La igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres es un elemento vital para las empresas que deseen adaptarse a los nuevos tiempos. La Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres tiene por objetivo “hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, en particular mediante la eliminación de la discriminación de la mujer, sea cual fuere su circunstancia o condición, en cualesquiera de los ámbitos de la vida y, singularmente, en las esferas política, civil, laboral, económica, social y cultural para, en el desarrollo de los artículos 9.2 y 14 de la Constitución, alcanzar una sociedad más democrática, más justa y más solidaria”.
De qué hablamos cuando decimos “igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”.
Es importante señalar que hablar de igualdad de género no implica negar que existen diferencias entre los sexos, sino defender que mujeres y hombres tenemos los mismos derechos, que unas y otros debemos tener libertad para escoger nuestra propia vida sin que por ello la sociedad nos marque.
La igualdad es, como dice Ángeles Jiménez Perona en “10 palabras clave sobre mujer”, “un modelo general de relación recíproca entre individuos que se reconocen mutuamente sus diferencias”. Es decir, no estamos hablando de que mujeres y hombres sean iguales, homogéneos, sino que tengan los mismos derechos, las mismas oportunidades.
La formación en las empresas.
Ya hemos hablado de que existe desigualdad en las empresas, de que a pesar de la alta formación de las mujeres, existen impedimentos para alcanzar puestos de dirección, por ello es fundamental que las empresas formen al personal directivo en general y a las/os responsables de Recursos Humanos en particular, para impedir que se produzcan situaciones de discriminación a lo hora de incorporar personal nuevo y a la hora de las promociones internas. Lo ideal sería que todas las personas recibieran formación en igualdad, algo imprescindible para quienes tienen que tomar decisiones.
Las empresas tienen planes de formación relacionados con su especialidad, forman a su empleadas y empleados en las nuevas tecnologías, pero se olvidan de que todas las personas necesitan comprender que mujeres y hombres tenemos los mismos derechos, que compatibilizar el talento masculino y femenino, no sólo supone crear una sociedad más justa, sino que será positivo para la empresa, tanto a nivel económico como social.
Una empresa que favorezca la diversidad aumentará la productividad, pues favorecerá el clima laboral y la satisfacción de todas/os.
Por Ángeles Briñón
Licenciada en Sociología, experta en Igualdad de Género y Formadora.
Escribe sobre estos temas en su blog Igualdad y Conciliación.
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