Dice Goleman que las normas que gobiernan el mundo están cambiando. Que en la actualidad no sólo nos juzgan por si somos más o menos inteligentes que el resto, sino también por el modo en que somos capaces de relacionarnos con los demás. Supongo que si lo dice Goleman, estará en lo cierto. Pocos saben que el autor no solmente tuvo una carrera fulgurante como columnista en el Times, sino que también es doctor en Psicología y profesor invitado en Harvard, nada menos.
Sí que es cierto que el oro más codiciado en nuestros días, a parte del petróleo, es el éxito. Y más si se da en el mundo laboral. Ser un jefe de éxito, un político de éxito, un líder de éxito, en definitiva , un profesional “estrella” como los denomina Goleman, es lo que todos perseguimos. Y parece ser que no solo depende del CI. También intervienen en gran medida las capacidades de manejo y autorregulación emocional. Según algunos estudios norteamericanos entre el 85% y el 92 % del éxito de los líderes organizacionales depende de factores de Inteligencia Emocional. Fomentar la alfabetización emocional para poderla desarrollar dentro de nuestro trabajo puede llegar a ser la clave para convertirnos en un profesional estrella. No debemos olvidar que la mayor parte de nuestra vida la pasamos en plena relación con los demás, y más aún si se trata de nuestro mundo laboral . Negociaciones, pactos y alianzas, resolver conflictos, interiorizar el trabajo en equipo, es el pan de cada día.
Y la verdad, no son muchos los afortunados que tienen las competencias suficientes de manejo emocional tanto de sí mismos como de los demás con el fin de obtener objetivos epecíficos, fomentar la productividad , el rendimiento, etc. Somos animales sociales por excelencia; desde que nos lo dijera Darwin, nos hemos dado cuenta de ello.
En la medida en que el mundo organizacional apueste por el desarrollo emocional de su Capital Humano, apostará también por una mejora y aumento de su productividad.
En la medida en que se apueste por un plan formativo sobre aprendizaje social y emocional que llegue a todos los niveles de la organización, apostará también por un crecimiento de su competitividad y desarrollo. Valores de vital importancia dentro de la era de la globalización en la que actualmente estamos plenamente inmersos.
Es por esa razón que con el fin de aumentar los conocimientos para poder luego potenciar la competitividad y productividad de la empresa, un profesional estrella que esté al cargo de un equipo se le recomendaría formarse y estudiar máster recursos humanos.
Yojana Pavón
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Recuerdo hace bastante tiempo, cuando lei la publicacion de Goleman Inteligencia Emocional,
que me sentí “emocionado” por los conceptos que desarrollaba.
No puedo valorar si su tesis es aplicable en cualquier lugar del mundo y para cualquier situacion. Lo que si puedo afirmar es que la experiencia y la realidad llevan a situaciones en las cuales los directivos y madatarios no son en absoluto lideres. Mandar y liderar son dos cosas distintas. Cualquier mono con una pistola puede mandar, pero liderar es conseguir que los demas hagan las cosas porque llegan al pleno convencimiento sin imposiciones.
Creo que todos conocemos ejemplos de burocratas, medocres seguidistas, pelotilleros, capataces a la antigua usanza, etc. que poarecen triunfar, pero carecen de la admiracion que provocan lo lideres emocionales.
Puede ser debido a que mi experiencia está muy mediatizada por el hecho de trabjar en y para multinacionales o des ser excesivamente exigente y critico. En muchos aspectos tanto los directivos de empresas como los lideres politicos parecen virreyes de uan colonia lejana. Estoy convencido de que Daniel Goleman tiene una parte muy importante de razón, pero tambien de que sus tesis aplican al “primer mundo”, y no siempre tengo claro que España, está aún en el ese mundo, como la actual crisis se está encargando de demostrar.
Tambien opino que estamos en retroceso sociocultural a nivel global. Nos hemos convertido en una sociedad de la informacion, pero cada vez hay mas distancia entre informacion y conocimiento. Pan y circo; emocional sí, inteligencia solo unos pocos.