Los cambios parecen estar a la orden del día. Ya no hablamos de días o momento de cambio, ha quedado claro que los cambios han llegado y no van a marcharse. En Recursos Humanos no hemos tenido siempre la valentía y la acción para poner en marcha iniciativas y proyectos que nos ayuden a adaptarnos a los cambios que ya forman parte de nuestra realidad. Debemos trabajar para asumir que tenemos que integrarlos.
Afrontando cambios
Adaptarse a nuevos entornos, parece que no siempre es fácil. Actualmente estamos viviendo una situación completamente nueva para todos. Un virus que parece estar campando a sus anchas por todo el planeta y haciendo estragos en los hospitales de todo el mundo. Parece la sinopsis de una película, y nos gustaría que así fuera, pero desgraciadamente es nuestra realidad, no es ficción.
Todo lo que estamos viviendo nos está cambiando. Somos conscientes, de que aquí, en nuestras casas, desde donde estamos la mayoría de las personas, confinadas, es donde estamos empezando a vivir los cambios.
La adaptación siempre ha sido una de las grandes soluciones del ser humano para todo lo que ha ido viviendo a lo largo de la historia. Sobreviven los que se adaptan, eso dicen. Dejando de un lado el virus, y adentrándonos en la materia que nos trae aquí, RRHH, la adaptación a los cambios es igualmente vital. Nuestro departamento requiere con urgencia de esa adaptación. No se trata ya de ser felices, que también, sino de estar o no estar en el reparto del pastel.
¿Por qué nos resistimos a los cambios?
Salir de la zona de confort
Que nos hayamos pasado toda la vida haciendo las cosas de una determinada manera, no implica que solo exista esa o que no pueden cambiar. Precisamente una de las barreras, son el hecho de que nos saquen de nuestra famosa zona de confort, esa donde nada valiente nace. El simple hecho de que nos muevan de sitio supone un trasteo para muchas personas.
Hay personas que prefieren aquello de “malo conocido que bueno por conocer” y se pierden enormes satisfacciones. Los cambios son desafiantes, pero nos acercan a puntos de crecimiento.
Remover nuestro interior
Los cambios nos obligan a mirar adentro, para ver qué estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y de qué manera tenemos que cambiar nosotros para adaptarnos. No es fácil porque implica preguntarnos, y analizar qué podemos estar haciendo mal. Mirar hacia otro lado, no va a hacer que los cambios se vayan. Así que es mejor mirarlos de cara y gestionarlo en vez de huir.
Incertidumbre
Los cambios son los que traen esa sensación de dudas, de miedo, de no saber qué va a pasar, y eso es lo que paraliza a muchas personas. En RRHH, hemos estado paralizados muchos años por no ver los cambios que estaban ya instalados a nuestro alrededor. Se crea malestar cuando no sabemos muy bien qué nos va a provocar por no hablar, de que los cambios no suelen ser rápidos de gestionar o indoloros.
¿Qué podemos hacer para adaptarnos mejor?
Adaptarnos a los cambios, nos hace más fuertes, más resistentes y aunque parezca extraño, más felices. La capacidad de poder mutar fácilmente a nuevas situaciones nos permite ser flexibles, y eso nos aporta también poder tener una calma mayor que tener que sufrir la tensión de no poder aceptar el cambio.
Siempre vamos a sufrir cambios, nos guste o no. Las personas mueren, los trabajos se pierden, las parejas rompen y nos pasan cosas que no queremos. En las empresas tenemos la misma incertidumbre, situaciones inesperadas, clientes que se van, empleados que nos fallan, proyectos que no salen. Desde la gestión de personas debemos ser capaces de aportar las herramientas para poder dotar a todo el equipo de capacidad para afrontar lo que venga.
Actitud positiva
Lo más importante es tener una buena actitud ante los cambios. Tenemos que ser conscientes de que, si algo está pasando, y no podemos incidir, no podemos caer en la negatividad. Lo más sano es tener una actitud frente a lo que viene, abierta y receptiva. La negatividad nos hace sufrir, nos hace enfrentarnos a la situación y dañarnos aún más. No te atasques, trata de fluir con lo que viene.
Aceptar que los cambios forman parte de nuestro camino
Rebelarnos contra lo que está sucediendo nos va a generar mucho más conflicto. En vez de aportar para solucionar y aceptar los cambios, nos va a traer más disgustos. Aceptar forma parte del proceso de crecimiento y ayuda a entender lo que está pasando. Nos indica aquello que ya no va a ser igual y nos enfrenta a la nueva situación.
Evidentemente hay un proceso con diferentes fases, conocerlas nos ayudará a viajar el trayecto. Pero hay que tener la serenidad y la calma para poder no detenernos más de lo necesario en cada una de ellas.
Las personas que aceptan los cambios son las que al final superan las dificultades con mejor respuesta, las que tienden a ser más positivos y ven las respuestas que llegan como oportunidades en vez de verlos como un problema. Acaban siendo más felices.
Los cambios son buenos
Temer a lo que no conocemos, no tiene porque ser la única opción. Normalmente los cambios traen aprendizaje y conocimiento, nos hacen más fuertes y cuanto más luchamos contra algo, más con contra suele ponerse. Así que quizás debemos verlo desde otro prisma.
Entender lo que está pasando es difícil pero poco podemos hacer para evitarlo. Así que lo mejor, es poder aceptar, tener buena actitud y ver lo bueno de los cambios para poder no solo gestionarlos mejor, sino para aportar mucho más a los demás.
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