«Ya el CV es historia», nadie es ajeno a esta aseveración, todos estamos convencidos, pero realmente si nos llaman a una entrevista mañana, tenemos que llevar el CV impreso.
Como en las interpretaciones de un libro, debemos estar preparados a enfrentar la compatibilidad del nuevo sistema de gestión de RRHH en el cual ya no es suficiente un buen CV, con el manejo de herramientas emocionales que nos sepan «vender» y transmitir nuestra Marca Personal.
No quiere decir que el CV «no exista» sino que debe coexistir con las nuevas tendencias de entrevistas más personalizadas en las capacidades y potencial que en la experiencia o titulaciones. Es la hora de dejar salir todo lo que somos y no solo aquello que creemos que debemos ser. Los entrevistadores y seleccionadores de Recursos Humanos están capacitados para ser sorprendidos y esto se agradece mucho en la vía de percibir la frescura y autenticidad que se lucha por fomentar y recibir en las empresas. No hablamos de excentricidad, solo trataremos de trabajar en aquella nube positiva y con buena energía que dejamos cuando salimos de una habitación, el brillo de nuestra personalidad y todos nuestros talentos flotando en la mente de los que han compartido con nosotros. Marca personal es lo que quedarán pensando de nosotros las personas que nos hayan entrevistado y como nos van a describir a otros.
Sabemos dónde y cómo formarnos para las famosas preguntas trampa, preguntas complicadas, etapas de la entrevista, test psicotécnicos, juegos de rol, entrevistas grupales, «one to one», todas las herramientas estan disponibles para saber enfrentar el ambiente, entorno y lo que vamos a recibir. Nos toca preparar lo que vamos a entregar.
Saber expresarnos con libertad , discretamente, con naturalidad y tener las cosas claras, estas son nuestras palancas para fomentar y optimizar nuestra Marca Personal.
Ser autocríticos y manejar la ironía nos adelantará a los prejuicios sobre nuestra apariencia, rasgos físicos o psicológicos, no bromear pero usar el sarcasmo moderado hacia nosotros mismos, al principio sorprenderá y dará originalidad sembrando curiosidad.
Inmediatamente que nos den opción a expresarnos sin preguntas concretas, hablar de nuestros conocimientos sobre la empresa y puesto al que optamos, dará una idea de nuestras ganas de implicación y compromiso, debemos informarnos muy bien tanto de la compañía como del entrevistador.
Todo lo que somos capaces de hacer no lo pone en el CV, solo nuestras palabras y tono vehemente con que nos describamos a nosotros mismos será la llave, debemos demostrar que estamos enamorados de nosotros mismos, y en ese momento seremos capaces de enamorar a cualquier persona que piense en la posibilidad de contar con nosotros y nuestros servicios.
Se puede aprender a expresar un positivismo no exagerado, no ser prepotentes ni caer en egolatrías, pero suficiente volumen de apreciaciones de lo mejor que llevamos dentro, todo lo que más valoramos en nosotros será lo que valoremos en el otro, esto es lo que buscamos transmitir.
Si expones por ejemplo, la admiración por la fuerza con que afrontaste la finalización de un Máster a pesar de que no tenías casi medios, en entornos hostiles con muchas dificultades y cómo la vida te demostró que eras capaz de cosas serias y grandes a veces por encima de lo que pensabas eran tus propias posibilidades, esto habla más de ti que todo un CV. Y el oyente pensará que valoras y te enfocas en esas herramientas de esfuerzo, capacidad de superación. resiliencia, paciencia, serenidad, y enfoque en el logro de objetivos, mejor perfil imposible para un seleccionador.
Lo demás se aprende en la empresa, en el puesto, pero lo que se lucha desde los departamentos de selección es con encontrar aquellos perfiles que solo necesitan aprender, que no serán conflictivos, capacitados emocionalmente e independientes.
En las entrevistas de trabajo, se busca una persona que nos facilite la vida, que sepa lo que tiene que hacer lo antes posible, y que busque su constante mejora por si mismo.
Esto es lo que debemos transmitir al definir y describir nuestra Marca Personal.
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Mónica Fernández
, experta en Liderazgo y Coaching
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Es una pena pero de nada te sirve la valía profesional y personal en un mercado que te rechaza sistemáticamente por ser mujer y por ser mayor de cuarenta años. Precisamente cuando tienes la experiencia que podrías entregar con plenitud, te cortan las alas. Los prejuicios del mundo empresarial siguen estando ahí, puedo decir que no ha cambiado apenas nada desde mi juventud, cuando te echaban del trabajo por estar embarazada o no te querían por tener hijos aunque eso no te impidiese realizar perfectamente tu trabajo. Pocos valoran el talento y nadie se lee un c.v., como mucho por encima cuando se lo pones visualmente muy atractivo y ni por esas. Aún así, tu artículo es muy interesante.