Hoy termina la COP20 de Lima, un encuentro internacional donde se reúnen las organizaciones mundiales más importantes de Medio Ambiente. Durante estos días se ha hablado de la importancia de implantar nuevos modelos que frenen el Cambio Climático o al menos, qué acciones debemos tomar con urgencia para evitar posibles catástrofes. Sin embargo, son muchos los eventos de este tipo que terminan con grandes proyectos pero que nunca se llevan a cabo. El problema radica en que no sabemos aterrizar estas ideas al mundo «real», en definitiva, al mundo empresarial. Las empresas, y también los consumidores y el resto de la sociedad, forman parte importante en la materialización de dichas propuestas.
Centrándonos en el mundo empresarial, el primer paso sería dar cambiar de paradigmas. Con ello nos referimos a que las empresas deben dejar de pensar como si estuvieran en plena revolución industrial y centrarse en el mundo de hoy, la nueva era de la información. Si bien antes, con la teoría económica neoclásica, el valor residía en factores como la producción, el capital o el trabajo, ahora el verdadero potencial de las empresas está en los recursos intangibles, como son la capacitación de los empleados, el clima laboral de la empresa, las acciones de responsabilidad social, producción eficiente, compromiso con sus stakeholders, nuevos sistemas de gestión que desarrolle la capacidad de aprendizaje a nivel interno… En definitiva, el verdadero potencial de las empresas reside hoy en pilares básicos (según Lavado, J.A)
– Capital humano: se concentra en el valor que pueden aportar los empleados de una entidad, así como su motivación e implicación en sus tareas diarias.
– Capital estructural: se refiere a los nuevos modelos de gestión empresarial basados en la eficiencia social y ecológica.
– Capital relacional: la era de la información es más comunicativa que nunca gracias, en parte, al auge de las redes sociales. Las empresas deben crear redes de interés bidireccional con un auténtico compromiso hacia sus principales grupos de interés.
