Una startup ha dejado de ser un tipo de organización emergente. Cada vez más, estamos rodeados de emprendedores que arrancan un proyecto con un formato completamente diferente al de la tradicional empresa. Los departamentos de Recursos Humanos comprenden la importancia de conocer bien este tipo de organización, sobre todo cómo debe ser el equipo ideal de trabajo en una startup.
Entendiendo a las startups
La fórmula de una startup es disruptiva, se apoya en un equipo que no se dedica exclusivamente a ejecutar órdenes del que está arriba. Una de las grandes claves de las startups es precisamente su equipo de trabajo. De hecho, cuando los posibles inversores, están valorando formar parte del negocio invirtiendo, una de las cosas que más valora, es la competencia del equipo.
Se valora mucho al equipo desde dos puntos de vista: por un lado, las competencias de cada uno de los miembros y por otro, la sinergia del conjunto de todos ellos.
¿Cómo ha de ser el equipo de una startup?
Ya lo dijo Jim Collins en su libro “Empresas que sobresalen”: “primero quién, después qué”. Rodearse de los mejores siempre te dará mejor resultado, valga la redundancia. Si todos miramos al mismo objetivo y conectamos, el qué será fácil de trabajar. Pero nada saldrá si no damos importancia a las personas de nuestro equipo.
Emprender implica atar muchos cabos. Uno de ellos es saber rodearse de grandes personas y profesionales. Esto muchas veces se confunde, porque no necesitas solo personas como tú, necesitas personas diferentes. Debes verlo como una gran oportunidad, es decir, la diversidad en las habilidades hará que seáis más competitivos, y además os aportará amplitud de miras para tomar las mejores decisiones.
Emprendedor
Una de las cosas en las que sí debéis coincidir es en el espíritu emprendedor. Cada uno se encargará de funciones distintas, pero si algo caracteriza a la startup es que sus miembros, no se limitan a escuchar y ejecutar. Nada está delimitado y ninguno se unirá por el salario fijo cada mes. Esto significa que no hay empleados como tal, existe una especie de liderazgo compartido.
Conectar con la cultura
El siguiente paso es conectar con tu idea. Puedes haber encontrado a alguien tan emprendedor como tú, pero si no compartís la cultura de la empresa, olvídate del negocio. No va a funcionar porque cada uno tirará hacia su fórmula y acabará fracasando el proyecto.
Innovador
Las startups nacen porque surgen nuevas ideas, ganas de hacer algo de otra forma, mejorar algo que no acaba de funcionar o transformar lo conocido. La clave es la innovación. Se trata de personas innovadoras, creativas y que buscan genera algo distinto que facilite algún proceso para los posibles usuarios o clientes.
Proactividad
Las personas que forman parte del equipo de una startup necesitan implicarse, formar parte del proyecto y hacerlo suyo. No esperan a recibir órdenes, buscan conocer el negocio y saben que lo que cada uno hace, está completamente enlazado con el del resto. Se implican en tiempo y en aportar ideas y soluciones.
Su mente va constantemente en busca de la ampliación del negocio, de hacer crecer los números, de conseguir clientes, de mejorar la productividad. Preven, analizan y se adaptan fácilmente a los cambios.
Pensamiento crítico
Esto no es fácil de conseguir, porque además suele estar asociado a la adaptación de tomas de decisiones constantemente. El hecho de formar parte de una startup implica cuestionarse el camino, las formas, cómo se están haciendo las cosas. Muchas veces habrá que cambiar el rumbo y habrá que ver qué camino tomar. Hay que ser ágiles y estar preparados para esas tensiones.
Inteligencia emocional
Esas tensiones inevitables, nos llevan a otra gran competencia, la de la inteligencia emocional. Hay que poder gestionar las relaciones con los otros miembros de la mejor manera. No nos vale contar con personas con unos CV espectaculares, aquí es necesario saber escuchar, tener una visión global del problema, entender el objetivo grupal y salir delante de las peores situaciones.
Tecnología
Por supuesto que no podéis hablar de startup sin englobar la tecnología. Por lo tanto, no solo debéis ser digitales y estar en ese entorno, sino que una de las personas del equipo debe ser el CTO. Es el que sabe más que nadie de los equipos, de la parte técnica y el que consigue entender de la mejor manera a las máquinas, además de gestionar los sistemas para que faciliten el trabajo al resto del equipo.
Negocio – Finanzas
Una de las personas debe comprender a la perfección la idea de vuestra startup para conquistar al mercado. Alguien al que le guste estar en contacto con potenciales inversores o clientes. Que vea las oportunidades de negocio y trabaje para ganar alianzas.
Experiencia – Marketing
Esta es la última pata del equipo. Alguien que empatice, que escuche, que comprenda qué tipo de experiencia mejora vuestra idea de negocio. Se trata de la persona que trabaja la marca desde el punto de vista de las mejores y últimas tendencias, pero sobre todo el que entiende que el usuario final, el cliente es al que le mejoráis la vida. Por lo tanto, sabrá adaptar lo que sea necesario para que la relación entre la marca y personas sea excelente.
Tener la base es el inicio. Incluso los procesos de selección en una startup son muy diferentes a los de una empresa tradicional. Hay que dar importancia a la persona y su actitud, a sus intereses, sus convicciones, su forma de pensar y ser. Sus conocimientos técnicos son necesarios por supuesto, pero hay que tener en cuenta que muchas cosas se pueden aprender, y a veces es preferible tener capacidad de aprendizaje y conectar con el resto del equipo.
¿Tienes a los mejores en tu startup?
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