Desde que en 2013 comenzase a pedirse como obligatorio conseguir el certificado energético para poder vender o alquilar un inmueble han sido muchos los certificados emitidos y registrados. Sin embargo, casi seis años después, todavía encontramos muchos inmuebles que carecen del mismo.
Esto sucede porque hay mucha gente que piensa todavía que obtener este certificado puede conllevar la obligación de realizar importantes actualizaciones de sus inmuebles. Sin embargo, como se estudia en nuestro Máster de energías renovables, esta clase de certificados de eficiencia energética no tienen un carácter vinculante, sino meramente informativo.
Todavía nos queda mucho camino para conseguir el objetivo que nos marcamos de que en el 2021 todos los inmuebles que se construyesen se aproximasen lo más posible al gasto energético cero.
La realidad es que el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril por el que se establecía la obligatoriedad de que todos los inmuebles contasen con este certificado solo tenía un objetivo. Actualizar la información sobre la eficiencia energética del parque de inmuebles existente. De esta forma se haría posible establecer las medidas correctoras necesarias para cumplir los objetivos de una radical mejora en el uso de la energía.
Qué es un certificado de eficiencia energética
El certificado energético es un documento que informa sobre las características del inmueble en relación a sus consumos de energía. Establece siete categorías designadas por letras de la A a la G. En esta escala A marca el mejor nivel de eficiencia energética mientras que G supone la menor calificación.
Este certificado ha de ser realizado y expedido por técnicos cualificados y registrado en un registro especial habilitado para ello en cada comunidad.
Cómo se puede obtener un certificado energético válido
Elección del técnico cualificado
Lo primero es localizar un técnico cualificado. Las comunidades autónomas están obligadas a disponer de un organismo competente especialmente dedicado a las certificaciones de eficacia energética.
Aunque la función principal de este organismo es la de gestionar un registro de los certificados, también tiene otra serie de funciones informativas como es la de proporcionar una lista de los técnicos autorizados de que dispones.
La normativa prevé la intervención de hasta dos tipos de técnicos:
– El técnico competente: Se trata del técnico responsable de la certificación. Ha de ser un arquitecto, arquitecto técnico o ingeniero en alguna de las especialidades que se recogen en el Real Decreto. Aunque este deja abierta la regulación a la aprobación de cualificaciones específicas.
– El técnico ayudante: Ha de tener los conocimientos y cualificación necesaria para ser capaz de recabar datos, realizar cálculos y gestionar partes del proyecto de certificación, pero no asume la responsabilidad sobre el mismo. La cualificación requerida es más abierta en este caso.
En cualquiera de los dos casos los técnicos han de contar con formación específica para la gestión de estos proyectos, su cálculo según los sistemas establecidos y su redacción final.
La formación específica que se requiere incluye conocimientos profundos de gestión eficiente de la energía y muy especialmente en las siguientes materias:
– Normativa que regula la eficiencia energética: CTE DB HE, CTE DB HS2, RITE. Directivas comunitarias y leyes estatales.
– Legislación en vigor específica sobre certificados de eficacia energética. Responsabilidades de los certificadores y sistema sancionador.
– Utilización de los programas oficiales específicos de certificación energética conocidos como CE3 y CE3X, tanto para el procedimiento simplificado como para el general, así como Cerma y Lider-Calener herramienta unificada (HULC)
– Conocimientos de construcción, materiales, instalaciones y energías renovables.
– Conocimiento del procedimiento para la realización de certificaciones energéticas establecido por las guías del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE.
Inspección del inmueble
Una vez que has elegido el técnico se establece una cita para la inspección física del inmueble en la que se toman mediciones y características del mismo que posteriormente serán introducidas en las herramientas de cálculo.
En esta visita es imprescindible que el técnico certificador recabe todas las características de materiales de revestimientos exteriores, aislamientos, cierres e instalaciones de calefacción y climatización, así como de electrodomésticos y equipamiento en caso de existir estos.
Cálculo de coeficientes
Los datos que se han recogido son procesados utilizando herramientas de cálculo específicas y homologadas por los organismos oficiales. Este proceso arrojará unos resultados que determinan la calificación energética final del inmueble de una forma motivada.
Emisión del certificado
Como resultado de todo este proceso se genera un proyecto y un certificado que determina la calificación final de la eficiencia energética del inmueble, especificando su grado en un baremo de la A a la G.
En el mismo informe se establecen una serie de recomendaciones para mejorar la gestión eficiente de la energía de la edificación y que pueden servir de guía a la propiedad para futuras reformas o actualizaciones de la misma. Estas recomendaciones no tienen ningún tipo de carácter obligatorio o vinculante.
Registro del certificado
Una vez en posesión del certificado debes llevarlo a registrar. Esto se hace presentándolo en la oficina del organismo competente habilitado en tu comunidad autónoma.
La presentación puede ser llevada a cabo tanto por el propietario como por el técnico que emite el certificado, en caso de que el presupuesto aceptado incluya este servicio.
El órgano de registro emite en ese momento la etiqueta que acredita oficialmente que el inmueble cuenta con una calificación energética oficial que cumple con todos los requisitos legales. Este es el documento que tienes que exhibir ante posibles compradores o arrendatarios, exponer en la publicidad que realices y adjuntar en los contratos.
Cuál es el coste de un certificado energético
Las tarifas en este tipo de certificados están libradas. No existen precios mínimos o máximos y, por lo general, un certificado puede oscilar entre los 150 euros y los 300 dependiendo de las características del inmueble.
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