Estamos presenciando casos de organizaciones que se manifiestan a favor del teletrabajo y otras, que prefieren volver a lo de antes y que todo el equipo vaya a diario a la oficina. Recursos Humanos busca la manera de equilibrar esta situación. Desde que apareció la pandemia y se obligó a todo el planeta a imponer el teletrabajo, aunque uno creyera que no se estaba preparado, muchas cosas han cambiado… ¿o no?
Cambios con la pandemia en la forma de trabajar
El Covid19 impulsó muchas prácticas que no estaban resultando de forma orgánica. El teletrabajo fue una de ellas. La necesidad de quedarnos todos en casa, provocó que muchas organizaciones tuvieran que darse prisa en la famosa puesta en marcha para ser igualmente efectivos desde sus casas.
Un año más tarde se hablaba de que el teletrabajo llegó para quedarse por fin. Pero ¿es eso cierto? No son pocas las organizaciones que sutilmente van animando a sus empleados a regresar a las oficinas, como si pudiéramos tirar marcha atrás sin más. Cierto que es que hay que contextualizar la posible disminución de la productividad para los empleados que durante tanto tiempo han trabajado desde casa. Pero es que volvemos a repetir, lo vivido el año pasado, no fue teletrabajo. Eso fue una imposición que nos trastocó a todos y de qué manera. Si estamos agotados física y emocionalmente, ¿quién puede estar al 100%?
El cambio se supone que debía llegar tras la “nueva normalidad”, en la que el teletrabajo de verdad pudiera de verdad arraigar. Y aunque hay profesionales que defienden el hecho de volver a la oficina (porque evidentemente una opción híbrida es la idónea), lo interesante sería poder escuchar ambas partes y sus propias necesidades. Hay muchas personas que afirman querer seguir pudiendo trabajar tanto desde la oficina como desde casa si existe una opción combinable.
Reprimendas al teletrabajo
Recientemente varias empresas se han mostrado contrarias al teletrabajo: JP Morgan, o Goldman Sachs. El consejero delegado de Morgan Stanley, uno de los mayores bancos de inversión de Wall Street, decidió posicionarse públicamente. Afirmó que, si sus empleados podían ir a un restaurante en Nueva York, bien podían ir a la oficina, así que él quería a la gente en la oficina. Tal ha sido el ultimátum que el 6 de septiembre es la fecha límite (curiosamente el día del trabajo en Estados Unidos), para que la gente vuelva. De lo contrario, habrá otro tipo de conversaciones. Toma amenaza encubierta.
¿Qué clase de discurso motivante es ese? Desde luego se aleja de lo que realmente genera un impacto positivo en los empleados. El teletrabajo no es como el veneno para tratar de ahuyentar a la gente, pero dio 2 motivos el consejero delegado de Morgan Stanley, en los que vamos a detenernos un momento.
Salarios
Si quieres salario de Nueva York has de trabajar en Nueva York. Eso es lo que alegaba para argumentar que la gente estuviera en la oficina. Por eso de estar en otro estado y cobrar como si estuvieras en la capital. Esto es extrapolable a cualquier otro país, el nuestro, por ejemplo. ¿Se aceptaría que un profesional que está en un entorno rural de las afueras de Teruel o por las playas de Canarias, por ejemplo, cobrara como si estuviera en la Castellana de Madrid o el Paseo de Gracia de Barcelona? Es interesante pensar en cómo puede afectar que los propios recién incorporados no tengan interacción directa con sus equipos o con su jefe. Otra cosa es que no la haya de ningún tipo. Esto nos acerca a esas organizaciones que incluso, con este argumento, contratan a personas que están en otros países donde contratar es mucho más económico para la compañía. El debate está servido.
Formación
Otro de las razones que daban en Morgan Stanley es que es en las oficinas donde los becarios aprenden y se forma a las personas. Cierto que esa ha sido la fórmula que conocemos. Formación presencial y todos juntos. Si no estás, te lo pierdes. Pero realmente ¿ha de ser así hoy también? Es otra cuestión que se pone encima de la mesa, porque no todo es blanco o negro. Podemos interactuar con el equipo a través de la tecnología y también podemos estar cerca de ellos, formarlos y colaborar desde otros puntos. Pero ¿hasta qué punto es efectivo? Otro melón abierto.
Escojan ustedes
Por otro lado, hay organizaciones que están dando libertad a sus empleados para que escojan trabajar desde donde quieran y hacer un combinado con algún día en la oficina. Este es el caso de las compañías Liberty Seguros o atSistemas. La primera tiene el respaldo del 99% de la plantilla (con casi 2000 empleados en Europa). Esto permite atraer talento de cualquier rincón, además de permitir que cada persona viva donde más le plazca. atSistemas cree que el trabajo no es un lugar ni un horario concreto. Muchas otras empresas están apostando por un modelo híbrido voluntario.
Evidentemente el tema del teletrabajo no es válido para sectores donde el profesional solo puede hacer su trabajo de forma presencial, como puede ser el caso de la hostelería. Pero mientras haya funciones y sectores donde sí pueda implantarse, tendremos debate en la mesa. Tampoco se puede afirmar que el teletrabajo es la panacea, porque ya hemos comprobado los beneficios de estar juntos e interactuar presencialmente y los riesgos del posible aislamiento. Existe esa sensación de poder estar perdiéndote algo si muchos van a la oficina, y tú no. ¿Eres de los que quiere volver o prefiere trabajar desde casa?
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