Todas aquellas personas que ocupan posiciones de liderazgo están siendo retadas de forma constante, ya sea por el entorno, el equipo como el área de Recursos Humanos, los resultados del negocio o simplemente por el comportamiento del consumidor.
El líder deja de ser aquel profesional que tiene un alto cargo en la empresa y pasa a ser una pieza clave con un rol catalizador de los procesos de forma eficiente. En realidad es así que el plan de desarrollo de los líderes no solo debe enfocarse a competencias. Sino que proponemos conocer los desafíos actuales que afrontan, y desde allí, identificar comportamientos que los líderes puedan incorporar en su día a día.
Definiremos los retos del liderazgo más comunes y cómo afrontarlos:
Equipos descentralizados
Es una realidad que con la crisis sanitaria mundial se ha acentuado. Por lo tanto tener equipos de trabajo fuera del alcance visual puede ser para algunos líderes un verdadero problema. Esto ha hecho que se incrementen las video llamadas, propiciando una pérdida de tiempo y un clima negativo en el equipo. La forma de poder gestionar esta situación es organizando el trabajo y dejando de forma muy clara los objetivos que se esperan cumplir con sus respectivos indicadores; para ello es recomendable apoyarse en metodologías como SMART o OKR.
Valor de la conciliación
La empatía deja de ser una competencia opcional para convertirse en el eje de la relación humana con el equipo. Es necesario coordinar acciones que permitan a todos encajar su realidad personal en la dinámica del trabajo. Es decir nos referimos a cosas como: solo reunirse en el horario donde todos coinciden, respetar si en algún momento alguien no puede activar el vídeo y solo participar en la reunión por audio y evitar reuniones o encuentros no agendados previamente.
Comprometer al equipo
Es otro de los grandes retos porque el canal online limita la percepción del líder sobre el clima de su equipo, lo mejor para seguir gestionando el compromiso de tus colaboradores, es que dediques al mes, por lo menos un par de sesiones donde a través de dinámicas o conversaciones informales trabajes temas que para tu equipo son importantes. Ya hay en el mercado varios proveedores que ofrecen experiencias de team building en canales virtuales.
Desconexión digital
Este aspecto lo primero que exige es autodisciplina por parte del líder, dar el ejemplo será la mejor forma de permitir que tu equipo pueda desconectarse digitalmente; no enviar emails fuera de hora. No preguntar temas de trabajo por Whatasapp son solo algunos ejemplos que ayuda a mantener el sentido de privacidad y desconexión.
Cuestionar lo que siempre ha funcionado
Es un reto poco evidente porque requiere que de forma consciente se salga de la zona de confort, esto es exigente un sentido crítico de las situaciones que se presentan. Aunque la forma habitual de hacer las cosas funciones hoy, no es garantía que nos sirva para resolver el mismo problema el día de mañana, con lo cual es necesario preguntarse ¿De qué otra forma puedo hacerlo? ¿Cómo podría optimizar el resultado?, este espacio de reflexión te ayudará a empezar a buscar nuevas alternativas.
Gestionar la diferencia
Si hay algo que se hace evidente es la diferencia que se vive hoy en los equipos de trabajo, solo por mencionar dos podríamos hablar de la diversidad generacional y la multiculturalidad. La forma de gestionar este desafío es desarrollar la escucha activa, es comprender estar muy atento a los motivadores de cada grupo. Esto permitirá que en el día a día puedas adaptar iniciativas que aseguren la inclusión. Para hablar de un ejemplo cotidiano, reflexionemos sobre la manea de transmitir el conocimiento a nuestros equipos. Por ejemplo, un millenial es probable que prefiera ver contenido en vídeo a demanda y un profesional con más experiencia se puede sentir más a gusto en un programa establecido con un calendario predeterminado.
Lo único constante es el cambio
Es una realidad a la que no podemos dar la espalda, esto exige que el líder esté en constante formación y aprendizaje; podría decir que es uno de los desafíos más importantes porque ya no solo basta con saber de tu área funcional, es necesario conocer las tendencias de innovación a todo nivel; no se espera que sea un experto pero que si esté informado y pueda identificar fuentes de información en caso de ser necesario.
Inspirar a otros
La inspiración va más allá de la motivación y el liderazgo, es la capacidad de poder transmitir un propósito compartido con el equipo; es trasladar tu sentido de pertenencia y hacer parte a los otros del sueño que se persigue. Sé que puede verse como algo utópico; pero en un entorno laboral donde la consciencia social aumenta, los jóvenes hablan de sus aspiraciones personales abiertamente, es necesario buscar la conexión más allá de las tareas cotidianas; la forma afrontar este desafío es preguntarte ¿para qué hacemos esto?
Sentido de negocio
Si hiciéramos un asola división en una empresa podríamos identificar áreas de negocio y áreas de staff; los profesionales enfocados en el negocio están más cerca del cliente, del producto o del servicio, conocen la competencia y en términos generales conocen los indicadores más importante de la operación; por otro lado las áreas de staff dan soporte al negocio, suelen enfocarse en el proceso y lamentablemente se alejan del cliente y de los resultados claves; esto no puede seguir pasando; toda la empresa tiene al cliente en el centro de la gestión; para ello es necesario involucrar y/o informar a los equipos en el manejo relevante de la gestión de la compañía.
Foco en la innovación
Esto debe ser parte de la cultura de la empresa, en definitiva, es la manera de resolver los problemas que se presenten. La innovación exige un espacio de co-creación; aportar valor entre todos exponer los desafíos y aceptar nuevas ideas; esta podría ser una manera de incorporar comportamientos que fomente la cultura de innovación en tu equipo.
Incorporando estos comportamientos en la gestión diaria de los retos que afrontas, podrás desarrollar un estilo de liderazgo enfocado al equipo y al negocio.
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Teresa Vila
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