El futuro del trabajo ¿de verdad puede cambiar tanto en tan pocos años?

El futuro del trabajo asusta. Cambios en los entornos de trabajo, profesiones que desaparecen y otras nuevas que se inventan. Es palpable y evidente una auténtica transformación en el trabajo y tenemos que plantearnos que realmente si miramos hacia atrás, todo parece apuntar a que los cambios no van a detenerse. Recursos Humanos está en plena adaptación de toda esta situación y hay que conocer qué se nos viene, que por otra parte ya está en gran parte entre nosotros.

¿Qué impacto estamos recibiendo ya del futuro del trabajo?

Aspectos como la deslocalización, la economía colaborativa o la automatización atormentan a las personas que miran como está llegando un tsunami. No es el futuro, estamos ya ahí.

Un 12% de los empleos actuales son potencialmente sustituibles en varios países, entre ellos España. Pero también avanzan que aparecen nuevas economías que facilitan el crecimiento y por tanto la sostenibilidad. El último informe de la Oxford Martin School indica que casi el 63% de los empleos vinculados a la venta serían susceptibles de ser automatizados. Aun así, la mayoría de los españoles no teme por su trabajo ante todos estos cambios.

En un mundo lleno de ofertas, los diferentes sectores buscan innovar tratando de conectar con las necesidades de sus clientes. Recursos Humanos ha de ver una gran oportunidad para innovar en todos esos perfiles que van a ser estratégicos y necesarios. Facilitemos la vida a nuestros empleados y hagamos que tenga la mejor de las experiencias. Y la tecnología hará todo lo posible para ayudarnos en eso, aprovechémoslo.

Por lo tanto debemos centrarnos en humanizar todas aquellas posiciones en las que la relación con nuestro cliente (empleado) es primordial.

La tecnología nos rodea

Muchos ven en la tecnología del futuro un problema que va a afectarnos hasta tal punto que vamos a ver peligrar todos nuestros trabajos. Nada más lejos de la realidad. Si algo ha hecho la tecnología es facilitarnos la vida. Y en el trabajo no es distinto.

Machine learning, AI, big data, robotización… todo lo que tiene que ver con la transformación digital. Es un hecho que si miramos atrás todas las profesiones que hoy en día están relacionadas con estas áreas, no existían. Y lo que debemos entender con esto, es que el movimiento sigue y no va a parar. Vamos a vivir en constante evolución donde la tecnología nos vaya quitando y dando. Haciendo que puestos de trabajo dejen de hacerlos personas e inventando nuevas profesiones para poder crecer con los avances.

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Podemos ver un buen ejemplo en las nuevas tiendas de Amazon, que pueden verse por ahora en Estados Unidos. Se trata de una tienda donde no hay dependientes, el cliente se identifica con su móvil y es suficiente para llevarse lo que necesite sin hacer colas. La tecnología facilita que la persona pueda comprar sin esperar gracias a las cámaras, los sensores y la inteligencia artificial, que permiten saber por dónde se mueve la persona y hacerle llegar el tiquet de su compra.

En el último informe sobre los trabajos del futuro del Foro Económico Mundial de 2018, vemos que hay 4 avances tecnológicos que marcan el cambio, que son el Internet móvil de alta velocidad, la capacidad analítica en big data, el mundo cloud y la inteligencia artificial. En cuanto a la robotización (IA + Machine learning) hay en 2018 un 71% de humanos frente a un 29% de máquinas y se prevé que en 2022 habrá un 58% de humanos ante un 42% de máquinas.

Parece que la Inteligencia Artificial va a quitarnos el trabajo, pero en realidad va a generar más nuevos puestos de trabajo de los que va a eliminar. Sencillamente se encargarán de todo lo que sea automatizable. En realidad el mismo informe muestra que en este período de 2018 a 2022 desaparecerán 75 millones de puestos conocidos, pero pueden aparecer 133 millones nuevos. Lo que debemos plantearnos es ¿cómo lo vamos a hacer los que vivamos ese cambio? ¿Vamos a poder ejercer estas nuevas funciones los mismos?

¿Qué podemos hacer desde RRHH para adaptarnos al futuro del trabajo?

Nos hallamos en un momento de cambio y de nuevas formas de trabajo. Se trata de ganar en competencias, de no perder rendimiento o productividad. Y para eso debemos estar atentos a lo que sucede alrededor. Estar al día de las novedades para formarnos, para leer, aprender nos preparará para el futuro.

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Como vemos la tecnología nos trae un gran reto: reducción de puestos de trabajo a tiempo completo debido a la automatización, creación de nuevas profesiones con más valor y más contratación de externos y mayor flexibilidad.

Por lo tanto hay que mantenerse en constante evolución para ir desarrollando las habilidades necesarias cuando sean requeridas. Ya no somos estáticos y especialistas, somos dinámicos y en constante aprendizaje.

En palabras de Carlos Martínez, presidente de IMF Smart Education, ❝la formación permanente o Lifelong learning (LLL) adquirirá un nivel de protagonismo radical al ser una herramienta crítica que nos permitirá estar permanente actualizados. Muchos paradigmas de educación clásicas desparecerán en los próximos años y veremos cómo aparecen modelos modulares que permitan una formación plenamente adaptada a las necesidades personales y del mercado❞.

Hemos de entender a la población activa en términos de competencias, no tanto como un CV que tiene un inicio con la juventud y que va perdiendo posibilidades con los años. El edadismo es algo que debemos combatir para poder enriquecernos de la diversidad, tanto en edad, cultura o roles.

Otro factor que hay que tener en cuenta es el problema piramidal que se nos viene con la población envejecida que estamos viviendo. Tenemos millenials, pero se prevé que en 2030 uno de cada cuatro españoles tendrá más de 65 años. Eso hace que pongamos en marcha estrategias en las que podamos aportar soluciones para toda la población.

Nuestra educación debe ir enfocada al futuro del trabajo que ya tenemos. No nos vale una formación basada en las necesidades del siglo pasado. Hay que formar a los niños además de conocimientos generales, en áreas tecnológicas y en competencias transversales, por lo tanto debemos tener expertos y ofrecer itinerarios escolares que tengan tales puntos de partida.

Metodologías adaptadas a las nuevas formas de trabajar: agile, design thinking, scrum, kanban, etc tienen que estar en nuestro día a día. Y hemos de desarrollar estrategias de Employer Branding que impacten de manera positiva en los empleados y el talento externo.

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Cuando entendamos que todo va mucho más relacionado, menos dificultad para adaptarnos.  Por lo tanto, capacidad para conectar y ofrecer experiencias mejores y habilidades tecnológicas. La formación como la entendemos ahora, reglada no será tan importante. Nos nutriremos de formación especializada y mucho más transversal. No podemos estudiar asignaturas independientes, cuando nos vamos a encontrar un mundo encadenado y que nos demandará pensamiento relacional.

Cómo entendemos la forma de trabajar también se transformará en unos pocos años. Habrá muchísimas más personas que serán autónomos, ya que primará el trabajo por proyectos y no estaremos tan asociados en una marca por muchos años. En este sentido, Carlos Martínez apunta hacia ❝un nuevo escenario donde la formación y la práctica empresarial serán parte del mismo escenario donde ambas realidades se complementan y enriquecen mutuamente: la práctica empresarial necesita nuevos perfiles que incorporen nuevas capacidades, mientras que la formación desarrolla esos perfiles y los prepara para un nuevo contexto plenamente integrado con la realidad de los negocios

Si hemos cambiado la forma en que compramos por Internet, para reservar un billete de avión o la forma de viajar, nuestra visión en la forma de trabajo ha de suponer cambios igual de gigantes, y sí, se trata de algo positivo. El factor humano será el determinante.

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Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Apasionada de la comunicación, las personas y cómo potenciar sus habilidades. Su objetivo es conectar a las personas en su entorno de trabajo.

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