Una de las mayores dificultades sin resolver en las organizaciones es saber a dar y recibir feedback. En Recursos Humanos debemos aportar las soluciones para que este tipo de conversaciones dentro de los equipos sean constructivas.
¿Qué es el feedback?
En toda relación hay comunicación y por tanto diálogo, por lo que debería haber feedback. Es importante saber que no solo hay que saber darlo, sino recibirlo. En eso consiste para la comunicación sea buena y eficaz.
El feedback es aquella respuesta que damos a alguien aportando opinión o respuesta con relación a una conducta, actitud o algo concreto. Vamos, que, aunque en inglés sea la traducción de retroalimentación, estamos hablando de una crítica en toda regla.
El objetivo es aportar información para que la persona sepa que los objetivos marcados se están cumpliendo y poder reforzar todo aquello que debe ser aclarado. La complejidad viene por el hecho de que tanto si lo das como lo recibes, participan las emociones. Y cuando ellas están de por medio, todo se vuelve algo más delicado. Importante trabajar la inteligencia emocional.
Tipos de feedback
Suele estar asociado el feedback con las críticas y comentarios negativos, porque lo asociamos a cuando el jefe nos quiere pasar la evaluación del desempeño anual. Y muchas personas le temen, más cuando éste va asociado a cuestiones económicas y al rendimiento del empleado.
Positivos
Teniendo en cuenta que es el aporte de información para valorar algo, éste puede ser positivo. Se trata de reconocer algo que la persona ha hecho, por lo que reforzaremos su motivación. En este caso, es bueno hacerlo en público para enfatizar en el impacto. Ese aporte de comentarios puede ayudar a la persona a esforzarse más, a poner más ímpetu en lo que esté haciendo.
Es recomendable que cualquier comportamiento que sea de agradecer o apreciable, tenga un feedback positivo. Díselo a la persona correspondiente.
Negativos
En este caso hablamos para hacer referencia a aquellas conductas que no están siendo las esperadas y que comunicamos para que sean modificadas. Deberíamos hablar en este caso de feedback constructivo.
Este tipo de comunicación es más complicada porque la persona que lo recibe tiene que estar receptiva y predispuesta. La crítica tiene que ir acompañada de herramientas y soporte en cómo debería poner en marcha la persona los cambios esperados. Este tipo de feedback debes hacerlo en privado, nunca en público y tampoco le añadas comparativas con otras personas, eso suele tener un impacto muy dañino en la persona. Nunca lo hagas en caliente y prepara bien la conversación.
Formal – No contínuo
Es el feedback que damos en las reuniones específicas para ello. Suelen ser las conversaciones que se tienen para dar las famosas evaluaciones.
Informal – Contínuo
Son aquellas conversaciones que surgen de forma espontánea y natural y en el fondo éstas deberían ser las vías de feedback más habituales en todas las organizaciones, porque serían signo de buena comunicación, constante y fluida. Cuando te encuentras con esa persona o vas a verla, sin motivo alguno y le comentas aquello que crees que puede ayudarle.
Consecuencias de no aportar feedback
Que no haya esa retroalimentación entre organización y empleados es muy negativo porque impacta de manera radical en la persona y en consecuencia en su relación con la empresa. Eso significa pérdida de control de muchas cosas para la compañía: el empleado puede desmotivarse, no entender cuáles son sus objetivos, sentirse perdido por no tener una referencia sobre su trabajo.
Claves para dar buen feedback
Bidireccionalidad
La retroalimentación ha de ser bidireccional, de ahí que te insista en que es muy importante saber dar y saber recibir feedback. Como líder es muy importante saber recibir aquello que tu equipo te quiere trasladar. Es información de lo más válida que muchas veces te sirva para conocerlos mejor y eso te permite detectar fortalezas y debilidades que puedes ayudar a mejorar.
Utilizar lo que te comparten para mejorar la cohesión en el equipo o en los objetivos a seguir, les hará sentirse reconocidos e integrados, por lo tanto, su productividad.
Escucha activamente
Se trata de una interacción, así que cuando tú lo recibas, debes tener una actitud de escucha activa. Dialoga y transmite confianza para que las personas de tu equipo puedan acercarse a ti. Eso no se da si el clima de trabajo es de tensión. Para dar buen feedback, tienes que aprender a recibirlo y eso implica conocerte bien y gestionar de manera efectiva tus emociones.
Foco en lo importante
Céntrate en aquello que realmente quieres trasladar. No rodees ni seas estrictamente en detalles que no aportan realmente valor. Puede tener un impacto negativo y desmotivador. No juzgues y sé empático. Debes conectar para poder llegar a la otra persona. El feedback ha de estar centrado en el hecho, no en la persona. Habla de lo que ha hecho, pero no de la persona.
Evita contundencias
En el feedback hay que tener cuidad de no utilizar palabras absolutas como “nunca”, “siempre” o “pero” tras un comentario positivo, ya que se transforma en un comentario negativo y la percepción de la persona será de lo último que le hayas dicho.
Reconocimiento
Cuando des feedback positivo, es importante que lo refuerces con esos reconocimientos y valoraciones que en alguna ocasión pueden ser premios. Se recibe de buen grado y siempre potenciarás mucho más esa conducta.
Tienes ya unas pequeñas claves para poder dar y recibir feedback en tu equipo y mejorar así vuestras conversaciones sobre posibles errores que muchas veces no afrontamos.
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