Este tipo de lesiones y trastornos, muy referenciadas en el master prevención, afectan a un gran número de trabajadores, sobre todo en la Agricultura, la Industria, la Construcción y los Servicios, tanto en trabajos pesados, como de oficinas. Incluyen multitud de alteraciones de músculos, tendones, nervios o articulaciones, pudiendo darse en cualquier zona del cuerpo; las más comunes: cuello, espalda y extremidades superiores. Sus síntomas suelen ser fáciles de identificar, el más típico es el dolor localizado.
Aunque pueden tener un origen extra-laboral, incluso personal, son las condiciones de trabajo las que originan un gran número de ellos, principalmente las posturas de trabajo, los esfuerzos, la manipulación manual de cargas y ciertos movimientos.
Estas posturas, esfuerzos o movimientos casi nunca son decididos voluntariamente por el trabajador sino que están condicionados por el diseño del puesto, por los tipos de tareas que deben hacerse y su organización.
Por ello, podemos prevenirlos diseñando correctamente el espacio y el puesto de trabajo, mejorando la iluminación, empleando buenas herramientas y organizando el trabajo adecuadamente. Esta dolencia suele traer aparejada una serie de trastornos:
Los trastornos de cuello
Síntomas: sentir con frecuencia dolor, rigidez, entumecimiento, hormigueo o sensación de calor localizado en la nuca, durante o al final de la jornada de trabajo.
Causas principales:
– Posturas forzadas de la cabeza: cabeza girada, inclinada hacia atrás o a un lado, o muy inclinada hacia delante.
– Mantener la cabeza en la misma posición durante muchos minutos.
– Movimientos repetitivos de la cabeza y los brazos.
– Aplicar fuerzas con los brazos o con las manos.
Los trastornos de espalda
Síntomas: dolor localizado en la parte baja de la espalda o irradiado hacia las piernas.
Causas principales:
– Levantar, depositar, sostener, empujar o tirar de cargas pesadas.
– Posturas forzadas del tronco: giros e inclinaciones hacia atrás, hacia los lados o hacia delante.
– El trabajo físico muy intenso.
– Las vibraciones transmitidas al cuerpo a través de los pies o las nalgas.
Algunas medidas preventivas:
– Todo lo que se mire con frecuencia debe estar frente a nosotros y por debajo de los ojos.
– Iluminar adecuadamente la zona de trabajo, evitando reflejos y sombras molestas.
– Procurar no manipular manualmente cargas pesadas, mecanizando o automatizando las operaciones, o empleando ayudas mecánicas.
– Disminuir el peso de los objetos manipulados, evitando levantarlos por encima de los hombros o bajarlos por debajo de las rodillas.
– Evitar inclinar mucho el tronco hacia delante y, en especial, girarlo o echarlo hacia atrás sin apoyarlo en un respaldo.
– Reducir la intensidad del trabajo físico pesado, introduciendo pausas muy frecuentes, o alternándolo con actividades más ligeras que no fuercen la espalda.
– Evitar la transmisión de vibraciones al cuerpo procedentes de plataformas sobre las que se esté de pie, o de los asientos de determinados vehículos como tractores, carretillas, camiones, etc.
– Realizar pequeñas interrupciones del trabajo (de uno o dos minutos) cada pocos tiempo.
– largar los ciclos de trabajo muy cortos, por ejemplo, ampliando el número de tareas a realizar.
– Evitar el trabajo repetitivo, alternando tareas diferentes durante la jornada.
Los trastornos de hombros
Síntomas: sentir a diario dolor o rigidez en los hombros, a veces de noche.
Causas principales:
– Posturas forzadas de los brazos: brazos muy levantados por delante o a los lados del cuerpo; brazos llevados hacia atrás del tronco.
– Movimientos muy repetitivos de los brazos.
– Mantener los brazos en una misma posición durante muchos minutos.
– Aplicar fuerzas con los brazos o con las manos.
Los trastornos de codos
Síntomas: dolor diario en el codo, aun sin moverlo, puede ser un síntoma de un trastorno musculoesquelético (p. ej., la epicondilitis).
Causas principales:
– Trabajo repetitivo de los brazos que al mismo tiempo exige realizar fuerza con la mano.