Recientemente se ha presentado por parte de la consultora internacional ICF INTERNATIONAL un documento titulado “Study on energy efficiency and energy saving potential in industry and on posible policy mechanisms” donde se hace alusión a la eficiencia energética que se espera tener en la industria europea de aquí al año 2050. Para el estudio se han tomado varios tipos de industrias, entre las que se encuentran las de la madera, papel e impresión, hierro y acero, minerales no metálicos, química y farmacéutica, metales no ferrosos, refinerías de petróleo, alimentos y bebidas, y maquinaria. Estas industrias tienen la importancia que tienen dado que representan un cuarto del consumo final de toda la energía consumida en la Unión Europea, así como el 98% del consumo de energía de la industria en 2013 en toda la región europea.
Dependiendo de la naturaleza de la industria, ésta tendrá unos niveles mejores o peores, estando en el primer grupo las que forman parte de la industria de la madera y del papel (cuya mejora de la intensidad energética será clara disminuyendo el consumo de energía y consiguiendo un aumento de los ratios de producción), de maquinaria y la refinería del petróleo, mientras que la industria del hierro y acero y la farmacéutica y de productos químicos sufrirán poca mejora hasta tal punto que aumentarán el consumo de energía y empeorará su intensidad energética.
Por lo que se refiere a las industrias del sector de los minerales no metálicos (cerámica, cemento y vidrio), la intensidad energética sufrirá pocas variaciones, al igual que también para la industria de los metales no ferrosos. Se puede afirmar en este caso que el estudio pone de manifiesto que se espera una fuerte producción de metales consecuencia de la mejora de los ratios de reciclaje.
En cuanto a las industrias del refino del petróleo, se espera un descenso de su actividad en un 23% aproximadamente, consecuencia de que el mercado demanda cada vez más combustibles fósiles con un bajo contenido en azufre. No obstante, conviene apuntar que desde el año 1992 hasta 2010 se ha producido una mejora de la eficiencia energética en un 10%, incrementándose ligeramente en los próximos años.
Finalmente, en cuanto al sector agroalimentario, se espera que la productividad se incremente, mejorándose en todo momento los estándares de calidad de los productos, provocando un descenso del consumo de energía y una reducción del impacto energético de dichos productos sobre el entorno.
Jose Javier Alonso, Tutor del Master en Energías Renovables y Master en Eficiencia Energética y Sostenibilidad de IMF Business School.