El 5 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Eficiencia Energética, con el objetivo de sensibilizar a las personas sobre la necesidad de reducir el consumo de energía para satisfacer nuestras necesidades y cómo actuar para no dañar el medio ambiente.
La eficiencia energética, tal y como se define en la Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2012, es la relación entre la producción de un rendimiento, servicio, bien o energía, y el gasto de energía. En aquélla adquirió un estatus que no puede nada más que crecer, y es el de ser considerada una fuente de energía más.
La mejora de la eficiencia energética tiene que ser entendida siempre desde dos vertientes: desde el lado de la transformación energética, es decir, de la utilización de un recurso energético para obtener una energía final, así como desde el lado del consumo de energía. En ambos casos el resultado final se traduce en un ahorro de energía, entendiendo como tal, la cantidad de energía ahorrada, determinada mediante la medición y/o estimación del consumo antes y después de la aplicación de alguna medida de mejora de la eficiencia energética derivada de los cambios tecnológicos, de comportamiento y/o económicos.
La eficiencia energética tiene un importante hueco, por mérito propio, en las decisiones finales de inversión en infraestructuras energéticas. Es una herramienta muy útil dentro de las políticas de mitigación del cambio climático, conjuntamente con el desarrollo de las energías renovables, la captura y el almacenamiento del dióxido de carbono, etc.
Razones por las que reivindicar la eficiencia energética
Coincidiendo con el día en el que se celebra esta efeméride, existen cinco razones por las que conviene defender la eficiencia energética:
*Beneficia al medio ambiente, mejorando la calidad del aire y la salud pública, reduciendo las emisiones de gases efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
*Reduce la dependencia de las importaciones de energía en caso de ser una región netamente importadora, como es el caso del estado español.
*Disminuye los costes de energía en los hogares y en las empresas, contribuyendo a reducir la pobreza energética y mejorando la competitividad de las compañías.
*Favorece la creación de puestos de trabajo y el incremento de toda la actividad económica asociada.
*Es fácilmente aplicable a todos los sectores económicos de la sociedad desarrollada, sin necesidad de interferir de manera negativa sobre los mismos.
Desde IMF Business School nos sumamos a la celebración. Feliz día a tod@s.