Los responsables de Youtube deben estar viviendo últimamente un poco sobresaltados ante las diferentes noticias negativas que empiezan a sucederse en torno a su figura. Es cierto que su imperio es tan sólido que seguramente no haya supuesto ningún drama, pero no deja de ser incómodo para una gran compañía que tengan lugar noticias negativas porque afectan, además de a su economía, algo subsanable, a su imagen de marca, terreno en el que es mucho más difícil remontar el vuelo y recuperar lo perdido.
Hace algunas semanas nos hicimos eco de la noticia que había saltado en Alemania, donde un sindicato de primer nivel había aceptado defender los derechos de los creadores de contenidos de la red social frente a la empresa, y ahora ha sido la Federal Trade Commission, uno de los organismos reguladores más importantes de Estados Unidos, el que ha dictado que Youtube tenga que abonar 170 millones de dólares como sanción por culpa de su política de protección de la privacidad en lo que afecta a menores de edad. De ellos, 136 deberán abonarlos a la citada FTC y 34 al estado de Nueva York por violar la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet.
La reacción de Youtube
No es moco de pavo la sanción -la más grande en la historia-, la cual es necesario contextualizar un poco para entenderla como razonable. Las políticas de privacidad en la red son cada vez más importantes para la sociedad, que reclama mayor transparencia y seguridad a las empresas que operan online. Pero, para colmo, en el caso de YouTube el problema es todavía mayor, porque las grietas en la seguridad de los datos es muy grave, como demuestra la cifra de la sanción.
La reacción de YouTube no se ha hizo esperar ya que poco después de hacerse oficial la sanción, publicó una nota en la que se extendió sobre la cuestión de la recopilación de datos de menores. «La responsabilidad es la prioridad número uno en YouTube», comienza un comunicado en el que expone la evolución de su negocio: «Desde sus primeros días, YouTube ha sido un sitio para personas mayores de 13 años, pero con un auge en el contenido familiar y el aumento de dispositivos compartidos, la probabilidad de que los niños vean sin supervisión ha aumentado».
Se advierte en la nota la preocupación que ha generado este tema en el seno de la compañía con sede en California, ya que toman medidas inmediatas para intentar atajar el problema: por un lado, se compromete a identificar y tratar de forma separada el contenido dirigido a los menores, y por otro, a garantizar que no se podrá recopilar información acerca de su audiencia menor de edad con fines comerciales. De esta forma, entre otras cosas, dejará de ofrecer anuncios dirigidos especialmente a su grupo de edad según sus gustos personales, como hacía hasta ahora, y también bloqueará la opción de que se puedan comentar y enviar notificaciones en los contenidos clasificados como infantiles, mientras que los creadores estarán obligados a comunicar a la plataforma si sus vídeos deben ser clasificados para el público infantil, tal y como exige también la sanción impuesta por la FTC. En el comunicado, se cifra en 4 meses el inicio activo de esta nueva política obligada por la sanción, por lo que tendría lugar, aproximadamente, a comienzos del próximo año.
Nueva inyección para Youtube Kids
Además, para tratar de aplacar un poco los ánimos en la comunidad, sobre todo en Estados Unidos, donde más eco ha tenido la noticia de la sanción, ha anunciado YouTube que invertirá 100 millones de dólares dedicados a la creación de contenidos exclusivo de menores -potenciar YouTube Kids-, y también ha confesado, a través de las palabras de su máxima responsable, Susa Wojcicki, su CEO, que la herramienta con la que conseguirán que las nuevas medidas sean eficaces será la inteligencia artificial.
Hay que tener en cuenta las audiencias para terminar de comprender la magnitud del asunto, y es que la plataforma de contenidos audiovisuales es líder absoluto en edad infantil, especialmente en el mercado estadounidense, donde se han hechos estudios que lo confirman; en concreto, en la franja de 6 a 11 años los niños consumen la mayor parte de su ocio con YouTube.
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