Uno de los retos que tiene delante Recursos Humanos es mejorar todo el proceso de selección. Pero algo falla cuando recibes ese rechazo y sientes que hay una cierta desconexión entre lo que vives como candidato y lo que ofrece la organización. No es fácil que te digan que no eres la persona seleccionada y suele haber más situaciones de esas de las que nos gustaría. Vamos a ver de qué manera lo podemos gestionar.
Malas experiencias en el viaje del candidato
Muchos candidatos compartís vuestra experiencia, y no es la mejor. Por un lado, la comunicación es mala e inexistente, no suele haber feedback y suele haber falta de información.
La organización debe hacer un esfuerzo por mejorar la relación con el candidato, ya que atraer talento implica saber a quién debes dirigirte y qué debes mostrar. En esta otra publicación os contamos qué hay que tener en cuenta para mejorar los procesos de selección.
Candidatos, cómo aceptar el rechazo
Estar en un proceso de selección debería ser algo emocionante, y en parte lo es. Estás ilusionado por formar parte de un nuevo proyecto y tienes esas ganas de saber qué estará pasando, ¿seré yo el elegido? Un rechazo puede desanimar a cualquiera, pero hay que tener claro cuáles son los motivos, y no siempre tienen que ver con tu perfil profesional, cosa que puede hacer que te baje la autoestima.
Ya has hecho la entrevista, que es una de las partes más importantes del proceso, y quedan en decirte algo cuando hayan tomado la gran decisión. Pasan unos días y recibes un mail donde te informan de que lamentablemente no has sido seleccionado para cubrir la vacante por la que optabas. Una sensación de decepción te invade.
Había unas grandes expectativas, ese puesto parecía diseñado para ti, estabas muy ilusionado y ¿ahora qué? Ahora es importante que entiendas qué ha pasado y cómo puedes gestionar el rechazo. Que alguien nos diga que no se lleva mal, pero hay que tratar de verlo con una perspectiva externa para poder salir adelante.
Pide feedback
Una de las cosas que pocas personas hacen es pedir feedback. No siempre te lo van a dar, o puede que sea generalizado, pero tú pruébalo. La idea es que la persona de RRHH te pueda mostrar los motivos para aprender, si es que algo falló y tengas la posibilidad de mejorar de cara a futuras entrevistas o procesos de selección.
Entiendo que ahora estás con pocas ganas de hablar con esa persona, pero puede ser realmente fructífera la conversación porque quizás te dé luz en aspectos que no habías tenido en cuenta.
No te regodees
El rechazo produce mucha frustración, pero lo importante es no quedarse ahí. Puede que obtengas información de lo que ha pasado o no, pero no debe ser determinante para avanzar. Lo que no depende de ti no puede condicionarte. Te recomiendo que mires adelante, que te enfoques en nuevas opciones, en otros proyectos y que mandes toda tu energía a algo que vuelva a motivarte. La actitud es uno de los factores que te más te ayudará a no quedarte ahí atascado.
Es lógico que inicialmente te cueste, pero cuanto más tiempo le dediques al “¿y por qué no?”, más difícil va a ser salir de ahí. De hecho, entender esa caída te ayudará en las próximas, así que aunque cueste, levántate y mira hacia un punto donde veas que tienes donde brillar.
Conectar o no conectar
Hay 2 entornos que determinan la conexión entre una persona y la organización. Una es la profesional y la otra, es la personal. La primera está relacionada con tu perfil profesional, con tu rol, experiencia y conocimientos técnicos. Se trata de averiguar si tú podrías llevar a cabo las funciones del puesto para conseguir los objetivos que necesita la empresa. Tu CV sería aquello que es más conocido a día de hoy, para entender dónde se puede ver, a priori, si encajarías con lo que demandan.
El segundo entorno es el personal, y ahí entra algo mucho más subjetivo. Este es el que más cuesta de aceptar, porque si está cubierto el profesional, todos creemos que deberíamos ser los seleccionados. El rechazo por este motivo es el que cuesta más de digerir y de explicar. Tú tienes una personalidad, una forma de ser, unos valores y la empresa también, y es su cultura.
Si vemos esa relación como la que puedes tener con tu pareja, se ve más claro que es importante que tiene que haber conexión ¿verdad? Igual que a ti no te vale cualquier para compartir tu camino de vida, a la organización tampoco le vale cualquiera. Que tengas un excelente pasado profesional, que tengas muchos conocimientos y que parezcas perfecto para el puesto, no te hace ser el escogido, te hace ser seleccionable. El factor determinante está en la conexión, en el match que surge entre tus valores y la cultura de la organización.
Proactividad para prevenir
Si te pones a buscar trabajo y esa empresa parece hecha para ti, déjale claro por qué. Ayúdales en aquello que a veces cuesta, que es obtener la máxima información de ti. Entiende que pueden haber visto cientos de CV, haber hecho una veintena de entrevistas y tener que ver cuáles encajan mejor.
Tienes que diferenciarte y evitar que el rechazo te toque a ti. Pero para eso, hay que trabajar previamente, es decir, tienes que decidir si es un trabajo que te permite tener unas funciones y un salario, o es la empresa con la que sientes que realmente puedes conectar. Y si esto lo ves así, no te pongas en modo pasivo, cuánto más destaques, cuánto más visible te hagas, cuánto más vean dónde conectáis por ti mismo, menos posibilidades de que tengas que vivir ese rechazo y mayor empleabilidad. Esto lo conseguirás trabajando tu marca personal.
Pero si aun con todo esto sucede, recuerda que aquí siempre hay 2 partes en la ecuación. Si ellos no te quieren consigo, ¿querrías estar con alguien que no te ha seleccionado? Vales más, así que ahora enfócate en sacar el #BrilliBrilliDelBueno, porque quien realmente conecte con lo que tú eres, más allá de tu perfil profesional, te verá y te querrá en su equipo.
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