Hace unas semanas, tenía lugar el Seminario de Reclutamiento 2.0, en el Centro de Estudios Profesionales de IMF Business School. Y uno de los temas que más se trató fue la importancia de dar feedback positivo al empleado.
Lo primero que tenemos que aclarar es, ¿qué es el feedback?
Si nos referimos al ámbito laboral, podemos definirlo como ese reporte, reconocimiento, agradecimiento que recibimos de nuestro jefe, de un compañero…
Aunque parezca algo simple, hay que tener en cuenta el gran valor que tiene el feedback positivo en el trabajo, ya que es en ese momento cuando ponemos en marcha una conversación necesaria para afianzar las relaciones con los demás.
En el momento en que damos a otra persona nuestra opinión positiva, estamos mostrándole la imagen que tenemos de ella, el aprecio, la admiración hacia su modo de actuar, etc.
Esta visión es muy importante, y sobretodo necesaria, ya que nos ayuda a definir nuestras habilidades, nuestras fortalezas y eso hace que el feedback positivo se convierta en una magnífica herramienta de aprendizaje.
Sin embargo, aunque parece una práctica sencilla de realizar, en el día a día, son muchas las personas a las que por diferentes motivos, les cuesta hacer visible ese reconocimiento o gratitud que muestran hacia otra persona.
La mayoría de las veces, tan sólo necesitamos que nos muestren su opinión sobre nuestro trabajo, conducta… para que nos sintamos más cómodos trabajando, más seguros con nuestra labor dentro de la empresa, y nos demos cuenta de la importancia que tenemos en ella.
Pero ¿es bueno dar siempre feedback positivo? ¿Debemos dar también feedback negativo?
Quizás no consiste en dar feedback negativo, sino en aportar críticas constructivas, que ayuden a la persona a mejorar, a detectar sus carencias y a corregirlas. Es decir, en cierta manera, realizando este tipo de feedback constructivo estamos consiguiendo un resultado positivo, que quien lo recibe utilice para mejorar y para seguir creciendo.
Por tanto, seguimos hablando de feedback positivo.
En definitiva, si está demostrado que el empleo de este recurso tiene muchas ventajas positivas, tanto para el propio empleado, que reforzará sus puntos fuertes y trabajará en sus puntos débiles, como para la propia empresa , que se verá beneficiada de esa fortaleza y motivación del empleado, deberíamos plantearnos utilizar con más frecuencia este gran recurso.
Esther Trillo
