Cuando a un trabajador su empresa le da un smartphone está poniendo en serio peligro la conciliación de la vida familiar y profesional, se produce sin duda una intromisión en la vida privada del trabajador, en cualquier momento recibe una llamada de su jefe, por las mañanas en lugar de desayunar tranquilamente está viendo los correos que debe resolver cuando llegue al trabajo, o en el momento menos oportuno recibe la llamada del compañero para preguntar algo sobre el trabajo realizado ayer.
El necesario descanso que debe tener el trabajador se encuentra interrumpido y no se produce la necesaria desconexión entre la vida personal y profesional que a medio plazo produce sin duda una merma en su rendimiento.
En varios países ya están teniendo en cuenta este problema, un informe del centro de investigación Pew establece que en Estados Unidos alrededor de 44% de los usuarios de Internet hizo con regularidad tareas laborales fuera de su lugar de trabajo el año pasado, a menudo a través de tecnologías como los teléfonos inteligentes. Aunque casi la mitad de los trabajadores encuestados dijo que la tecnología digital les ayudaba a hacer mejor su trabajo, 35% señaló que aumentó el número de horas que trabajan.
Por ello en el país indicado, según el diario The Wall Street Journal, ya se están produciendo demandas judiciales ante la falta de normativa, como la entablada por vendedores de las tiendas de la empresa de telefonía móvil T-Mobile USA, los empleados dijeron que se les había dado BlackBerrys y otros dispositivos con la expectativa de que trabajaran entre 10 y 15 horas adicionales a la semana, contestando correos electrónicos y mensajes de texto de los clientes y otros empleados. Los demandantes alegaron que T-Mobile los obligaba a repartir tarjetas de presentación con sus números de celular para que los clientes pudieran ponerse en contacto con ellos en todo momento. T-Mobile pagó una suma no revelada para resolver la demanda. En otro caso, instaladores de antenas satelitales demandaron a su empleador, DirectSat USA LLC, diciendo que no les pagaba por el tiempo que pasaban llamando a la oficina de despacho o descargando de Internet las órdenes de trabajo del día. El caso, presentado como acción colectiva, está avanzando en una corte federal en Maryland.
En los países de nuestro entorno, Francia prohíbe enviar mails fuera de la jornada laboral, así consta en un acuerdo alcanzado entre dos grandes sindicatos, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y la Confederación Francesa de Cuadros Directivos (CFE-CGC), y dos patronales del sector de asesoría técnica, ingeniería, servicios informáticos, recursos humanos y consultoría para intentar poner fin a la jornada interminable de los trabajadores. Por tanto, los trabajadores deberán apagar el móvil y el ordenador del trabajo durante once horas y, por tanto, tendrán el derecho de ignorar los correos electrónicos de trabajo que se envíen fuera de horas de oficina. Por su parte, las empresas tendrán la obligación de asegurar que esta medida se cumpla. En Alemania los sindicatos están solicitando que se ponga freno a esta situación porque en muchas empresas presionan tanto a sus trabajadores que han aumentado considerablemente las bajas laborales achacables directamente al estrés.
En España deben tener en cuenta el refrán “cuando las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar”, pienso que mediante la vía de la negociación colectiva se deben establecer unos límites en el uso de los smartphone de empresa fuera de las horas de trabajo y de esta manera establecerlo en los convenios colectivos.
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