El término BYOD es relativamente joven, porque tiene que ver con los nuevos dispositivos móviles (o no) que la evolución tecnológica nos ha traído. Bring your Own Device (BYOD), en castellano «trae tu propio dispositivo», se trata de que los empleados utilicen sus propios dispositivos personales para el trabajo en vez de utilizar los dispositivos de la empresa, o lo que es lo mismo, el empleado hace uso de su propio dispositivo con el que se encuentra más cómodo, y la empresa le ayuda a poder utilizarlo de manera productiva y eficaz.
Parece que sea una forma de que la empresa quiera ‘ahorrarse’ la inversión de tener que comprar esos dispositivos, pero visto desde su perspectiva, decir que es todo lo contrario. Una persona puede estar más acostumbrada o tener cierto agrado a utilizar una marca en concreto, o unas dimensiones en concreto, lo que redunda en una mayor adopción por parte del empleado a utilizar cierto dispositivo. Queda claro que sobre gustos no hay nada escrito, ¿por qué no adoptar esta medida?
Parte de que se haya adoptado y popularizado estas formas de innovar es por efecto de la crisis. Muchas empresas se han lanzado hacia la transformación digital, visto las inversiones elevadas en algunos casos, han optado por esta solución, que es imaginativa e innovadora. En un artículo anterior ya hablábamos de que las organizaciones deben enfocarse hacia las personas, y no hacia el cliente. El cliente-empresa también está formado por personas, así que enfocarse hacia las personas también es una estrategia externa y no sólo interna.
En una misma acción tenemos dos valores complementarios, dejamos a las personas elegir y optamos por ser eficientes. Se crea un vínculo que hasta ahora no estaba dentro de las políticas de muchas organizaciones, ya que la persona también pone su granito de arena a ayudar a que la empresa sea competitiva, y tenga esa sensación de ser parte de ella, con lo que se estrecha la relación empleado-empresa.
No todo son virtudes, como en todo también hay contras. Una de ellas es el término de la seguridad de los datos. Una empresa con sus propios dispositivos es más fácil integrarlos y controlarlos dentro del ámbito de seguridad de la propia empresa, mucho más estable. No obstante, incluir dispositivos externos, aunque dificulta conseguir estándares de seguridades óptimos, no deja de continuar siendo viable y que el personal tome conciencia de ello, estableciendo unos protocolos de manejo de los datos dentro de la política de tratamiento de datos propuesto por la empresa.
Jordi Torregrosa
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