Del 30 de noviembre al 11 de diciembre se van a dar cita en la capital francesa los representantes de los países más importantes del mundo, y que mayor responsabilidad tienen en cuanto a control de las emisiones de gases de efecto invernadero, para debatir y llegar a un acuerdo definitivo que permita obtener unos compromisos vinculantes a nivel internacional a partir de 2020, donde se incluyan también las grandes potencias.
Se cree que la COP 21 o Cumbre de París marcará un hito en la lucha contra el cambio climático, ya que en la cumbre de Copenhague se prorrogó el actual Protocolo de Kioto, hasta el final de la década en la que nos encontramos, el cual establece una reducción del 15% de las emisiones de dióxido de carbono equivalente para los países que lo firmaron y ratificaron con respecto a los niveles de 1990. Desde luego en la Cumbre de París se tiene que llegar al acuerdo universal sobre el cambio climático, que es limitar el aumento de la temperatura media global en menos de 2ºC, y eso desde luego no puede esperar más.
A la vista de lo dicho anteriormente, las instituciones más importantes a nivel internacional ya están sentando las bases para la mencionada Cumbre de París, y prueba de esto es lo que recientemente ha publicado la Agencia Internacional de la Energía (IEA), con el nombre de «Energy and Climate Change» («Energía y Cambio Climático» en su versión en castellano), donde se describen las implicaciones en el sector energético de los compromisos a los cuales se tienen que alcanzar, ya que dos tercios de las emisiones futuras totales de gases de efecto invernadero se deben al sector de la energía. Si esto se cumpliera las emisiones de los mencionados gases se estabilizarían e incluso reducirían a partir de 2030.
Como resultado de las futuras y potenciales conclusiones a las que se puede llegar, el 70% de la generación de electricidad adicional que se tenga para el año 2030 será baja en carbono, siendo necesaria la inversión hasta entonces a nivel mundial de 12 billones de dólares en eficiencia energética (transporte, construcción e industria), y en tecnologías bajas en carbono (entre las que se encuentran las energías renovables), a una media de 750.000 millones de dólares anuales.
Desde luego nos esperan unas semanas de un interés inusitado y de una concentración de noticias medioambientales y/o energéticas fuera de lo común, por la repercusión a nivel internacional que tiene esta Cumbre de París.