La nómina no es sólo un listado de números y conceptos, además de conocer a qué se refiere cada uno, debemos conocer qué nos dice la nómina de nuestro puesto de trabajo. Este informe es una parte del contrato de prestación de un servicio con el que nos comprometemos con una empresa y ella con nosotros, y refleja un valor económico que hemos pactado entre contratante y contratado.
En la nómina debemos exigir que consten nuestros datos y todos los de la empresa con transparencia absoluta, no es tan raro aún en este país encontrar “simulacros» de nómina, donde apenas figura una cantidad y fecha. Esta documentación es el recibo legal en el cual podemos reclamar y que está vinculado a unas leyes y derechos tanto de trabajador como de empresario. El formato de las nóminas ya está regulado legalmente.
No nos asustemos de solicitar que aparezcan los conceptos mínimos de:
Datos fiscales, CIF, dirección y contacto, responsables, períodos a los que se corresponde cada pago, deducciones legales por impuestos, extras de trabajo o de negociación, etc. Pero también hemos de saber que el empleado no tiene obligación de firmarla, si el medio de pago es automatizado.
Debe haber responsables en la empresa a los que consultar cualquier duda o preguntar aunque digan que todo lo lleva una asesoría, la figura de Recursos Humanos debe estar implícita en alguien cercano y de acceso.
No pensemos que el compañero de al lado debe tener la misma nómina, nunca la tendrá aún en el caso de mismos puestos de trabajo, porque los impuestos no son iguales, aunque debe ser exacta a lo que hemos pactado y firmado al comienzo del trabajo.
Es importante entender que la nómina habla de nuestra estabilidad laboral, de nuestro progreso en la empresa, (debe reflejar cambios y ascensos) desde anexos o en la misma nómina, y debe decir qué nivel de implicación y compromiso por ambas partes existe, en objetivos, bonos, dietas, etc.
La nómina dice todo lo que se debe saber de un trabajador, incluso su productividad debe estar reflejada, así como multas o negligencias. No se trata tanto de conocer el nombre y apellido de cada concepto sino de estar familiarizado y conforme con el valor que refleja sobre nuestro estatus y trabajo diario, y sobre nuestra vida. Si nos conformamos con mirar el número final nosotros mismos estaremos infravalorando el precio de nuestra labor. Pero sin obsesionarnos pues hay que ver el potencial y analizar cómo mejorarlo y renegociar cada año es la base de la satisfacción con nuestra nómina.
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yo quisiera preguntar solo cuales son las percepciones que NO tributan a efectos de IRPF?