Halloween en la organización: conectar para disfrutar con el equipo

Una de las noches más terroríficas del año se acerca. Halloween está aquí y cada año más gente se suma a esta fiesta para disfrazarse y disfrutar como niños. También son más cada vez, las organizaciones que se unen y que tratan de que, desde Recursos Humanos se ponga la guinda (o calabaza en este caso) de la fiesta en ese día.

Halloween, una tradición para disfrutar

Hay tradiciones que son más típicas de una zona y no se suelen celebrar en todas partes. En nuestro propio hay fiestas que se disfrutan en regiones específicas. Pero otras, que, con el paso del tiempo, van cogiendo fuerza y se van expandiendo por todo el planeta. Es el caso de Halloween, que, habiendo nacido en Estados Unidos, ha ido llegando poco a poco y está totalmente instalada aquí ya.

Una de las cosas que hacemos en las fiestas, es disfrutar. Nos divertimos con los amigos, con la familia. Una fiesta en la que normalmente eran los niños los protagonistas, pero a la que ya cualquiera se apunta y lo vive como ellos. Halloween permite a quien se apunta, disfrazarse, contar historias de miedo, decorar el entorno como si de una película de terror se tratase y poder hincharse con caramelos o chucherías.

Para disfrutar, es imprescindible algo: hacer algo que nos gusta mucho. A veces son actividades que hacemos solos, que nos nutren por el simple hecho de hacerlas. Leer, ver una película o salir a caminar son algunas de las cosas que podemos hacer solos y disfrutar mucho. Pero otras, son imposibles sin los demás. Halloween es una de esas fiestas que, si no es compartida, no tiene ningún sentido.

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Conectar para disfrutar

Pero ¿cuándo disfrutamos con los demás? Cuando estamos con personas con las que conectamos. Es fácil hablar de esta fiesta si la montamos con los amigos o la familia. Pero ¿qué sentido tiene montarla en nuestra organización? Ahí es donde empieza el verdadero sentimiento de pertenencia y de lo que significa el verdadero Employer Branding.

Es fácil montar algo en cualquier circunstancia y que en ese momento nos metamos en la burbuja de Halloween. Lo verdaderamente significativo es, haber trabajado previamente la conexión entre la cultura de la organización y los empleados, para poder disfrutar de esa fiesta de la forma más honesta y coherente.

Es entonces cuando es algo que surge de una forma mucho más natural. De hecho, cuando en el equipo, las personas se sienten parte de la organización, identificadas con el estilo, es difícil tener que arrastrarles para que formen parte de algo así. Se disfruta muchísimo más de forma individual, de forma que el resultado global es mayor y mejor.

Truco o trato

Si en Halloween se juega a “Truco o Trato”, dentro de la organización no puedes permitirte que tengas que hacer pagar nada a los empleados por “estar”. Así que haz que se quede en un juego de niños. No puede haber truco ni trato en tu equipo, y eso implica apertura y transparencia. Abre la puerta para que fluyan las ideas y se negocie dentro de un espacio de confianza. Comunica todo lo que vais a montar y deja que participen. Implícales y disfrutad el doble. La fiesta puede ser “terrorífica”.

Calabazas

Si uno de los símbolos de Halloween es la calabaza, también lo es para explicar cuando alguien nos ha rechazado o hecho sentir fuera del proyecto. Evita que los empleados sientan eso, porque si quieres que todos disfruten del momento, han de sentirse parte de la familia. Aunque la pregunta que tienes que hacerte primero es: ¿quieres que todos disfruten o quieres hacer la fiesta de Halloween porque es lo que toca? Quizás ahí empiezan las decisiones.

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De hecho, ahí te darás cuenta de si todos ya están disfrutando o si hay que “contagiar” a los que no están sintiendo lo que te gustaría. Es importante entender que, más allá de que todos somos diferentes, hay una conexión que nos vincula y nos une. Si eso no lo tienes claro, todo lo que hagas, puede costarte mucho más. Y eso significa tener que arrastrar una carga pesada. Si no fluye, es porque hay algo que fricciona y hay que comprobar por qué. Si sentimos que alguien nos está dando calabazas, quizás es el momento de averiguar si somos un buen equipo o hay que trabajar algún factor.

Disfraces

Si los disfraces son la parte más visible de Halloween, no puedes introducir en el día ese aspecto en tu organización. Parece obvio, pero en muchas empresas, aun hay muchas directrices sobre cómo hay que vestir y cómo hay que hacer muchas de las cosas. Eso en sí no es un problema. Pero lo es si no está definido como parte de la cultura y se ha comunicado para que quienes sientan identificación con esa forma de trabajar, de una de manera consciente.

El disfraz no solo se ve en la indumentaria, lo podemos observar cuando entrevistamos a alguien o cuando disfrutamos de una fiesta como Halloween. Y aunque en esta última versión es lo suyo, haz que lo que vean los demás sea el único disfraz que muestras. Si no hay autenticidad en lo que dices, haces, el disfraz acabará pesando y se caerá un día.

La casa del terror

Si el miedo es como el tema principal de Halloween, plantéate si en tu organización forma parte de algún otro día más. No podemos disfrutar si tenemos un entorno de terror y miedo alrededor. Y aunque pueda sonarte exagerado, si no hay espacios de colaboración, comunicación, feedback y transparencia, quizás algo se te escapa. Pregunta, dialoga y escucha al equipo. Es importante saber cómo se siente el equipo para poder entender cómo se sienten y qué necesitan. Un liderazgo autoritario unidireccional puede convertir a la organización en la auténtica casa del terror.

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Ahora que hemos pasado por los elementos más identificativos de Halloween, ¿tienes claro si en tu organización vais a disfrutar de lo lindo de esta fiesta?

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Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Apasionada de la comunicación, las personas y cómo potenciar sus habilidades. Su objetivo es conectar a las personas en su entorno de trabajo.

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