Sabemos diferenciar a un cliente externo y nos formamos e informamos para optimizar la excelencia en el control de la atención al cliente. Pero, ¿ponemos el mismo esfuerzo e interés en el cliente interno?; ¿se nos olvidó que dependemos del trabajador para tener opciones siquiera de acceder a clientes externos?; ¿solo necesitamos Sales Manager; ¿alguien piensa en poder funcionar con empleados sin RRHH Management?
Cuántos cursos y simposium a cual más interesante podemos llegar a pagar incluso para mejorar nuestras cualidades y herramientas de gestión del cliente externo. Cuánto de prioritario sabemos que es atender al cliente.
¿Y quién le atiende? ¿quién prepara la información que voy a proporcionar al cliente externo?, ¿quién confecciona el producto o servicio que vendo? ¿quién lo empaqueta?, ¿quién habla mal de mi empresa?, ¿quién pasa más horas y de quién dependo yo como empresario o directivo? Del cliente interno.
¿Cuántos cursos pago para aprender a tratar a los empleados?
Entonces estoy tirando el resto de dinero que me gasto en aprender lo demás. Cuando me planteo estrategias de ventas, mejoras en infraestrucura , si decido cualquier emprendimiento de negocio, donde necesite empleados, hay un primer paso sin el cual me estaré enfrentando a una casa sin suelo, el cliente externo es el tejado del negocio.
Ni el mejor marketing suple una buena motivación y productividad, ninguna estrategia llegará ni a la suela del zapato de un equipo satisfecho, organizado, motivado y bien entrenado. Todos los esfuerzos y costes seran inútiles si el empleado no habla bien de su empresa y sus jefes. Ningún producto será bueno si los trabajadores dan mala prensa o no se sienten bien valorados, su efectividad será el coste mayor, y la calidad tendrá el nivel de nuestro trato al cliente interno, siempre será proporcional.
Cuanto mejor y más satisfacción del cliente interno, mejor producto, calidad y servicios puedo dar.
Entonces y solo entonces, después de un equipo coherente y consolidado, es cuando podré plantearme crecer y lanzar la imagen de marca. Nada mas fácil de desmontar por un empleado insatisfecho que una imagen corporativa.
Las prioridades en cualquier línea de negocio son calidad , servicio, competitividad. Ninguna de las tres son viables sin la completa, sincera y honesta colaboración de todos nuestros empleados. Así nuestro principal estandarte debe ser formarnos en dirección de recursos humanos, o al menos saber donde contratar y disponer de personal cualificado para esta tarea.
Os invito a ver este vídeo de cómo reforzar la relación con clientes, socios y empleados.
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