No ha empezado España el año muy bien en el mundo de la tecnología ya que uno de los primeros estudios presentados en 2018 concluye que el nuestro es el país en el que se producen más víctimas de robo de indentidad registradas.
Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, ha publicado las cifras recogidas por la empresa especializada en obtención de datos de usuario Hocelot y lo cierto es que son nefastos para los intereses de España y su seguridad, ya que al menos un 7% de internautas españoles ha visto su identidad robada o suplantada a lo largo del último año 2017. Este dato es todavía mucho peor si se compara con la media del conjunto de la Unión Europea, que no excede del 4%. Por lo tanto, estamos en cifras que casi doblan esta media. Una barbaridad.
Más víctimas y más delitos
El problema no es solamente que el porcentaje de víctimas sea tan alto, sino que además se aprecia de los datos recogidos por Hicelot y Eurostar un incremento notable de este delito en los últimos años. Es normal puesto porque es el momento del auge de las tecnologías y de internet pero no por ello deja de ser alarmante.
Una de las estrategias más utilizadas por los ladrones cibernéticos es el “phising”, mediante el cual se pueden usurpar los datos de acceso a plataformas bancarias privadas, contratar productos, incluso realizar operaciones con la tarjeta de crédito de otra persona y hasta obtener créditos. En este artículo se explica muy bien en qué consiste el “phising”.
Si bien estos robos suelen darse en particulares en mayor medida, es también habitual que afecten a empresas, para los que suelen tener consecuencias nefastas. Consecuencias que se ven acrecentadas por la dificultad que supone en muchos casos detectar que se está siendo víctima de un robo de esta magnitud. De hecho, en el mismo informe se recoge que el tiempo medio que una persona tarda en darse cuenta de que su identidad ha sido usurpada es de casi 5 meses y medio. Esto quiere decir que el delincuente tiene cerca de un semestre para operar a sus anchas con los datos de la persona a la que ha robado. Es una eternidad.
Penas de hasta tres años de prisión
Estamos ante un problema serio que afecta a todos los ámbitos, tanto personas como compañías, por lo que se deben tomar medidas para extremar las precauciones, tanto desde los usuarios de internet a nivel personal como por las propias empresas, muchas de las cuales deberían revisar sus protocolos internos de seguridad. Además, se necesita también en la medida de lo posible una revisión por parte de las empresas que ofrecen servicios y productos digitales para que no sea tan sencillo realizar una compra y de esta forma se pueda complicar más usar una identidad suplantada.
En España, tanto la usurpación como el simple hecho de suplantar una identidad digital están ya tipificados en el Código Penal desde hace tiempo y las penas no son precisamente pequeñas ya que por ejemplo el delito de suplantación puede llegar a castigarse hasta con 3 años de prisión. Sin embargo, esto no aparece frenar a los delincuentes digitales que a tenor de los resultados del informe de Hocelot no paran de aumentar el número de robos de identidades en España.
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