Uno de los males de este siglo que afecta a la salud de gran parte de la población es el estrés. El estrés es un fenómeno adaptativo de las personas que contribuye de forma importante a:
- Su supervivencia,
- Un adecuado rendimiento en sus actividades, y
- Un desempeño eficaz en muchas facetas de la vida.
El ser humano siempre se encuentra en un estado de estrés mínimo que, ante determinadas situaciones, se incrementa pudiendo producir un efecto beneficioso o negativo, dependiendo de si la reacción del organismo es suficiente para cubrir una determinada demanda o ésta “supera” a la persona.
Este nivel de equilibrio dependerá de los factores individuales (disposición biológica y psicológica) de las distintas situaciones y experiencias.
Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo a la “normalidad” cuando el estímulo ha cesado.
Cuando hablamos de estrés, ese que produce efectos negativos en nuestra salud, nos referimos a experiencias de presión y demandas excesivas que la persona tiene que afrontar sin tener los recursos adecuados ni saber muy bien cómo hacerlo.
El estrés como problema global
En contra de lo que muchas veces se piensa, el estrés es un problema global importante que crece cada vez más y que afecta a todos los países y a todas las profesiones y categorías de trabajadores. Es cada vez más evidente que el estrés no atañe únicamente a los países industrializados, sino también a los países en desarrollo.
Los altos costes empresariales y sociales generados por las bajas laborales debidas a estrés laboral han dado lugar a que organizaciones internacionales como la Unión Europea y la OMS insistan cada vez más en la importancia que tienen la prevención y el control del estrés en el ámbito laboral.
Algunas de las consecuencias relacionadas con el estrés en el ámbito laboral pueden:
- Llevar a la enfermedad.
- Originar un incremento de accidentes.
- Dar lugar al absentismo laboral o a bajo rendimiento.
- Conducir a incapacidad laboral por alteraciones somáticas o psicológicas.
- Determinar un clima psicosocial insano en las organizaciones.
Las Organizaciones llevan tiempo implantando medidas para prevenir el estrés, pero a nivel individual, los trabajadores también pueden colaborar mediante una mejora de su estado físico, estableciendo una dieta adecuada y mejorando las relaciones sociales.
Ejercicio físico para prevenir el estrés
Está comprobado que el desarrollo y mantenimiento de un buen estado físico tiene buenos efectos en la prevención del estrés; para ello, es aconsejable la realización de ejercicio de manera habitual.
En general, el ejercicio aumenta la resistencia física del individuo a los efectos del estrés, pero, además, aumenta también la resistencia psicológica ya que la realización de ejercicio nos obliga a desplazar la atención de los problemas psicológicos y nos permite el descanso y la recuperación de la actividad mental.
El ejercicio físico permite movilizar el organismo mejorando su funcionamiento y su capacidad física para hacer frente al estrés, aumentando la capacidad de trabajo físico y mejorando las funciones cardiovascular, respiratoria y metabólica.
En términos generales, se puede decir que actualmente el trabajo requiere cada vez menos respuestas de tipo físico y más respuestas de tipo intelectual.
Con el ejercicio podemos utilizar y consumir ciertos recursos orgánicos que rara vez podemos utilizar en nuestro trabajo y que, si no son quemados, pueden depositarse en el sistema vascular originando problemas, como un aumento del nivel de presión arterial.
¿Qué ejercicio físico debe realizarse si queremos hacer frente al estrés?
Según estudios realizados el mejor ejercicio frente al estrés es el aeróbico, entendiendo como tal aquel que necesita más cantidad de oxígeno para quemar hidratos de carbono y grasas y así obtener energía. Son ejercicios como caminar, bailar o correr de manera moderada, nadar o montar en bici.
Otras actividades que pueden utilizarse para combatir el estrés por combinar parte de relajación con ejercicio físico son:
Yoga
Basado en técnicas posturales combinadas con técnicas de respiración y meditación. La práctica habitual de yoga fortalece el cuerpo y la mente.
Pilates
(Joseph Pilates, en los años 1920), se basa en un conjunto de ejercicios realizados en el suelo o utilizando unos instrumentos o máquinas diseñados para tal fin, mediante los cuales y bajo la dirección de un experto se consigue la conexión entre cuerpo y mente de tal manera que se consigue un restablecimiento de las salud física y psíquica. Igual que en el yoga, el control de la respiración es fundamental.
Tai Chi
Ayuda a mantener un estado óptimo de relajación y concentración. Durante su práctica se favorece el desarrollo del equilibrio y la flexibilidad. Ayuda a combatir el estrés.
Body balance
Parecido a las dos anteriores, es una técnica que trabaja el equilibrio y la flexibilidad ayudado por el control de la respiración, es bastante efectivo contra el estrés.
Entre los beneficios que proporciona practicar el Body Balance, se encuentran los siguientes:
- Quema calorías.
- Mejora las funciones cardiovasculares.
- Reduce el estrés.
- Mejora la fuerza.
- Se adquiere flexibilidad y equilibrio.
- Capacidad de concentración.
- Mejora la postura, entre otros.
Por lo tanto, es muy recomendable que dediquemos a realizar ejercicio un tiempo cada día, con media hora sería suficiente.
A veces esto resulta imposible debido a la conciliación vida laboral y familiar, con lo cual podríamos dejar el coche aparcado e ir andando al trabajo, o aparcar lejos para obligarnos a andar, subir y bajar las escaleras mecánicas, no usar el ascensor, etc.
Hábitos de vida saludable
Un buen complemento del deporte para luchar contra el estrés es llevar hábitos de vida saludable, esto se consigue mediante una dieta adecuada.
Qué es una dieta adecuada
Consiste en el desarrollo de buenos hábitos alimenticios que condicionan el estado nutricional del individuo constituye una medida aconsejable para la prevención del estrés.
Las demandas energéticas que actualmente recibimos de nuestro entorno determinan la necesidad de tener un equilibrio energético adecuado para responder a las mismas y para no desarrollar problemas carenciales.
Es conveniente usar el tiempo de comer como momento de descanso y ruptura con las actividades profesionales; aprovechar la comida para hacer vida social y familiar; y no abusar del alcohol en las comidas.
El estrés, en algunos casos, hace que la persona que lo sufre lleve una alimentación desordenada, bien porque suele asaltar literalmente la nevera, calma la ansiedad comiendo, lo que le conduce a un aumento de peso. Este aumento de peso, por otro lado, sigue favoreciendo el estado de ansiedad.
En otros casos, ocurre el efecto adverso, la persona estresada, pierde el apetito, es como si el estómago se le cerrara y no admitiera más alimento, desencadenándose una pérdida importante de peso y carencia de vitaminas, y minerales importantes para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
En definitiva, el estrés puede hacer acto de presencia en nuestra vida en cualquier momento por ello debe encontrarnos preparados para poder hacerle frente y una buena manera es manteniéndonos en buena condición física y llevando una dieta diaria equilibrada.