Arquitecto Cloud-Computing, una profesión con mucho futuro

Se habla tanto de ellas que el término “profesiones del futuro” bien podría escribirse con mayúsculas porque hacen referencia a una serie de facetas concretas que, en realidad, son ya profesiones de presente. Dentro de este saco se encuentran numerosos perfiles profesionales ligados a las nuevas tecnologías como por ejemplo campos ligados al Big Data, el desarrollo de apps, realidad aumentada, ciberseguridad o cloud-computing, que es el caso concreto que vamos a analizar en este texto.

La especialidad Cloud-Computing

Dentro de los ejemplos citados anteriormente, el cloud-computing es posiblemente el menos mediático de todos. En mayor o menor medida, personas que no sean expertas en IT han oído hablar o leído sobre Big Data o ciberseguridad, pero es menos habitual que lo hayan hecho sobre este segmento en concreto. Sin embargo, no existe empresa de cierto renombre y dimensión que no tenga desarrollada hoy en día una detallada estrategia de IT en el que tenga un papel protagonista el cloud-computing, cuyos expertos son perfiles profesionales cada vez más demandados en el mercado laboral.

Existen diferentes especialidades en el cloud-computing como el desarrollador de servicios cloud, el manager en cloud-computing o el administrador de sistemas en la nube, pero sin duda el puesto más demandado y más cualificado en lo que respecta a esta especialidad es el de arquitecto cloud.

Las funciones de un arquitecto Cloud-Computing

Un arquitecto cloud-computing es el responsable de administrar y coordinar toda la estructura cloud-computing a su organización. Como se desprende de la definición, sus funciones son múltiples, ya que están relacionadas con elementos como los servidores, las soluciones de almacenamiento, el software, etc., las cuales dependen en cada caso específico del modelo de cloud elegido.

La adopción de la nube es un cambio drástico en el funcionamiento interno de una compañía y liderar este cambio es una de las principales funciones de un arquitecto cloud, de modo que estamos ante un perfil profesional con una responsabilidad capital dentro del organigrama de las compañías. Es una evolución en la cultura empresarial que conlleva una serie de cambios culturales, de mentalidad, que nunca son sencillos de abordar, por lo que el arquitecto cloud no solamente debe tener los conocimientos necesarios para poder desarrollar y coordinar la estrategia, sino que ha de tener una serie de habilidades sociales para ser capaz de liderar dicho proceso de cambio general.

Una vez se lleva a cabo la aplicación de su estrategia diseñada, su trabajo pasa a tener otros objetivos pero no pierde en importancia, ya que entre otras cosas debe estar permanentemente informado sobre posibles soluciones de hardware y software, desarrollo de nuevos aplicaciones en su ámbito de trabajo, detección de talentos o supervisar el cumplimiento de la política empresarial en lo referente a la nube.

Es importante recalcar esa doble cualificación que requiere el puesto de arquitecto cloud, ya que contrariamente a lo que parece a priori al tratarse de un puesto que requiere amplios y profundos conocimientos técnicos, también es importante que la persona elegida tenga un potente perfil humano, ya que deberá valerse de capacidades sociales para el trabajo en su día a día. Hay dos ejemplos en lo que esto se aprecia perfectamente: la necesidad de integrarse lo mejor posible en el organigrama de la empresa y la relación que mantenga con proveedores.

Formación necesaria

Si eres de los que está intentando dirigir su formación hacia el cloud-computing, debes saber que el mejor camino es el de la especialización a través de estudios de postgrado que te permitan adquirir y potenciar conocimientos en la materia. Además, conviene especializarse en el uso de las plataformas cloud más utilizadas por la industria, como son los servicios en la nube de Amazon, Google o IBM entre otros.

En cualquier caso, no es sencillo obtener la cualificación que requiere un puesto de este nivel de responsabilidad, pero sin duda alguna el esfuerzo merece la pena tanto en lo económico como en lo profesional, teniendo en cuenta que se trata de una de las “profesiones del futuro” de las que se ya se hablaba como tal hace casi un lustro con más demanda ya en el presente, sobre todo en el ámbito de la banca y en el de las comunicaciones.