Tras la última cita electoral en Madrid se ha abierto un debate en torno al proyecto Madrid Central. Los defensores de abolir esta medida alegan que restringe la libertad de movimientos y que los ciudadanos no pueden ir libremente con sus vehículos desde la Castellana a la Carretera de la Coruña pasando por la calle Gran Vía.
El efecto frontera de Madrid Central
También se dice que la restricción del vehículo en el área de Madrid Central va a provocar un “efecto frontera” de tal manera que fuera del perímetro se concentren más emisiones de óxido de nitrógeno.
Todos estos argumentos han sido puestos sobre la mesa en las últimas semanas. Pero lo cierto es que Madrid Central en el tiempo que ha estado en funcionamiento ha resultado ser una medida efectiva, no suficiente pues las emisiones han de ser reducidas más en todo Madrid, pero sí efectiva.
Reducción de la contaminación gracias a Madrid Central
Según el reciente estudio publicado por Ecologistas en Acción, los niveles de NOx se han reducido un 44% desde que Madrid Central está en funcionamiento. De hecho, 14 de las 24 estaciones de medición de contaminación que hay instaladas y funcionando en Madrid han medido este mes de mayo los niveles más bajos de este letal contaminante de la última década.
Y, según los datos, lejos de producirse un “efecto frontera” se diría que fuera de Madrid Central se ha producido un “efecto contagio” pues las concentraciones de contaminantes también se han reducido considerablemente.
Efectos positivos tras la restricción del acceso de los vehículos
Otro de los males que se achacaba a Madrid Central era que al restringirse en parte el acceso con vehículo privado contaminante (recordemos que los vehículos con etiqueta ecológica siguen pudiendo entrar en Madrid Central) la economía de la zona se iba a resentir. Pero según refleja el estudio publicado por la consultora Inmoviliaria CBRE, los efectos sobre esta zona han sido positivos.
Los pisos se han revalorizado y el acceso de personas a las zonas comerciales se ha mantenido o incluso incrementado. Recordemos, por ejemplo, que, en el caso de Gran Vía se han ampliado considerablemente las zonas peatonales.
Lo cierto es que el tamaño de Madrid Central y relativamente pequeño en proporción al tamaño de la ciudad de Madrid en comparación con otras grandes urbes europeas y sus zonas de bajas emisiones restringidas al tráfico. Así, Madrid Central ocupa un área de 4,7 Km2, frente a los 20Km2 de la zona de bajas emisiones de Ámsterdam, los 88 Km2 del área de Berlín o los 1.580 Km2 de Londres.
Por qué se ha establecido la medida de Madrid Central
No debemos olvidar que la razón por la que se han establecido este tipo de medidas de restricción del tráfico contaminante en las urbes es porque la contaminación provoca anualmente 400.000 muertes prematuras según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Por lo tanto, cuando las autoridades europeas establecen limitaciones al dióxido de nitrógeno, al ozono troposférico o a las partículas en suspensión, no lo hacen para hacer la puñeta a los ciudadanos, sino, en muchos casos, para salvarles la vida. En el caso español se producen anualmente 38.000 fallecimientos prematuras debido a la contaminación.
Y de los tres contaminantes anteriormente mencionados, el más perjudicial para la salud son las partículas inferiores a 2,5 micras. Por ello y no por ninguna manía persecutoria hacia los coches diésel, se trata de limitar la circulación de vehículos a gasóleo antiguos pues son la principal fuente de este contaminante.
Madrid tras la amenaza de Bruselas
Para proteger a los ciudadanos la Unión Europea ha exigido a los estados que tomen medidas drásticas para reducir la contaminación en las ciudades so pena de multimillonarias multas. Así, Madrid tenía una amenaza de grandes sanciones si no controlaba sus emisiones. Y, como declaró el comisario de Medio Ambiente, Karmenu Vella, Madrid logró que fueran evitadas gracias al Plan “A” dentro del que la principal medida es, precisamente Madrid Central.
La Directiva 2008/50/CE establecía límites de contaminación máximo y sanciones si los mismos se incumplían. Madrid los incumplió desde 2010 de forma sistemática, hasta el punto de que en enero de 2018 Bruselas planteó un ultimátum para que se tomasen medidas urgentes. El Ayuntamiento de Madrid reaccionó y Bruselas retiró la amenaza.
Es importante que los límites legales de contaminación en el aire se tomen en serio pues los efectos del incumplimiento son dramáticos para la población. Los más afectados son, de hecho, los niños y los ancianos. Las decisiones que se tomen en uno u otro sentido deben estar basadas sólo y exclusivamente en razones científicas y nunca en sensaciones o gustos políticos.
Es importante apelar al sentido común y al buen juicio de todos nuestros representantes públicos para que, antes de tomar decisiones drásticas, como la anulación de medidas como Madrid Central analicen los datos y los efectos que sobre la salud puede tener una medida así.
No olvidemos que los humanos sólo respiramos aire.