Cada día vemos que se lanzan miles -igual exagero pero no lo creo- de apps, aplicaciones para sistemas operativos móviles, como pueden ser Android, iOS, Blackberry OS, Windows Phone, y alguno seguro nos dejamos en el tintero.
Pero cuándo se lanza una app al mercado, ¿debe ser gratuita o de pago? Esa es la gran pregunta que nos vamos a plantear.
Antes de lanzar una app, debemos saber qué nos reportará
¿Cuántas veces se ha visto que lanzar una app “gratis” ha terminado en fracaso? No por su viralidad y número de usuarios, sino porque ha sido necesario “monetizarla” para la supervivencia del negocio, entonces ya no ha habido marcha atrás.
Después del revuelo e indignación por parte de una amplia mayoría de usuarios de una las apps más extendidas, Whatsapp, podemos tomarlo como ejemplo y hacer una reflexión en voz alta e intentar ver las cosas desde una perspectiva diferente para buscar una idea objetiva de lo que hacer.
¿Por qué la reacción ante “cobrarnos”?
Gran parte de la viralidad de la app fue precisamente la “gratuidad” del servicio. Sustituyó por completo al SMS por una herramienta que nos daba un formato de conversación como si de un chat se tratase y además “gratis”.
¿Entonces dónde está el problema?
Escogieron posiblemente una buena política de introducción del producto, queriendo sacar provecho de plataformas como Android Market (ahora Google Play) para conseguir mercado y reconocimiento de marca, pero plantearon una errónea política de fijación de precios. Recordamos que para iOS la app tenía un precio de descarga de 0,79 €, mientras que para Android era gratuita. Ese error ha producido ahora tal rechazo y sacamos las conclusiones de qué política de precios debemos trazar con una app.
Diferenciación entre “gratis” y “de pago”
1º) La app será “gratuita” si es un servicio complementario de valor añadido
2ª) La app será “cobrada” al usuario porque es el “core” del producto o servicio.
Whatsapp es un “core”, un servicio que genera gastos directos con infraestructuras y personal detrás, no da una solución añadida a un servicio o producto, por lo tanto es equivocado el planificar la gratuidad a una política de introducción o relanzamiento si existen costes detrás.
Si la app fuese un servicio complementario o de valor añadido, por ejemplo las app’s bancarias para acceder a tus cuentas, estas deben de ser siempre “gratuitas” ya que el “core” es el servicio bancario y la app no es la que genera ingresos para la empresa.
Los usuarios quieren soluciones, aunque sea pagando
Una solución mixta podría ser que, una app que es “core”, fuese gratuita en formato de prueba y, transcurrido el tiempo pactado, se cobre por su utilización si el usuario quiere continuar utilizándola.
Debemos de tener muy claro que lanzar un app representa un coste, pero que el coste de mantenerla no repercuta en los ingresos directos del “core”.
Las apps se reconocen como utilidades para hacernos mejorar nuestra interacción con marcas o productos. Pero si es la que genera ingresos, no se debe dudar en monetizarla.
¿Y tú que opinas? ¿Las apps deben ser siempre gratuitas o hay que cobrarlas?
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Jordi Torregrosa
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El problema es que ahora Google Play ya no considera como aplicaciones gratuitas si la app lleva compras integradas en la aplicación y por lo tanto no salen listadas en “top juegos gratis” y similares, conllevando a una pérdida de descargas brutal. Un saludo!
me ha encantado el articuo muy bien redactado e interesante, me ha sido de utilidad, muchas gracias.