posición que se encontró y asegurándose de que está en una zona fuera de peligros. Se valorarán posibles lesiones, valoración secundaria. Se llamará inmediatamente al 112 para informar del estado de la víctima. Revisión continua de la víctima.

Si no responde

Colocar a la víctima boca arriba y abrir la vía aérea usando la maniobra frente-mentón:

  • Colocar una mano sobre la frente de la víctima e inclinar suavemente su cabeza hacia atrás.
  • Con la yema de los dedos bajo el mentón de la víctima, elevar el mentón para abrir la vía aérea.

Una vez abierta la vía aérea, ver, oír y sentir la respiración:

  • Comprobar el movimiento del pecho.
  • Poner el oído en la boca de la víctima para oír la respiración.
  • Poner la mejilla en la boca del herido para sentir el aire en la mejilla.
  • Decidir si la respiración es normal, anormal o no existe.

En los primeros minutos de una parada cardíaca, una víctima puede estar respirando apenas o presentar boqueadas, lentas y ruidosas. No hay que confundir esto con la respiración normal. Ver, oír y sentir durante no más de diez segundos para determinar si la víctima está respirando normalmente. Si tienes alguna duda acerca de si la respiración es normal, actúa como si no fuese normal.

Si respira normalmente:

  • Colócalo en la posición de recuperación.
  • Solicita una ambulancia llamando al 112.
  • Se debe continuar comprobando que la respiración es normal.

Si la respiración no es normal o está ausente:

Llamar inmediatamente al 112 e informar del estado del herido.

Se iniciará la compresión torácica (RCP:resucitación cardiopulmonar):

  1. Arrodillarse al lado del herido.
  2. Colocar las manos en la mitad del pecho, entrelazadas una encima de la otra, con los brazos bien estirados y con las palmas mirando hacia el accidentado.
  3. Se colocarán las manos como se ha indicado, en posición vertical encima del tórax, manteniendo las manos fijas en el punto elegido. Tener mucho cuidado de no hacer presión en el abdomen o en la parte final del esternón.
  4. Se cargará sobre las manos el peso del cuerpo (no se deberán flexionar los codos ya que eso minimiza el efecto del masaje). Cada compresión debe hacer descender el tórax unos 4 o 5 cm (2/3 del diámetro del tórax).
  5. Tras cada compresión se debe dejar de hacer presión un tiempo similar al mantenido durante esta. Las compresiones y descompresiones deben durar igual (no perder el contacto entre las manos y el esternón).
  6. El ritmo de las compresiones debe ser de cien por minuto (un poco menos de dos compresiones por segundo).
  7. No separar las manos del punto de contacto y mantener la posición del cuerpo, los brazos y las manos.
  8. Se han de combinar las compresiones torácicas con las respiraciones de rescate.
  9. Una vez realizadas 30 compresiones se abrirá la vía aérea con la maniobra frente-mentón.
  10. Pinzar la parte blanda de la nariz cerrándola, usar el dedo índice y el pulgar de la mano que tiene sobre la frente. Permitir que la boca se abra, pero mantener el mentón elevado.
  11. Inspirar normalmente y colocar los labios alrededor de la boca del herido, asegurándose de que hace un buen sellado.
  12. Sacar el aire insuflándole firmemente en el interior de la boca. Mientras, hay que observar si el pecho se eleva durante alrededor de un segundo, como en una respiración normal; esto es una respiración de rescate efectiva.
  13. Manteniendo la maniobra frente-mentón, retirar la boca del herido y observar que el pecho realiza el movimiento de respiración normal.
  14. Tomar aire de nuevo y soplar en la boca de la víctima una vez más para conseguir un total de dos respiraciones de rescate efectivas. No se deberán tomar más de cinco segundos en total en las dos respiraciones.
  15. Volver a la posición inicial con las manos sobre el esternón y ejercer treinta compresiones más.
  16. Se continuará con las compresiones torácicas y las respiraciones de rescate en una relación de 30:2.
  17. Si la víctima comienza a despertarse, moverse, abrir los ojos y respirar normalmente, se parará la acción. En caso contrario se deberá seguir.
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Cuando se ha realizado la respiración de rescate inicial y esta no hace que el pecho se eleve como en la respiración normal, se deberá realizar lo siguiente antes de realizar otro intento:

  • Mirar dentro de la boca de la víctima y resolver cualquier obstrucción; reevaluar que la maniobra frente-mentón es adecuada.
  • No intentar más de dos respiraciones cada vez antes de volver a las compresiones torácicas.

En caso de aplicar solamente compresiones torácicas, estas deberían ser continuas, a una velocidad de al menos cien por minuto (pero no más de 120). Este tipo de RCP se dará en casos en los que el socorrista no esté entrenado o no desee aplicar respiraciones de rescate.

No se interrumpirá la resucitación hasta que:

  • Llegue ayuda profesional y nos reemplace.
  • La víctima comience a despertar: se mueva, abra los ojos y respire normalmente.
  • El reanimador quede exhausto y no pueda realizar la reanimación de manera adecuada.
  • Una vez comprobado que respira (si no respira, seguiremos con las indicaciones del algoritmo del soporte vital básico), se realizará una evaluación con el fin de identificar y tratar posibles lesiones que puedan poner en peligro la vida de la víctima a corto plazo.

Obstrucción de las vías aéreas (atragantamiento)

La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño es una causa poco común pero potencialmente tratable de muerte accidental.

Obstrucción leve

Si la víctima muestra signos de atragantamiento, lo primero que hay que preguntarle es: “¿Se está atragantando?”. En caso afirmativo, se trata de una obstrucción leve por lo que debemos animar a la víctima a que continúe tosiendo.

Obstrucción grave

Si la víctima no para de toser y su estado empeora, será una obstrucción grave y procederemos de la siguiente manera:

  • Colocándonos a un lado y ligeramente por detrás de la víctima le sostendremos el tórax con una mano e inclinaremos bien a la víctima hacia delante, de manera, en el caso de que se consiga movilizar el objeto que obstruye la vía aérea, que lo expulse por la boca y no progrese más en la vía aérea.
  • Daremos hasta cinco golpes interescapulares bruscos con el talón de la otra mano.
  • Comprobamos si cada golpe en la espalda ha aliviado la obstrucción de la vía aérea.

El objetivo es aliviar la obstrucción con cada golpe, y no necesariamente dar los cinco. Si, tras dar los cinco golpes en la espalda, no se ha conseguido aliviar la obstrucción de la vía aérea, efectuaremos hasta cinco compresiones abdominales (maniobra de Heimlich), siguiendo estos pasos:

  • Situarse tras la víctima y rodeándola con los brazos por la parte alta del abdomen.
  • Inclinarla hacia delante. Cerrar el puño y colocarlo entre el ombligo y el apéndice xifoides.
  • Agarrar el puño con la otra mano y tirar con fuerza hacia dentro y hacia arriba.
  • Repetir hasta cinco veces.
  • Si la obstrucción persiste, continuar alternando cinco golpes en la espalda con cinco compresiones abdominales

Por Carlos J. Moya.

Las dos pestañas siguientes cambian el contenido a continuación.
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