A la hora de realizar una entrevista, es necesario tener en cuenta una serie de condiciones o requisitos básicos:
- Preparación de la entrevista
Una vez seleccionadas las personas que van a ser entrevistadas, conviene presentar al entrevistador mediante una nota que anuncie su visita y explique los motivos de la entrevista.
Es importante que la realización de la entrevista no interrumpa tareas urgentes de los entrevistados, para lo cual es necesario conocer la distribución de su tiempo. Además, es aconsejable establecer una cita previa, fijar el momento en el que se hará la entrevista.
- Crear una atmósfera de confianza
La relación ideal en la entrevista, entre entrevistado y entrevistador, es la de confianza mutua. Esta confianza debe nacer de un sentimiento de respeto profundo y auténtico por parte de ambos.
Para que el entrevistado coopere adecuadamente en la entrevista, es importante que conozca y comprenda el objeto de la misma, lo que se pide de él, y los motivos que justifican la entrevista y la hacen interesante, tanto para el propio entrevistado, como para la sociedad en general. Por ello, en la toma de contacto, es importante que el entrevistador exponga la finalidad de la entrevista, resalte la importancia de la opinión del entrevistado, y destaque el carácter confidencial y anónimo de sus respuestas.
Igualmente, es importante durante el desarrollo de la entrevista ayudar al entrevistado para que se sienta a gusto e inclinado a hablar. Hay que hacer que el entrevistado se sienta seguro para que esté dispuesto a hablar y a contarnos sus experiencias.
Hay que tener en cuenta que ser entrevistado es una experiencia nueva para muchas personas. Hay que ayudar a la persona a experimentar la sensación de que sus ideas son importantes, que interesa escucharlas y discutirlas en un plano de igualdad. Es recomendable escoger al principio temas tópicos de conversación, que no ofrezcan dificultades ni inciten la polémica.
El entrevistador no tiene que dar la impresión de que la entrevista es un examen o un interrogatorio, es decir, no debe dar la sensación de que dirige la entrevista.
- Saber escuchar
Ésta es una de las habilidades más importantes que debe tener el entrevistador, y probablemente la que puede originar más problemas en la práctica de la entrevista. El saber escuchar es una habilidad que debe adquirirse y practicarse. Es muy importante que el entrevistador sepa escuchar al entrevistado con tranquilidad, paciencia y comprensión, desplegando a la vez una crítica interna inteligente.
El entrevistador debe prestar atención no sólo a aquello que el entrevistado desea declarar, sino también a lo que no quiere o no puede manifestar sin ayuda, es decir, no se trata solamente de escuchar lo que el entrevistado dice, sino que debe intentar adivinar los sentimientos que se esconden detrás de eso que dice, así como las ideas no expresadas.
Es importante que el entrevistador sepa ejercer el arte del silencio, tanto propio como ajeno, respetando los silencios del entrevistado, sin violentarlos con preguntas o comentarios apresurados fuera de tono. No hay que olvidar que el silencio es una forma más de comunicación.
El entrevistador no debe apremiar o “meter prisa” al entrevistado, sino que debe concederle el tiempo suficiente para que acabe su relato. El espacio de tiempo asignado varía con el tipo de entrevista que se haga, y con el objetivo de la misma. Se recomienda una duración media de 50 minutos, dejando otros 10 minutos al entrevistador para hacer sus anotaciones y ordenar sus ideas. Hay que procurar conseguir el equilibrio entre dejar que el entrevistado marque su propio ritmo en la entrevista, y no dar la sensación de que se está perdiendo el tiempo.
Otra recomendación es permitir que la persona entrevistada exponga los hechos a su manera. El sistema de narración libre y espontánea es menos completo pero más exacto que el análisis forzado. Por ello, se permitirá al entrevistado que exponga los hechos a su manera, y posteriormente se le ayudará a completar las omisiones, por ejemplo, para pedirle que concrete fechas u otros datos referidos al tema expuesto.
- Mantener el control de la entrevista
En ocasiones, las personas entrevistadas, para evitar temas penosos o molestos, se “salen por la tangente”. Algunas veces esto puede ser admisible, pero normalmente conviene recurrir a la persuasión para encauzarles de nuevo hacia el tema original.
El entrevistador debe tener presente cuáles son las informaciones que le interesa obtener de la entrevista, y retener las preguntas que considera más importantes, hasta que hayan sido respondidas por el entrevistado. Tan pronto como una pregunta haya sido contestada definitivamente, hay que olvidarla, para concentrarse en la siguiente.
- Formular una sola pregunta cada vez
El entrevistador debe evitar en todo momento plantear al entrevistado una serie de preguntas seguidas, ya que esto puede llegar a aturdirle. Debe plantear una sola pregunta cada vez, y asegurarse de que el entrevistado ha proporcionado la información requerida al respecto, antes de pasar a la siguiente.
- No formular preguntas directas
No deben hacerse preguntas excesivamente directas o “provocadoras”, hasta tener la convicción de que el entrevistado está dispuesto a facilitar la información requerida.
- Evitar que la respuesta se adapte a la propia pregunta
Es importante no formular las preguntas de tal forma que la propia pregunta esté determinando ya la respuesta del entrevistado. El entrevistador debe evitar formular preguntas capciosas, ya que éstas generalmente por su propia forma, requieren del entrevistado una respuesta que puede o no ser cierta.
- Ayudar al entrevistado a percibir su responsabilidad
Es importante que el entrevistado comprenda que sus respuestas deben ser sinceras y veraces, y que la responsabilidad a este respecto le corresponde a él.
- Elaborar un resumen escrito de la entrevista
Es importante elaborar un resumen escrito, lo más completo posible, de todo lo expuesto y acontecido durante la realización de la entrevista. Es recomendable no dejar pasar mucho tiempo desde que se hace la entrevista hasta que se elabora el informe.
En determinadas ocasiones, cuando se considere necesario, y contando siempre con el consentimiento del entrevistado, la entrevista puede ser grabada en su totalidad.
Al hacer las anotaciones de una entrevista, y al preparar el informe de la misma, es importante distinguir claramente, e informar por separado de los hechos observados, las manifestaciones hechas por el entrevistado, y las inferencias hechas por el entrevistador a partir de los hechos observados, y a partir de las manifestaciones del entrevistado. Se trata de un procedimiento a veces complicado, pero indispensable en toda investigación.
En cualquier caso, todas las entrevistas deben acabar con un clima de cordialidad, despidiéndose con palabras de agradecimiento.
En resumen, para la materialización y realización del diálogo con el trabajador se recomienda:
- Preparar la entrevista
- Crear una atmósfera de confianza
- Saber escuchar
- Mantener el control de la entrevista
- Formular una sola pregunta cada vez
- No formular preguntas directas
- Evitar que la respuesta se adapte a la propia pregunta
- Ayudar al entrevistado a percibir su responsabilidad
- Elaborar un resumen escrito
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