A ninguno nos han pasado desapercibidos los numerosos incendios que están teniendo lugar este verano y que van destruyendo el paisaje a medida que avanzan. Algunos son accidentales, otros se debe a la imprudencia de algunas personas y otros, por desgracia, son provocados voluntariamente.
El fuego fue uno de los grandes descubrimientos de nuestros antepasados, y desde entonces ha constituido una permanente necesidad en la vida del hombre. Ha sido el motor del desarrollo de la humanidad en sus albores y aún hoy sustenta la mayor parte del progreso de su bienestar, de su actividad tecnológica y productiva.
Pero el fuego constituye un riesgo para las personas y los bienes cuando sus efectos no están controlados porque resultan nocivos, peligrosos o destructores. Junto a la utilidad y beneficio que el fuego puede producir, está presente la posibilidad de que se desencadene el accidente, el “Incendio”.
El riesgo de fuego, es decir, la combustión controlada “en el tiempo” (que se desarrolla cuando se desea y cesa cuando se quiere) y “en el espacio” (se desarrolla donde se desea y no tiene lugar donde no se quiere) se puede convertir en accidente, incendio, cuando la combustión se desarrolla sin alguno de estos controles. Queda claro pues, que el incendio se produce cuando no se controla el fuego.
Un incendio, por tanto, es un accidente en el que pueden producirse las siguientes consecuencias:
- Lesiones para las personas: quemaduras, asfixia, desorientación (por los humos), intoxicación, pánico e incluso la muerte.
- Daños materiales.
La seguridad contra incendios contempla todo un conjunto de medidas encaminadas a evitar el inicio del fuego, a controlar y eliminar la propagación de éste y las graves consecuencias que potencialmente puede producir. Para eliminar o reducir al máximo este riesgo, es necesario conocer el origen, funcionamiento y control del fuego.
Podemos decir que las técnicas de actuación contra incendios son fundamentalmente dos:
- Prevención: está prevista para reducir al mínimo las posibilidades de inicio de un incendio. Es una técnica que actúa antes del inicio.
- Protección: trata de evitar la propagación y reducir al mínimo las consecuencias.