¿Cómo prevenir el estrés laboral?

El campo de la prevención de riesgos laborales debe contemplar actuaciones que prevengan la aparición de estrés laboral en los empleados. La sociedad actual, altamente competitiva y muy enfocada a la consecución de metas en poco espacio de tiempo, empuja a los trabajadores a situaciones extremas que pueden desembocar en malestar con una sintomatología física y psicosomática importante.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de reconocer el Síndrome del Burnout o del empleado “quemado”, como una enfermedad profesional. Se le ha dado la consideración de trastorno que está afectando a nivel anímico a un porcentaje, cada vez mayor, de trabajadores. Las consecuencias afectan, emocional y psicológicamente, a los empleados que sostienen una situación laboral de estrés y ansiedad.

Prevención de riesgos derivados del trabajo

Dentro del ámbito de la prevención de riesgos derivados del trabajo, se hace imprescindible elaborar planes de actuación para esta situación. Hay que tener en cuenta que el estrés laboral se ha convertido en una especie de pandemia del siglo XXI.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 60 % de los trabajadores españoles sufren estrés laboral. Por su parte, el estudio de Cinfasalud “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés”, pone de manifiesto que 9 de cada 10 empleados españoles se habían sentido estresados en su lugar de trabajo durante el último año.

Las estadísticas de este informe también dejan al descubierto que 4 de cada 10 trabajadores admitían que padecían la situación frecuentemente o, incluso, de manera habitual. El segmento de la población que parecía estar más afectado es el formado por las mujeres. Sus niveles de estrés eran mucho mayores que los de los hombres.

Evidentemente, existen muchas cosas que mejorar en el ámbito laboral. Sobre todo hay que tener en cuenta cuestiones como que el 80 % de los trabajadores no se sienten valorados en su empresa.

En este sentido se hace imprescindible que se actúe bajo el abanico de medidas que se incluyen en los planes de prevención de riesgos laborales. Las empresas no deben pasar por alto que esta circunstancia también les afecta de forma negativa.

Qué es el estrés laboral

Nuestra actividad profesional es, sin duda, una de las cuestiones de más relevancia en nuestra vida cotidiana. En el trabajo pasamos buena parte de nuestro horario diario. Además el desempeño de nuestras tareas debería suponer una manera de realizarnos. En cualquier caso, el empleo acaba afectando a nuestros niveles de autoestima y a la sensación de confianza.

Por su parte, notables cuestiones relacionadas con nuestro desempeño profesional acaban influyendo en nuestra vida personal. Entre ellas podemos destacar aspectos como insatisfacción, depresión, ansiedad, baja autoestima, problemas de pareja, imposibilidad para conciliar, desequilibrio social, etc.

El estrés es una respuesta psicobiológica que intenta afrontar las demandas que nos llegan del exterior. Cuando la situación que lo desencadenan se prolongan, nuestra calidad de vida puede verse muy comprometida. Si esos desencadenantes proceden del entorno laboral estamos hablando de estrés laboral. Puede deberse a factores diversos: el propio puesto de trabajo, la organización, el espacio en el que se desempeña, las relaciones con los compañeros, la carga de tareas, el trato con los jefes o, incluso, el perfil psicológico del empleado.

La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés ha concluido que casi un 50 % de los trabajadores europeos acusan las consecuencias del estrés laboral. Más de un 80 % preferiría cambiar de trabajo por culpa de la sensación de malestar emocional que padecen.

Prevención de riesgos derivados del trabajo

La tasa de estrés laboral no solo afecta a los empleados. Las empresas también acusan las situaciones perjudiciales que se derivan de ello: absentismo, bajo rendimiento del trabajador, disminución de la productividad, mal ambiente laboral, etc.

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Por estas razones es necesario que, desde la política de prevención de riesgos laborales, se tomen medidas para atajar los factores que puedan incrementar el índice de insatisfacción de la plantilla.

Manejar el estrés laboral desde la organización

La carga de trabajo

Es importante ajustar este punto y repartirla de manera ecuánime. Se realiza una adecuación de las metas y los plazos. Procurar cumplir estrictamente el horario de trabajo, sin sobrecargas en el apartado de horas extras.

Autogestión

Los líderes deben permitir que los trabajadores puedan gozar de cierta autonomía y que se impliquen y puedan organizarse su propio planning.

Creación de un ambiente favorable

Es preciso que se fomenten las buenas relaciones entre los empleados y también entre ellos y los mandos superiores. Integrar una práctica que ayude a motivar a los trabajadores y les haga ver que su labor es reconocida. En este sentido, es una buena iniciativa la de transmitirles confianza. Los empleados deben sentirse seguros a la hora de realizar cualquier tipo de demanda y notar que son escuchadas y tenidas en cuenta.

Un entorno agradable

Es muy importante que el espacio en el que se trabaja resulte lo más cómodo y atractivo posible. Así, hay que valorar cuestiones como la iluminación, la temperatura ambiental, el equipamiento necesario o el control de los niveles de ruido. Un ambiente físico adecuado resulta fundamental para potenciar la sensación de confort.

Transparencia y equidad

El empleado debe sentir que percibe un salario adecuado a las funciones y tareas que desempeña. Esas tareas también deben resultar claras, planeadas y muy bien definidas. Es muy efectivo que se proceda con total transparencias en cuestiones como los procesos de selección.

La asignación de funciones

Los trabajos deben ser asignados según la experiencia y grado de responsabilidad de los trabajadores. Además, se deben tener en cuenta las habilidades psicofísicas de cada empleado.

Por último, es muy importante que se promuevan acciones, como cursos o charlas sobre el manejo del estrés. Si estas cuestiones resultan muy complicadas para la empresa, lo mejor es contar con un técnico especializado que pueda encargarse de la planificación y organización de la empresa.

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