Con el ‘boom’ de Internet parece que por fin las PYMES pueden llegar a conseguir leads, ventas, usuarios, etc. Pero la condición última es alinear todo lo que se dice. Si no no ha valido para nada la inversión.
Hasta hace poco, los medios para llegar a tus potenciales clientes –target- eran mediante medios offline. Habitual era tener publicidad –no propaganda, ese término se adecua al mensaje político- en el buzón, la cual en muchas de las ocasiones acababa en la basura, o incluso tirada por el suelo saliendo de casa. Este simple gesto ya predecía lo que ahora es realidad. La publicidad no impacta, molesta.
Lo que antes era sólo accesible a grandes empresas o distribuidoras potentes resulta que ya no tiene el mismo efecto que cuando se produjo la Revolución Industrial y el final de la 2ª Guerra Mundial. Lo mismo pasó con las primeras intentonas en introducirse en Internet con los banners y gif’s para impactar en los consumidores, hasta que la inmensa mayoría les molesta tanto que incluso abandonan la web o página visitada. Parece que ahora todos, pequeños y grandes, están en las mismas condiciones, y es la de ATRAER.
Un consumidor necesita que la marca o producto le haga ‘algo’ para que se fije en ella/o. Una de las soluciones que han adoptado la gran mayoría de marketers es introducirse en la sociedad a través de las grandes plataformas sociales nacidas en Internet. Allí donde están todos los consumidores. Realizan todo tipo de campañas para ‘atraer’ público –consumidores-, pero ¿realmente atraen o son simples números?
Muchos de los perfiles que se pueden ver por estos medios distan de lo que realmente es el fin, vender. Está claro que sin vender no hay empresa. Pero el problema viene por que los perfiles son detectados como un medio mas de ‘publicidad’ que no la de ‘atraer’. La diferencia dista porque el consumidor desea ser él mismo el que tome la decisión, esa decisión dada por la reflexión sobre qué puede hacer el producto por él, pero hay más elementos que pueden inclinar la decisión hacia un producto o marca sobre otro.
Las PYMES ahora tienen la posibilidad de competir cara a cara con cualquier otra empresa, grande o pequeña. Pero no realizando lo mismo que hacían las grandes anteriormente, sino adaptándose al entorno que solicita a gritos el mercado. Si opta por este camino tiene mucho que ganar, pero no ventas directas como muchos esperan. El consumidor no está esperando a que le impacte una empresa para que le venda, sino que espera poder encontrar aquello que vende, y ahí esta la venta.
Jordi Torregrosa
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