Septiembre está siendo un mes difícil para miles de personas que han sido alcanzadas por los conflictos bélicos que se están apoderando de sus países. Los estados colindantes se ven desbordados y a su vez, se están convirtiendo en territorio hostil para los refugiados; Organizaciones internacionales afirman que estamos atravesando la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
Un ejemplo de estos conflictos, es el acaecido en Siria, que obliga desde hace varios años a sus ciudadanos a abandonar sus hogares y a emprender un duro y largo camino hacía lo que ellos consideran su alternativa a vivir, a vivir en paz, en sociedades pacíficas, arriesgando su vida por la oportunidad de tener un futuro digno.
Estadísticas publicadas por ACNUR, reflejan el increíble aumento de desplazados por conflictos armados en curso, respecto a años anteriores. Durante el año 2014, 59,5 millones de personas se desplazaron forzosamente, de los cuales 19,5 millones eran refugiados; esto demuestra, que conforme pasan los años, hay más personas que buscan asilo.
Ha llegado un punto, en que los países receptores, deben actualizar sus acuerdos y sus sistemas de recepción, en primer lugar, considerando la situación como una situación de emergencia, como una prioridad a la que se enfrenta el mundo y en segundo lugar, aumentando sus cuotas de acogida. Las respuestas de las potencias europeas y la efectividad de sus políticas institucionales deben ser más rápidas y para acabar con la incertidumbre actual, deben tomarse medidas resolutivas que se sobrepongan al caos.
Así mismo se está produciendo una llamada a la sociedad civil, una llamada de esperanza, solidaridad y cooperación, con el objetivo de que se produzca una movilización para acoger a familias refugiadas; entidades público-privadas, organizaciones no gubernamentales, ciudadanos, colectivos eclesiásticos… Todos ellos colaboran con la salvaguarda y protección de personas que lo necesitan, velando por la paz, una de las áreas más crítica, vulnerable y preocupante del escenario mundial, que aborda el desarrollo sostenible y sus objetivos en la Agenda 2030.
Multitud de ciudades españolas, ya se han manifestado por una Europa responsable, dando la bienvenida a miles de personas que demandan ser acogidas.
El 20 de junio es el día mundial de los refugiados, pero ahora todos los días debe serlo; y esto será posible, construyendo una cultura de paz, fomentando y promoviendo la intervención de todo ser humano en este proceso y contribuyendo a alcanzar el bienestar de los desplazados.
Blanca Ros, tutora del Área de Desarrollo Sostenibble de IMF Business School
