Continuamente hacemos referencia a las palabras “sociedad” y “sostenible” dando por hecho que se tienen los conocimientos suficientes para comprender con toda profundidad su significado. Por ello es necesario que indaguemos y veamos que prácticas se esconden detrás de estos términos tan socorridos.
¿Qué hacemos para avanzar hacia una sociedad más sostenible?
Para responder a esta cuestión se requiere analizar las medidas que toman las sociedades para iniciar su camino hacia parámetros sostenibles. Pero resulta, que la insostenibilidad es la que predomina alrededor del mundo y para combatirla debemos atender a los riesgos a los que se enfrentan las sociedades.
Por ello vamos a considerarlos a continuación; todos y cada uno de nosotros nos enfrentamos a una situación de escasez de recursos naturales, que aunque creamos que no nos afecta y que siempre va a haber agua para todos, estamos incurriendo en un grave error; prueba de ello son la multitud de adultos y niños que para acceder a un cubo de agua potable, recorren kilómetros y kilómetros a diario. A su vez, somos expertos en producir residuos contaminantes y ya es hora de que dejemos de incrementar gases de efecto invernadero y no fomentemos más una contaminación sin límites. ¡Señores, las consecuencias son irreversibles!
La sociedad y cuando digo sociedad me refiero a todos de la que formamos parte tiene que hacer afronta un comportamiento hiperconsumista por parte de los ciudadanos, dejando la palabra “responsable” de lado y centrándonos en “consumo”.
Resulta insostenible para la humanidad que sigamos sin pensar en verde, y sin tener en cuenta todos los campos de actuación que deban formar parte de la transición de las sociedades hacia la sostenibilidad, como comentábamos al empezar el artículo. Ya lo decía Meadows en su informe “Los límites del crecimiento” en los años 70, siendo su conclusión la siguiente cita “si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años.”
Únicamente se han citado alguno de los retos por los que luchar, pero hay muchos más, como que se produzca un crecimiento explosivo no responsable de la población mundial, la acelerada pérdida de la biodiversidad, el creciente proceso de urbanización, la pérdida de diversidad cultural o el desequilibrio que presenta la pobreza extrema en millones de poblaciones a nivel mundial.
El desarrollo sostenible habla en clave de futuro, pero se ha llegado a un punto que las generaciones presentes son las que tienen que movilizarse por ellos y por los que vengan.
La estrategia que debe seguirse para hacer de este un mundo más sostenible en primer lugar es tener en cuenta todos y cada una de las dimensiones que tienen poder de actuación y deben trabajar de forma unánime como son medidas científicas, tecnológicas, económicas, sociales, políticas y medioambientales.
Estas dimensiones pueden traducirse a la práctica mediante los ejemplos que se citan a continuación:
- Fomentar una cooperación solidaria
- Abogar por modelos de gobernanza democráticos que defienda derechos de participación ciudadana o de libre expresión
- Promover el consumo responsable y solidario
- La energía sostenible es fundamental para la eficiencia y el ahorro
Para que verdaderamente se implemente todo lo citado a lo largo del artículo es necesario que se eduque en sostenibilidad, dejándonos ayudar por aquellos que llevan años luchando por nosotros como entidades de carácter local, ONG`s o demás organismos internacionales que velan por nosotros a pesar de nuestra negatividad o reticencia a formar parte del cambio. Así que ponte en marcha y haz que en tu localidad se respire un clima social distinto, un clima que responda a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
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Blanca Ros, tutora del Área de Desarrollo Sostenible de IMF Business School
