29 de mayo de 2016. El periodista Juan Soto Ivars publica una columna en el suplemento Tentaciones de El País. Hasta aquí todo normal, la columna no es polémica en absoluto, pero de repente pasa algo raro. Un usuario de Twitter lo desvela: en su texto, Juan Soto Ivars ha ocultado el mensaje ‘Cebrián es un tirano como Calígula’, refiriéndose al presidente del grupo Prisa.
Aquí el Tweet en cuestión:
Así funcionan el encriptado y la criptografía
El ejemplo es más divertido que sofisticado, la verdad, pero ayuda mucho a que entendamos en qué consiste la tecnología a la que dedicamos el capítulo 16 de Trabaja en Ciberseguridad: la criptografía, que se ocupa de ocultar un mensaje dentro de otro aparente inocuo o de encriptar un tipo de información. De este modo, aunque se robe un documento no se podrá acceder a la información sensible a menos que se sepa cómo desencriptarlo.
Cifrar información es algo muy común en ciberseguridad, y su complejidad dependerá del uso que se le dé. El encriptado más típico que puedes ver es el de tu Wifi, en el que tu contraseña va convenientemente cifrada para que nadie, en principio, pueda acceder a ella. Pero el rey de esto es el sector bancario, que también encripta sus contraseñas e intercambio de información por razones evidentes. De hecho, fíjate en cómo ha crecido el mercado del software encriptado en ese sector:
Pero no hay un solo tipo de software de encriptación, sino muchos. Aquí tienes el mismo gráfico de antes, pero dividiéndolo por tipos de software:
Lo cierto es que esta tecnología es muy frecuente en cualquier empresa, no solo en las de ciberseguridad. Como podemos ver en el gráfico de abajo, el encriptado es tremendamente frecuente en casi todas las áreas de las grandes compañías:
El encriptado se hace especialmente necesario cuando tratamos información que tenemos en la nube.
Según un informe de Thales Group, las compañías reservan cierta parte de almacenamiento en la nube a alojar archivos especialmente delicados que, por supuesto, han cifrado antes.
Los malos también usan criptografía
Pero sería iluso pensar que solo recurren a la criptografía las empresas que quieren proteger su ciberseguridad. La parte contraria, los ciberdelincuentes, también lo hacen (y con bastante éxito, además). El cifrado lo vemos especialmente en los ciberataques, ya que el malware con el que se infecta a la víctima suele ir cifrado y, además, encriptar los archivos robados.
A día de hoy, de hecho, los ransomware de encriptado son tan longevos como comunes. ¿Te acuerdas de Wannacry? Pues en pleno 2022 sigue siendo el ransomware encriptado más presente en todo el mundo, según las revelaciones de Kaspersky.
Como vemos, la criptografía tiene una altísima utilidad en la ciberseguridad, ya que no pretende necesariamente evitar los ciberataques, sino que parte de la premisa de que el ataque ya se ha producido, pero la criptografía se encarga de que el material robado no sea accesible.
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