Existen una serie de factores que podrían considerarse la semilla desencadenante del Mobbing y que actúa a tres niveles:
a) Cultura y clima organizacional.
Hay climas organizacionales que originan comportamientos entre el personal, enmascarando rasgos de competitividad en el trabajo que, mal canalizado, pueden desembocar en situaciones de mobbing.
El clima organizacional es un fenómeno circular en el que los resultados obtenidos por las organizaciones condicionan la percepción de los trabajadores, y esto a su vez, condiciona al clima de trabajo relacionado directamente con la inteligencia emocional de los individuos.
b) Uso de poder.
Otra causa del mobbing es demostrar el poder que ostenta el acosador (muchas veces, cuando se trata de mobbing vertical, el acosador tiene un puesto elevado o superior al de la víctima dentro del organigrama de la empresa). Si alguien es capaz de demostrar que tiene el poder de hostigar y dañar a un trabajador y quedar impune, el resto del personal lo reconoce y repetirá y obedecerá sin oponer resistencia. Se trata de hacer constancia del psicoterror laboral entre los miembros de la organización.
c) Personalidad de la víctima.
Piñuel y Zabala establecen que los celos y la envidia que pueden llegar a sentir los acosadores son la causa más frecuente del mobbing. La víctima suele ser envidiada por poseer alguna cualidad o rasgo que los hace destacar del resto del grupo. El mobbing también puede desencadenarse cuando el trabajador no permite ser manipulado por otro u otros miembros del grupo, o bien porque no pertenece al grupo que maneja el statu quo de la organización. Las personas que tienen características que las hacen distinguirse de la mayoría de sus compañeros, por ser susceptibles de envidia, suelen ser el blanco del acoso. Este tipo de personas suelen ser amenazantes para la organización y cultura empresarial.
También hay otro tipo de víctimas que tienen una personalidad dependiente ante la autoridad empresarial, con rasgos de sumisión y con alta capacidad de manejar situaciones de indefensión aprendida. Este tipo de personalidad puede tener predisposición a llevar, tras de sí, un historial de abuso de autoridad a su espalda, tanto en anteriores trabajos como en su vida personal.
Debemos estar pendiente de estos factores para que la “semilla del mobbing” no brote y así evitar sus negativas consecuencias.