Llevo practicando deporte de equipo desde que tengo uso de razón. En su momento lo hice por juego, por disfrutar con mis compañeros de colegio, por diversión o a veces por prescripción médica. Ahora de adulto, no dejo de agradecer cada lección de vida que aprendí del deporte; forja de carácter y ayuda diaria en el quehacer profesional. Estas son las lecciones de gestión empresarial que aprendí en la cancha de baloncesto.
- Aprendí a respetar a mis superiores, cada vez que me ¨mordía la lengua¨ para no contestar a un exigente entrenador.
- Aprendí a apoyar a mis compañeros, cuando les hice un bloqueo para que ellos metieran la canasta.
- Aprendí a no rendirme, cuando el cuerpo me decía basta y la cabeza le imponía que debía de seguir en la cancha.
- Aprendí a asumir riesgos, cuando pese a no tener buena posición lo intente y tire, para no regalar la bola al contrario.
- Aprendí humildad, cada vez que perdí un partido, incluso contra rivales a las que no consideraba mejores que yo.
- Aprendí a comunicar cuando di ese voz a mis compañeros, para avisarles que un atacante venia por la espalda.
- Aprendí a superarme, cada vez que volví a la cancha después de una lesión
- Aprendí autocontrol emocional, controlando ese codo que deseaba responder a la agresión de un contrario.
- Aprendí a vencer la timidez, cuando pese a la vergüenza salía a jugar estando ese chico que me gustaba y abrumaba.
- Aprendí a no dejarme influir por la presión, evitando que me influyeran los pitidos al tirar esa personal definitiva.
- Aprendí a pedir perdón, al disculparme frente a mi equipo tras fallar el tiro que nos hubiera dado la victoria.
- Aprendí a intentarlo de nuevo en ese mal partido en el que pese a que no entraba nada, había que continuar y aportar Valor.
- Aprendí a darlo todo pese a estar ya agotada tuve que hacer un último sprint para tratar de detener un contraataque.
- Aprendí coraje cuando mi responsabilidad era parar a ese jugador más fuerte y técnico que yo.
- Aprendí a compartir; derrotas, victorias, jugadas, estrategias, porque ningún jugador es tan bueno como todos juntos.
- Aprendí a enterrar mi ego, porque; ni los éxitos ni los fracasos era solo míos, todo era de todos.
- Aprendí que no hay rival pequeño, y que todos merecen ser considerados.
- Aprendí gratitud; a mi coach, por enseñarme, a mis compañeras, por compartir, al árbitro por poner orden, a la vida.
- Aprendí a jugar limpio, como único camino para relacionarse con los otros y estar en paz con uno mismo.
- Aprendí que el tiempo es oro, y no se puede desperdiciar ni un segundo, porque el crono nunca retrocede.
- Aprendí disciplina y que solo con ella, llegaría donde deseaba llegar.
- Aprendí responsabilidad, tomando consciencia de lo que suponía no defraudar a mi coach y mi equipo que confiaba en mi
- Aprendí del compromiso , porque solo se podía estar en la cancha dándolo todo.
- APRENDÍ QUE SOLO AMANDO LO QUE SE HACE, SE PUEDE COSECHAR ÉXITOS Y LO MÁS IMPORTANTE, SER FELIZ.
Ana Cabezas, Directora del Master en Finanzas de IMF Business School
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Gerente de HolaCalidad. Docente de la Universidad del Pacífico. Además, es Integrante del equipo de investigadores del IELAT ( Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá) y CITBM (Centro de investigación Tecnológicas Biomédicas y Medioambientales de la Universidad San Marcos).
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Es importante todo lo que aprendiste en una cancha de Basquetball, este deporte es rudo pero deja buenas lecciones para la vida. De todo se aprende algo, interesante artículo.